ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  29 de septiembre  de 2022
                               
 

Luz, menos luz

Me parece muy bien que no dejemos sólo en manos del Gobierno de Madrid y de sus habituales bandazos de decisiones las medidas contra el despilfarro de electricidad en los espacios públicos de las ciudades y pueblos, y que la Junta asuma su parte de responsabilidad en el asunto. Y por eso me parece muy bien que en los estudios que dicen que se trae entre manos para que los ayuntamientos ahorren electricidad en el alumbrado de monumentos, ferias y festejos se haya dado la vuelta a las famosas últimas palabras que dijo Goethe poco antes de morir en 1832 en Weimar: "¡Luz, más luz!". En vísperas de Navidad, la Junta viene a decir a los ayuntamientos todo lo contrario: "Luz, menos luz". Como el "menos paso quiero" antiguo de los capataces a sus cuadrillas.

Y lo mejor de todo me parecen los recortes a los alumbrados navideños, sobre todo en duración de horas y días. Han comentado que no serán autorizados los alumbrados navideños más que desde el día 8 de diciembre al 6 de enero. Lo cual está muy bien: de la Purísima a Reyes, ¿qué más quieren? Incluso hay un proyecto de hacer más corto aún el periodo de encendido de las luces extraordinarias de Navidad, solamente desde el 22 de diciembre, el día del sorteo de la Lotería, hasta la Fiesta de Reyes.

Sin que lleguemos al caso de Vigo, que se gasta una millonada en luces de Navidad y el alcalde presume de ello, aquí en nuestra tierra estábamos abusando del comienzo adelantadísimo del alumbrado de Navidad. En muchas partes se encendían las luces poco menos que el día de la Virgen del Pilar, forzadamente, cuando ni siquiera habían salido a la calle esos verdaderos heraldos de la Navidad que son los puestos callejeros de castañas asadas. Luces innecesarias muchas veces, en calles por las que por muchas bombillas LED que pongan no pasa nadie, vías del extrarradio o de los barrios alejados, donde no iba nadie a ver el alumbrado del centro, que es el gran espectáculo callejero gratuito de los anocheceres del tiempo de Adviento. Había como una competencia entre barrios, y ninguno quería ser menos que nadie a efectos de tirar la casa por la ventana en luces de esa empresa especializada de Puente Genil que ilumina a España entera por las fechas del Nacimiento del Señor.

Los comerciantes, naturalmente, están en contra de esta regulación del "a media luz los dos", como en el tango de Carlos Gardel. Aducen que las iluminaciones promueven las ventas porque llevan a la gente al centro de la ciudad y las saca de las grandes superficies comerciales. ¿De verdad que aumentan las ventas tantas luces de Navidad a destiempo, cuando aún falta mucho para las Pascuas? Lo que sí aumenta es el consumo de electricidad y la factura de la luz que han de pagar los ayuntamientos, sobre los que la Junta apunta que sólo en el encendido de las fiestas se les va el gasto de la mitad de lo que pagan al cabo del año.

Si es por crear ambiente navideño y propiciar las ventas, tan importantes como las luces que la gente va a ver en tropel para decir "esto está pressssioso" son los tíos que venden globos para los niños. ¡Eso sí que es la globalización de la Navidad y no gasta luz!

 

 

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