Cuando Zoido era alcalde de Sevilla por mayoría absoluta, inventé la expresión de los "20 concejales, 20" que tenía. Y le censuré muchas veces su falta de decisión, coraje y valentía para hacer valer esa mayoría y deshacer las muchas equivocadas políticas de Monteseirín. Pero, nada, no fue posible cambiar nada del anterior modelo de ciudad, a pesar de sus "20 concejales, 20". De los que cuentan que se enteró cuando en la noche electoral triunfal de la sede de la calle San Fernando se encaminaba al balcón para saludar a los votantes y simpatizantes que querían aclamarlo como alcalde. Iba a entrar en el balcón con 19 concejales y salió con 20. Balcón de las victorias de la calle San Fernando del que por cierto ha prescindido esta vez Juanma en su noche triunfal, para dar las gracias y hablar a los suyos desde la calle, a su mismo nivel, con mayor cercanía, todo un símbolo de lo que ha sido su mandato en la Junta y de lo que puede ser el segundo, recién conseguido. Lo diré, al modo zoidesco, con 58 escaños, 58.
He aquí el problema: si Juanma actuará con la prepotencia que puede permitirse con tan holgada mayoría absoluta o si le hará caso a las prudentes y moderadas palabras de Bendodo: «Hay que gobernar como si no tuviésemos mayoría absoluta». Cuidado, que por no hacer lo mismo que los que gobernaron antes, podemos caer en el continuismo. Yo no digo que a cada instante vaya a poner Juanma sus 58 escaños, 58, encima de la mesa, pero sí tiene que estar convencido de la legitimidad que esa mayoría le da para tomar las decisiones que deba adoptar.
Juanma ya prepara su nuevo gobierno, en el que creo que hay algo que no gustará a la gente, a pesar de los 58 escaños, 58. El nuevo gobierno de la Junta tendrá dos consejerías más. ¿Andamos para ampliar consejerías, tal como está el patio económico? Te lo explican y lo razonan bastante bien. Que, por ejemplo, el vicepresidente Marín llevaba la macroconsejerías de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local. Que habrá que desgajarlas: son demasiadas competencias para una sola persona. Y también se va a desgajar la doble consejería de Agricultura y Desarrollo Sostenible (nombrecito totalmente PSOE más que PP). Lo malo es que con esta ampliación va a haber 13 consejerías, lagarto, lagarto. ¿No podían ser 12 o 14 en lugar de 13, con la mala suerte que da ese numerito? ¿O crear, como en la historia del brindis del padre de Pepín Martín Vázquez, la consejería "12 Duplicado"?
Otra cosa que no me gusta es que Feijóo se lleva a Madrid a lo más granado y efectivo del equipo de Juanma: a Bendodo y al consejero de Hacienda, Juan Bravo. Un premio para ellos y para el partido, pero un castigo para Andalucía. Salvo, quizá, en el caso de Bendodo, cuya consejería de Presidencia pasará a ocupar el hasta ahora viceconsejero, Antonio Sanz, que asistía a los consejos de gobierno y que lo ha hecho muy bien en cuantos cargos ha estado, incluida la Delegación del Gobierno en Andalucía. (Por cierto que este otro Sanz hubiera sido un magnífico candidato a alcalde de Sevilla.) Ya iremos viendo. Lo que sí puedo asegurar es que a pesar de los 58 escaños, 58, Juanma no tendrá la menor prepotencia en la Junta. No es su estilo, ni el que ha llevado al PSOE a pegarse un batacazo histórico en lo que era su feudo andaluz.
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