ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 30 de septiembre  de 2023
                               
 

A correr, a La Cartuja

Ya sé lo que me van a replicar los que no estén de acuerdo con que buena parte de Sevilla quedara ayer y desde el jueves por la noche casi completamente cortada y colapsada para que 23.000 aficionados pudieran participar en la Carrera Nocturna del Guadalquivir, que como cada año discurrió por la Ronda Histórica y rodeó el Casco Antiguo. Lo que me van a decir esos 23.000 corredores, que están en su perfecto derecho de practicar el deporte que les gusta, es que con muchas más molestias y durante mucho más tiempo, colapsan y paralizan la ciudad las cofradías durante la Semana Santa, muchas veces desde las 11 de la mañana hasta las 4 de la madrugada, y no sólo nadie protesta, sino que, por el contrario, la ciudad entera y todos los servicios municipales se ponen al servicio de esta tradición, aunque la movilidad quede paralizada.

A mí me parecen muy bien que los aficionados a pegarse la pechada de correr participen en las carreras que tengan por conveniente, la Nocturna del Guadalquivir, y la maratón de Sevilla, y la media maratón. Y estoy muy de acuerdo con que se organicen carreras especiales femeninas para llamar la atención sobre algún problema, como el cáncer de mama. Pero pienso lo que muchos: que con lo grande que es Sevilla, ¿a la fuerza han de hacerse por el centro estas carreras? ¿Puede colapsarse una ciudad, paralizarla de hecho, suspender sus líneas de transportes colectivo, prohibir la circulación privada, que no puedan moverse ni los taxis, por una carrera deportiva, habiendo la de sitio libre que hay en La Cartuja, o junto al Estadio Olímpico, o por los paseos de la orilla del río o las avenidas que llevan hasta San Jerónimo?

Además, que lo de ayer parecía puesto sin pensar en sus efectos paralizadores en la ciudad. ¿Nadie pensó que ayer viernes era la primera corrida de la Feria de San Miguel, precisamente con la vuelta de Morante tras su percance y con Manzanares y el sevillano Pablo Aguado? ¿Nadie pensó, además, que en la calle Adriano, aparte del corte por la corrida del abono de la Feria de San Miguel, se estaba montando la velada de la fiesta del Arcángel titular de la puerta por la que entran las cofradías en la Catedral, que este año, además, han subido desde el Muelle de la Sal, donde no cortaba circulación alguna, al mismísimo corazón del Arenal, a la calle del Baratillo y de los recuerdos de la Puerta que mandó derribar el alcalde García de Vinuesa y por eso (las cosas de Sevilla) le dedicaron una calle, quitando su lírico nombre a la de la Mar?

Alguna procesión extraordinaria fue lo que faltó. Sevilla fue el paraíso de los defensores de la ciudad peatonal y el infierno de los conductores que no se acordaban de ninguno de estos acontecimientos, y se metieron con el coche en la boca del lobo de los cortes de circulación y de los desvíos por los sitios más raros. Estando ahí La Cartuja con todo el campo libre del mundo para correr...

 

Correo Correo Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico

         

 

 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio