ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  5 de mayo  de 2022
                               
 

Trajecitos azules de Feria

Los que por vez primera vienen a conocer la Feria, los que llenan los hoteles y los pisos turísticos y nos aseguran ingresos que representan el 3 por ciento del PIB, se sorprenden de lo bien vestida que va la gente en Sevilla en la Feria, sea la hora que sea, durante toda la semana, de Sábado del Alumbrado a Sábado de los Fuegos Artificiales. Y eso que no vienen en Semana Santa y no ven a los caballeros el Viernes Santo vestidos de oscuro y con corbata negra por la muerte del Señor, o a las señoras el Jueves Santo de mantilla acompañadas siempre del novio o del marido perfectamente vestidos de oscuro.

Pero lo que más sorprende en Feria es que la gente joven, la que todo el año va en vaqueros, en camiseta y con un parca o chubasquero, en cuanto que llegan las horas mágicas del Real y tienen que ir a la caseta se ponen... Iba a decir que de punta en blanco, pero no: es de punta en azul marino. Los de los pantalones vaqueros, por ensalmo de los ritos de Sevilla, se ponen no sólo de chaqueta y corbata, sino de traje y corbata. Cierto que en la Feria había antes entre los señores la costumbre de vestir de claro durante la mañana y de oscuro por la noche. Pero eso era cuando la Feria tenía su mañana y su noche, no ahora, que no tiene solución de continuidad, con la frase que cada vez se escucha más: "En la Feria sabes cuándo entras, pero no cuándo sales". Y por eso hay que a las 3 de la tarde, por si tiene que estar allí en la caseta hasta las 5 de la mañana, con su señora esposa o con la niña a la que le tiene echado el ojo.

Como hijo del Real Cuerpo de Maestros Alfayates de Sevilla, me encanta lo que me cuentan y que doy como cierto: que en las tiendas de confección y en los departamentos de ropa de caballero de los grandes almacenes se han terminado las existencias de trajes azules en tallas para muchachos de 16, de 18, de 24 años. Es maravilloso: los chavales que están todo el año con los pantalones vaqueros se enfundan su traje azul marino en cuanto llega la Feria. ¿Como un uniforme? Pues sí. Un uniforme polivalente. Con ese traje azul marino oscuro, con su corbata según el tono de la circunstancia, los muchachos sevillanos echan la Semana Santa y echan la Feria, y tienen algo presentable con lo que vestirse si tienen que asistir a la función principal de la hermandad, a una boda, a un entierro, a un funeral.

¿Ocurre esto en toda España, que haya una juventud tan bien vestida para las fiestas del lugar? Me parece que no. Caso contrario, no se sorprenderían tanto los que vienen por vez primera a la Feria y quedan maravillados al ver lo bien vestida que va la gente. No hablo ya del traje de flamenca, el que más favorece a la mujer. Hablo de los trajecitos azules de los muchachos sevillanos que aseguran que no se van a perder nuestros ritos indumentarios. De verdad que da alegría ver a los chavales de traje y corbata, perfectamente arreglados, y más si piensa uno son los mismos que van a clase vestidos de cualquier cosa, nada de corbata. ¿Saben cómo se llama esto? Clase. Sevilla tiene clase. El sevillano lleva esa clase en su ADN y aflora en la Feria.

 

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