Ahora que las dos ciudades, gobernadas por el mismo partido, parece que se llevan tan bien, sin competiciones y disputas absurdas, podíamos pedirle prestada al alcalde de Málaga la frase con la que ha abroncado al ex jugador del Barsa, Josep Piqué, por animar a las turbas a que se metan en una fuente histórica para conseguir entradas gratis para la final de la Kings League. «Esta ciudad no es una escuela de gamberradas», ha proclamado Francisco de la Torre en esa frase que aquí nos vendría tan bien aplicada a las despedidas de solteros (y solteras, más ordinarias y groseras todavía).
Por si nos faltara algo con el barrio de Santa Cruz vaciado de vecinos, con la ciudad transformada en un parque temático turístico, con unos visitantes cada vez más numerosos y chungos, ahora Sevilla se ha puesto de moda para las despedidas de solteros y solteras. Verdadera escuela de gamberradas, por decirlo con palabras del alcalde de Málaga, que muy bien podría hacer suyas el de Sevilla, quien ha anunciado medidas contra estos desenfrenos. Se les ve a leguas: un grupo que van vestidos todos igual, con un velo blanco en el caso de la que se va a a casar, con un vestido de torear zarrapastroso y ofensivo para la Fiesta Nacional en los solteros. Todos con camisetas impresas para la ocasión, ellas con unas bandas como de concurso de misses, ellos simplemente vociferantes y bastante puestecitos de alcohol. Y todo entre risotadas que nadie sabe a qué vienen, en manadas que acaban de madrugada con sesiones monográficas en bares de lucecitas. El epicentro es el Plaza del Salvador. Allí llegan o de allí parten esos grupos lamentables, que bajan por Entrecárceles a la Plaza de San Francisco y siguen por Avenida de la Constitución. Haciéndose los graciosos: ellas con sus penes de plástico puestos en la cabeza a modo de peineta, ellos con sus ordinarieces impresas en las camisetas, rodeando a uno, al futuro novio, que suele ir todavía más de mamarracho que el resto de la partida.
¿Cómo y por qué han elegido a Sevilla? ¿El mal gusto llama al mal gusto? ¿El gamberro llama al gamberreo? Por los acentos de sus gritos y canciones soeces que corean, vienen de toda España. Hasta hemos encontrado ofertas baratas de empresas especializadas, qué vergüenza: "Vivid una increíble despedida de soltera en Sevilla, os sentiréis mejor en los mejores locales y restaurantes de la ciudad y realizando las actividades más divertidas". ¿No podían elegir otra ciudad que no fuese Sevilla, ya tan desfigurada, para hacerla objetivo barato de la moda de esta ordinariez de las despedidas? Hay ciudades como Málaga que ya han tomado medidas contra este gamberreo organizado y sencillamente han prohibido la presencia de estos grupos en sus calles. Algo así ha anunciado el alcalde Sanz: ojalá se ponga rígida y rápidamente mente en vigor. A esta ciudad cada vez más degradada y envilecida, con peor educación en la gente, lo que le faltaban eran las gamberradas organizadas y programadas de las despedidas de solteras.
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