Jueves 31: Crisantemo y Halloween
Con el puente de Todos los Santos, se acerca el Día de Difuntos. En los
puestos de flores de la rotonda del cementerio, más crisantemos que nunca,
esperando el mármol de un ser querido que recordar. Pensamos en esa rotonda
y nos viene, sola, casi en escritura automática, una reflexión urgente y
breve sobre el cementerio. Dicen que el cementerio de Sevilla es el más
alegre del mundo. Eso es uno de los tópicos más espantosos que arrastra
esta ciudad. ¿Cómo puede ser alegre un cementerio, Dios mío de mi alma?
Pero, vale, concedido: el cementerio es muy alegre. En ese caso, le pasa
justamente al contrario que a la rotonda y a la glorieta interior de la
entrada. La entrada al cementerio es el lugar más triste de toda Sevilla,
aunque dé paso, dicen, al riente camposanto. Esa entrada tan burocrática
de ladrillería así como mudejarita, entre matadero del Cerro y plaza de
toros de Madrid, es lo más triste de toda Sevilla. Allí han pasado cientos
de miles de sevillanos las más amargas horas, todas de esdrújulas
trágicas: esperando trámites ante un féretro dentro de un vehículo
fúnebre. Y por si faltara algo para rematar la tristeza, esa especie de
pudridero de coronas de flores que han improvisado a los pies del azulejo de
la Virgen de la Soledad de San Lorenzo, donde amontonan, mustias, las que
sobran de los entierros, y donde se entrelazan las filacterias de hijos y
esposas que no te olvidan. Tan triste es todo lo que se puede pensar sobre
la entrada al cementerio, que, mire usted, hasta estamos por justificar la
moda americana del Halloween para estas fechas...
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Miércoles 30: Tócala otra vez, Catalanotto
Tendría que venir Humphrey Bogart con la gabardina, la mascota de Maquedano
y el cigarrito Chesterluqui americano al Paseo Colón, sentarse al borde del
foso de la orquesta del Maestranza y decirle al pianista Leonardo
Catalanotto: "Tócala otra vez, Sam, digo, Catalanotto."
"¿El qué, don Humphrey?" "La ópera "Otello" a
palo seco." Hay que tocarla otra vez, como himno de la alegría, para
ponerle música a algo que en nuestra sociedad cada vez va siendo más
insólito: el democrático principio de autoridad. ¿Que los de la orquesta
están en huelga? Pues aquí, como hay autoridad, esto va a piano y listo. Y
los de la orquesta tienen que acabar hocicando y tocando en la segunda
representación, con la viola de gamba entre las piernas. Ya quisiéramos,
por ejemplo, que el rector tuviera un pianista que le acompañara en la
representación del perdido principio de autoridad en la Universidad, donde
los estudiantes a los que se les ha aplicado ese principio dicen que quien
tiene que arrepentirse del asalto al Rectorado es el profesor Florencio, no
ellos. Tiene que extenderse por toda Sevilla este Efecto Otello, ponerle
acompañamiento de piano a la fuerza de la razón de la ley frente a tanta
charanga de la razón de la fuerza de los que están contra todo principio y
todo esquema de valores que no sean los del dinero o los del mínimo
esfuerzo. Y como lo que decimos parece que es tan difícil, proponemos que a
los políticos les pongan siempre de fondo música de Verdi, a ver si así
no declinan el más que legitimo ejercicio de la autoridad en democracia.
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Martes 29: El estirón de Dos Hermanas
Con la población que tiene Dos Hermanas hay provincias que envían cinco
diputados y dos senadores al Parlamento, tienen un obispo, una catedral y
una Universidad. Los sevillanos no advertimos el estirón que ha dado en los
últimos años esta gran capital al lado de la capital, que si no está ya
por los 150.000 habitantes, poco le falta. Dos Hermanas tiene Velódromo,
Teatro Municipal, auditorio al aire libre, uno de los mejores catálogos de
históricas haciendas de olivar (San Miguel de Montelirio, Ibarburu,
Bujalmoro, Torre de Doña María...) Tiene el Parque de La Corchuela y tiene
la Universidad Pablo de Olavide, porque Dos Hermanas se extiende hasta las
puertas mismas de Sevilla; la gente no sabe que Montequinto es término de
Dos Hermanas, que llega hasta el antiguo Ecovol. Tiene a más de media
industria aceitera sevillana en su término: Guillén, Gallego, Ybarra...
Tiene a Los del Río, que montaron allí su polígono industrial para la
producción masiva de macarenas y colores especiales de Sevilla. Por si le
faltara algo, Dos Hermanas tiene ahora el Gran Hipódromo de Andalucía, que
es como Pineda, pero con menos pijos y con trotones. Por tener, Dos Hermanas
tiene hasta Concurso Internacional de Clarinete. Así que no nos
extrañaría que en esta Dos Hermanas Superstar, el año que viene, como ya
le ha cogido afición a España con el premio Príncipe de Asturias, el
mismísimo Woody Allen viniera a tocar el clarinete.
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Lunes 28: Azahar para la Virgen del Valle
Otros años hemos visto estos naranjos locos en este tiempo de octubre por
Luis Montoto, por Manuel Siurot, por El Tardón, desquiciados por este
otoño tropical que los vuelve majarones y los hace ponerse en flor, como si
en vez de estar nombrado el pregonero anduvieran ya los capirotes colgados
en la Alcaicería y el cartelito de "hoy es vigilia" puesto en el
mostrador de Ochoa. Pero este año salimos ayer tarde al balcón y
comprobamos que nos han traído la sorpresa a domicilio: el azahar está
florecido en un naranjo que hay justo debajo de casa. Hay varios naranjos en
la acera, pero todos los otros son despistados y rigurosos, deben de ser
naranjos guiris, que no tienen ni una flor. Menos éste del que hablo. Este
sí que está orientado. Ni está desquiciado por estas calores impropias de
la fecha ni se ha vuelto majarón con el otoño tropical del agujero de
ozono. Es un naranjo que está en todas las claves íntimas de Sevilla.
Porque conforme lo miraba apoyado en los hierros del balcón, gozándome del
blancor entre sus ramas, el naranjo me iba diciendo que este año ha
florecido debajo mismo del escritorio porque han decidido hacerlo él y ocho
o diez compadres naranjitos de Sevilla más, que se han puesto de acuerdo
para que haya azahar por las calles cuando la Virgen del Valle salga el
domingo en su palio estrenando corona, muy Señora del centro, de la Sevilla
de toda la vida, que viene de misa en la Catedral y que como siempre lleva
puestas esas flores que tienen el color de su nombre y que Ella luce mejor
que nadie.
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Domingo 27: Servicios mínimos sinfónicos
Estábamos en sillón de tendido de la Maestranza musical, operística y
masculina. A diferencia de la taurina, que es femenina de género
gramatical, esta Maestranza es macho: el Maestranza. Y a nuestro
lado, en ese sillón de tendido, entre el respetable público de la sala, el
más que respetable don Julio García Casas, el maduro presidente de
Juventudes Musicales en esta ciudad contradictoria donde, hablando de
música, la Virgen del Silencio va a llevar el sonido de una banda detrás
del palio. Y con todo su sentido del humor sevillano, cuando empezaba la
representación de "Otello" al palo seco de un piano y cuando en
el gallinero comenzaba la protesta de parte del público y de los piquetes
informativos de la huelga de violines caídos, el profesor García Casas,
que es jurista y profesor de la Facultad de Derecho, nos dijo: "No sé
de qué protestan. En todas las huelgas hay servicios mínimos, y en este
caso los servicios mínimos de una orquesta sinfónica son un piano. Les
parecerá a los huelguistas, como siempre, que han puesto excesivos
servicios mínimos. Querrán que el elenco cante con un violín nada
más." ¡Bravo!, y ole la gracia, don Julio. (Lo que no dijo García
Casas, y lo ponemos nosotros, es que el público le dio los servicios
máximos de apoyo al Teatro de la Maestranza, a su director don José Luis
Castro y al señor Copete, que le echó el valor de salir a dar la cara en
nombre del Consorcio. Un político dando la cara en un conflicto, como
Copete ante esta huelga, también es de "¡bravo!").
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Sábado 26: Demasiadas rutas
Por toda Sevilla han puesto unas placas cerámicas porcelanosas con una
concha como la de la Venera de la calle José Gestoso, que indican el Camino
de Santiago. Eso es muy útil. Ya se sabe que la gente, en la Campana o en
la Plaza Nueva, no hace más que preguntar: "Por favor, ¿podía
decirme dónde está el Camino de Santiago?" En la esquina de la
Avenida de la Constitución con la calle García de Vinuesa, por ejemplo,
los turistas que van buscando la plaza de los toros saben perfectamente
gracias a esa placa de la concha (Piquer) que están en buen camino: el de
Santiago. (Por cierto, ¿por qué tanto al Camino de Santiago y tan poco al
Camino de Santa Ana? En Triana van a protestar.) Ya antes pusieron unas
placas con la Ruta de Luis Cernuda, como desde comienzos del siglo XIX
están los azulejos de la ruta de Cervantes. Ahora ponen unas placas con el
itinerario la Sevilla
Judía, lo cual está muy bien, ya que lo que los
turistas buscan en el falso, folklorizado y degradado Barrio de Santa Cruz
se encuentra de verdad en la desconocida
Judería de San Bartolomé. O sea,
que por placas e itinerarios no queda la cosa. Hasta Raynaud quiere poner el
Itinerario Turístico Cofrade si llega a alcalde, Dios no lo permita (que
ponga el itinerario, no que llegue a alcalde.) De todo lo cual se infiere
que Sevilla es la ciudad del mundo donde mientras te encuentras en las
esquinas placas de todos los itinerarios posibles, no hay forma de ver el
rótulo de cómo demonios se llama esta calle.
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Viernes 25: Almanaque de obras
La verdad es que no lo creímos cuando el alcalde anunció el otro día
solemnemente el almanaque de terminación de los siete mil millones de obras
varias y agujeros subterráneos diversos que colapsan la circulación en
toda Sevilla, a todas horas, hasta el borde de un ataque de nervios. Dijo el
señor Sánchez que el 15 de noviembre se abrirían a la circulación con
todos sus carriles (Mariano Martín, de la Puertalarená, gran capotero) y
todos sus avíos el Paseo de Colón y el Cristina, y que en ese mes estaría
terminado también el aparcamiento subterráneo de la explanada delantera de
García Morato, vulgo Hospital Virgen del Rocío. Aunque les parezca
increíble, hay datos ciertos para pensar que ese programa de normalización
se va a cumplir. De momento han vuelto a abrir a la circulación la calle
Marqués de Luca de Tena, atajada hasta ahora por las obras del aparcamiento
del Morato. Principio quieren las cosas. Entre ellas, las felicitaciones, de
las que estas líneas son también principio, por cuanto los hechos tienen
de cumplimiento de promesas. Bien es cierto que las elecciones municipales
están a la vuelta de la esquina, de la esquina del Paseo Colón con Antonia
Díaz, pero algo es algo. (¿Usted no ve como no siempre le arreamos
candela, señor alcalde? Nada nos gustaría más que elogiarle todos los
días, señal de que Sevilla estaba de dulce, de dulce del escaparate de
Ochoa.)
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Jueves 24: Otoño tropical
Cuando escribíamos estas líneas, ayer miércoles para usted que nos lee,
íbamos a mandar una cesta de huevos a Santa Clara, pero no sabemos si en el
convento de Santa Clara quedarán monjas que recojan los huevos y que recen
para que no llueva, o si han trasladado el convento a un polígono
industrial por la parte de Bormujos, como tantas. Esperemos que hoy jueves
no llueva para que este comentario tenga vigencia. Porque es sobre este
espléndido otoño disfrazado de primavera que desde hace unos años estamos
disfrutando en Sevilla. Los comerciantes estarán que trinan, porque no
llueve, no hace frío y no venden una escoba, pero nosotros estamos
encantados con esta parte positiva del agujero de ozono que es el cambio de
clima otoñal de Sevilla. Si el otoño era antes una maravilla de luces
tamizadas y de colores atenuados en tonos pastel, ahora es un prodigio de
clima casi tropical. Dan ganas de irse a la playa cuando se ven estos días
tan templados y hermosos, con la gente a cuerpo y sentadas en los veladores
de las terrazas, casi a fines de octubre. Y luego se hasta la gente
dinerales para irse de vacaciones de otoño a los países tropicales. No
saben que con esta maravilla de clima, en otoño Sevilla es, al cambio,
Miami. (Tocamos madera al terminar de escribir, no vaya a ser que amanezcan
chuzos de punta y nos fastidien este billete, con lo lírico que nos había
salido...)
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Miércoles 23: Celo policial
¿Usted sabe cómo se llevan el ratón y el gato?
Pues eso es una versión roedora-felina de Versalles al lado de
cómo se llevan históricamente la Policía Nacional y la Policía
Local. Una de las más altas misiones de los patronales Ángeles
Custodios es evitar que los conflictos entre ambas lleguen a
mayores. Las relaciones entre ambos Cuerpos han saltado a la luz,
gallarda y altanera la Policía Municipal diciendo que trabajan
mucho, pero que no la sacan en los papeles, y actuando sin plus de
nocturnidad contra la botellona guarra la Policía Nacional. Por
nosotros, que sigan los celos. "Celos de Policías, buenos a
ciudadanía", dice el refrán. El tópico "celo
policial" incluye también la pelusa por que los éxitos se
los apunten los otros. Gracias a que la Policía Local está
picada, picadita de viruela, con la Nacional, de momento han dado
los municipales una redada contra algo que denunciamos aquí veces
y veces, sin que ningún guardia del Ayuntamiento hiciera nada.
Nos referimos a la Pasarela Cibeles de novedades discográficas
piratas y delictivas que son los manteros negros (perdón,
suprasudafricanos) de la calle Tetuán y de la acera del Nervión
Plaza. Como era su obligación hace una jartá de tiempo, los
locales han decomisado (ahora) 5.000 cedés piratas con lo más
novedoso de la discografía, como el "Lío" que ha
formado en el flamenco José Mercé o "Mis boleros
favoritos" de Luis Miguel. Pues nada: por nosotros que sigan
los celos y recelos policiales, y que ambos cuerpos se echen una
carrera en pelo a ver quién coge más chorizos, a ver quién
detiene más tironeros, a ver quién trinca más revientacoches, a
ver quién desarticula más redes de tráfico de drogas, a ver
quién impide más atracos a joyerías, y así sucesivamente hasta
que esto deje de ser Harlem con bares de tapas.
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Martes 22: Anda con Andy...
Nos creemos a veces que en Sevilla no gusta otra pintura que la del cartel
de Semana Santa, qué horror, ni otro dibujo que las hojarascas barrocas de
Dubé o las fachadas monumentales de González, las acuarelas que venden
como molletes con pringá en los bares. Esas son las relamidas Bellas Artes
que salen, que se retratan, que gozan de toda protección de la Sevilla real
y de parte de la oficial. Pero hay otro gusto, otro mercado de obras de
arte. Esta otra cara del arte hace ciertos todos los topicazos al uso sobre
la ciudad abierta que todo lo hace suyo, y en cambio apenas sale en los
papeles. En esta tierra de nadie está haciendo mucho (y su dinerito le
está costando muchas veces) el galerista José Cobo, que se escribe así y
se pronuncia Pepecobo. Esta semana, Pepecobo abre de nuevo los cuartos del
Hotel Inglaterra para su anual experiencia de "Hotel y Arte", en
la que vienen a Sevilla, así como quien no quiere la cosa, las más
importantes galerías de la vanguardia española. Y en su galería estable
de la plaza del Cardenal Cisneros, frente por frente a Las Penas de San
Vicente, está teniendo un éxito digno de elogio su exposición de dibujos
de Andy Warhol, sí, Warhol, el mismo que viste y calza los retratos de
Marilyn Monroe y las latas de sopas Campbell. Cobo ha vendido casi todos los
dibujos de la expuesta exposición. Para que luego digan que el arte
contemporáneo no gusta aquí. Lo que pasa es que en esa parte cateta y
capillitona de Sevilla (que es el 80 por ciento de la ciudad) relucen más
las acuarelas de González que Andy Warhol.
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Lunes 21: El otro Bertomeu
Sevilla tiene de jefe superior de Policía a un gran policía que se llama
Antonio Bertomeu Fraisolí. Es de esos jefes que más que el pie de página
de los papeles en el despacho se trabajan el pie de obra de los fregados en
la calle. Lo vimos en la calle, junto a sus hombres, cuando la Cumbre
Europea, cuando los incidentes de Los Pajaritos o ahora, cuando la
operación contra la movida nocturna en Los Remedios. Pero aparte del Cuerpo
Superior de Policía, la ciudad tiene una Guardia Municipal, que llaman
oficialmente Policía Local, con mucha rimbombancia de la importancia. Esta
Policía Local debe de tener un jefe, digo yo. Incluso me parece recordar
que he leído por ahí que no solamente tiene un jefe, sino varios, y un
puesto de baranda máximo y óptimo al que llaman con un nombre
completamente de telefilm americano o de película policiaca:
superintendente. ¿Y saben lo que les digo? Que me encantaría que
conociéramos menos a Antonio Bertomeu el del Cuerpo General de Policía, y
que saliera menos en los papeles, y que todos los sevillanos supiéramos en
cambio no solamente quién es el jefe de la Policía Local, sino que
viéramos al otro Bertomeu, al de la Local, retratado en los periódicos,
dando la cara en los conflictos y actuando a pie de obra, un poner, en la
lucha contra los colapsos de tráfico, contra la doble fila, contra los
vendedores clandestinos de las mantas de CD en la calle Velázquez, contra
los ruidos nocturnos, contra la cochambre de las botellonas y contra todo lo
que es competencia de esa Policía Local que de Policía parece que sólo
tiene el nombre.
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Domingo 20: Incienso y tufo totalitario
Además de ineficaz, totalitario. El alcalde. Viene pidiendo incienso y que
le toquen "Los Campanilleros" cuando entre en el Cristina a
inaugurar el aparcamiento. Quiere unanimidades, lealtades incondicionales,
adhesiones inquebrantables. Al cambio, alcalde Juan Fernández. Régimen
anterior puro. Va, inaugura el aparcamiento de Pío XII y lanza una
enaltecida arenga contra la conspiración judeomasónica de los 400.000
sevillanos que dicen que nunca Sevilla estuvo peor, ni más sucia, ni más
abandonada, ni más patas arriba, ni regida por equipo más ineficaz y
desunido. Oigan lo que dijo el gachó, como cuando Queipo cogía el
micrófono para anunciar que iba a tomar Cazalla con la morería: "Los
agoreros, los críticos, que vayan preparando su artillería, porque
después de Feria empezarán de nuevo las molestias de las obras". ¡Arsa
pilili! Estamos a cinco minutos de que quienes ejercemos la crítica en la
ciudad sin pulso y no pedimos la canonización de las "benditas
obras" con "madurez psicológica" seamos condenados como
malos sevillanos y enemigos de la patria hispalense. Pronto le encargarán a
Rafael Carretero que monte una pira en la Plaza de San Francisco, y se
firmará un contrato con Martín Casillas para que acarree allí leña con
la que quemar con un sayo verde (o carmesí, como los autobuses de la
millonada en pintura) a los malos sevillanos que no sabemos reconocer la
suerte que tenemos, de estar regidos por este pedazo de alcalde, que es el
mejor de los nacidos. Pues nada, hombre, por totalitarismo que no quede. El
alcalde tiene razón: en Sevilla hay mucho agorero, mucho critico y mucho
mamón. ¡Vivan las cadenas de televisión de Polanco!
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Sábado 19: Reflexión del Giraldillo
Si Sevilla es la ciudad de la falsedad y de la hipocresía, de los
capillitas que te están dando una puñalá por la espalda cuando fingen que
te abrazan, la capital de la Ojaneta de la Barqueta y de la calle Goyeneta...
Si en Sevilla la gente tiene tantos gatos en la barriga que a algunos,
cuando se mueren, los tienen que separar del rebujón poniéndoles en la
esquela debajo de su nombre lo de "un hombre bueno", como si eso
fuera una rara profesión o un título exclusivísimo... Si Sevilla es la
ciudad donde los seises son diez, donde la Feria de Abril se celebra en mayo
y donde las tradiciones seculares se inventaron ayer por la mañana, ¿por
qué su símbolo, el Giraldillo, ha de ser de verdad? Más lógico y
coherente es que el Giraldillo sea también falso, contrahecho, de
imitación, copia del original. Nuestro querido canónigo Don Francisco Gil
Delgado, como buen sevillista, ha dado en todo el bebe. En su defensa de la
Giganta falsa en lo alto de la torre mayor de la ciudad, ha dicho el ilustre
biógrafo del Cardenal Segura que este Giraldillo falso gira mucho mejor que
el de verdad, que se orienta el tío que es una maravilla conforme sopla el
aire. No es listo ni ná el Giraldillo falso... Lo cual no debe tampoco ser
olvidado en el símbolo escultórico de Sevilla, la ciudad de los listos y
de los enterados. En Sevilla siempre triunfa el que va a favor de corriente
y conforme sople el viento, y no es cosa en la ciudad que ha perdido el
norte y los principios tener allí arriba en lo alto de la Giralda una
veleta que se mantenga firme en sus convicciones históricas frente a tanto
aire de conveniencia como aquí sopla. Sería, pues, una suprema
contradicción que esta ciudad donde todo es mentira estuviera representada
por un Giraldillo de verdad.
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Viernes 18: Existe Policía de Tráfico
No es que estemos realizando una pequeña campaña sobre la circulación en
Sevilla: es que lo intentamos. Como ayer con lo de los semáforos
sincronizados a mala leche que parece que se van arreglando, hoy volvemos a
lo que dijimos días atrás: ¿existe Policía Municipal de Tráfico? Lo
preguntábamos porque en el continuo colapso circulatorio de todas las
calles a todas las horas, el brillo de la ausencia de los policías
municipales de Tráfico era mayor que el del cupulín de la Torre del Oro.
Era. Tenemos que consignar con alegría que vuelven a verse guardias
municipales ordenando el follón de los embotellamientos allá donde se
producen. Un guardia a tiempo evita cientos de conductores perdiendo el
tiempo, llegando tarde a las citas y gastando inútilmente gasolina. Y no
hablamos a humo de pajas. Cada vez se está viendo más guardias ordenando
la circulación donde es preciso. Como muestra, un botón con el NO8DO:
miércoles día 16, a las 13,30, en la Puerta Jerez. Tapón impresionante en
la esquina de la Cafetería Coliseo, los coches que vienen de San Fernando y
de la Avenida esperando para entrar por el embudo de la calle Almirante Lobo
y salir al Paseo Colón. Y en esto, dos guardias municipales de los de las
motos, dos, que se ponen a ordenar el tráfico y descongestionan aquello en
un momento, autorizando a que los coches que vienen desde la Avenida tiren
excepcionalmente hacia la Pasarela por el carril de los autobuses de la
calle San Fernando y dejen aquello despejado. Como este ejemplo, podíamos
citar muchos más de la saludable vuelta de los guardias a la calle. Quede,
pues, consignada hoy la felicitación en tiempo y forma a la Delegación de
la Policía Municipal, ¿pasa algo?
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Jueves 17: Semáforos con mejor leche
A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César, o sea, la
Centuria Romana de la Macarena si hace falta. Lo decimos por los semáforos
regulados a mala leche que comentamos el otro día. Será por pura
casualidad, porque desconfiamos del poder taumatúrgico de la Prensa. Si en
Sevilla los gobernantes hicieran caso a las quejas del vecindario expuestas
en los periódicos, esto sería la ciudad ideal de San Agustín, esquina a
Recaredo. Pero el caso es que parece que al menos en el eje
Palmera-Delicias-Paseo Colón la cuestión de los semáforos regulados a
mala leche está un poquito menos peor. Los semáforos dan la impresión de
que han sido sincronizados, de forma que te puedes encontrar hasta media
docena de ellos en verde del tirón, con lo que gana la fluidez del tráfico
y no se forman embotellamientos absurdos frente a esa Delegación de Obras
Públicas del Estado que el Ayuntamiento quiere desahuciar en el Pabellón
del 29 de la República Dominicana. En nuestro particular Centro de
Investigaciones Sociológicas de preguntar a los taxistas que sufren la
circulación, dicen los resultados de nuestra encuesta que hay quien llega
sin encontrarse un semáforo en rojo desde el Puesto de los Monos al
Cristina, o en sentido inverso desde el Puente de Triana a la Clínica de
Fátima. Como nos gusta reconocer el mérito con nombres propios y elogiar
cuando la menor ocasión se presenta, quede consignada aquí, pues, en
tiempo y forma la loa debida a la Delegación Municipal de Tráfico de don
Blas Ballesteros. ¿Pasa algo por lo de Ballesteros?
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Miércoles 16: Escuela de Vandalismo
Como ahora se cumplen diez años de casi todo lo del 92, también apaga sus
diez velitas la benemérita y humanitaria Fundación Forja XXI, que preside
el canónigo de moda, que es don Manuel Benigno García. De entre todos los
miembros del Cabildo Catedral, antiguos y recién nombrados, don Benigno,
con su nombre de versículo del Miserere de Eslava, es ahora el que va de
estrella mediática, una vez eclipsado aquel Francisco Navarro que parecía
llamado a altas misiones dentro de la Iglesia Hispalense. Y gracias al
salón donde la Fundación de Don Benigno celebra sus actos conmemorativos,
sabemos que en la avenida de Isabel la Católica del Parque de María Luisa,
junto a la gubernamental Torre Sur de la Plaza de España, funciona la
Escuela de Jardinería "Joaquín Romero Murube". Gratísimo
descubrimiento. Porque hasta ahora, en el Parque, solamente habíamos
descubierto la Escuela de Vandalismo Etílico contra los Jardines
"Caballo de Atila", centro docente de incivismo que funciona a
pleno rendimiento todos los fines de semana en las movidas y botellonas de
Las Delicias Viejas, y que deja hechos una pena de basuras y bolsas de
plástico los alrededores de la terraza del Bar Líbano.
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Martes 15: Leyenda de Fabiola
La casa está al fondo de la parte más alta de la calle Mateos Gago, pasada
la iglesia de Santa Cruz, donde arranca para un lado Federico Rubio y para
el otro Fabiola. Allí vivió hasta su muerte doña Ignacia Lasso, la
marquesa de los Ríos, y aquella fue la casa del cardenal Wiseman, el que
escribió "Fabiola", como recuerda el mármol de una lápida en su
fachada. Y como "Fabiola" y las novelas de romanos con el torso
desnudo vuelven loco a Terenci Moix, que es autor de Planeta, la Fundación
Lara eligió esa casa para su sede. Se gastó una millonada en comprarla y
otra millonada en sacarla de brillo. Dicen que la han puesto de dulce. La
semana que viene, que la inauguran, lo veremos. Por anticipado vaya nuestra
felicitación a los Lara porque, hombre, menos mal, a esa casa no le han
puesto de mote "Palacio", como se estila. Por ejemplo, la Marquesa
de Méritos, con todos los que su título indica y algunos más, revitalizó
espléndidamente en la calle Cuna la Casa de la Condesa de Lebrija, su
antepasada, pero al abrirla al turismo le puso de mote "Palacio de
Lebrija". A la sede de la Fundación del editor pedroseño podían
haberle puesto "Palacio de Lara" y se hubieran quedado vaheando.
Le han puesto en cambio "Casa de Fabiola". Precioso para
inventarse una leyenda, que brindamos a los cocheros de caballos y guías
turísticos: allí, precisamente allí, era donde vivía Fabiola, una
sevillana de la Bética romana de la que se enamoró perdidamente Pilatos,
quien, como es sabido, se hizo aquí una casa porque le encantaba venir por
Semana Santa, hasta el punto que los macarenos lo pusieron en lo alto del
paso de la Sentencia con una palangana, porque el tío era sevillista.
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Lunes 14: ¿Obreros de qué campo?
Parece que los únicos que no se han olvidado de que Sevilla sigue aún
siendo capital de una región de economía agraria son los agitadores del
SOC, del Sindicato de Obreros del Campo. ¿Ah, pero todavía hay campo?
Será campo de golf, naturalmente... ¿No quedamos en que habían
recalificado todo el campo para hacer casitas adosadas en los lejíos,
hoteles con encanto en las haciendas, polígonos industriales en los
olivares y ecosistemas del lince ibérico en los campos de fresa? El campo,
¿no es eso que hay alrededor de las ciudades donde los empresarios siembran
subvenciones de Bruselas y los trabajadores recogen los haberes del PER? Si
existe el Sindicato de Obreros del Campo es que en el campo hay todavía
obreros. ¡Qué sorpresas se lleva uno! ¿Pero no quedamos en que aquí todo
era hostelería, turismo, sector servicios, tecnología punta y segunda
modernización? Está muy bien que los profesionales de la agitación del
SOC, Cañamero, Gordillo "et alii", corten de vez en cuando la
calle San Fernando y las pistas del aeropuerto de San Pablo. Esta actitud
incívica, que sufren los conductores y los pasajeros de avión sin ninguna
relación con el campo, tiene sin embargo de bueno que es una cíclica
"dosis de recuerdo" en la vacuna contra tanta segunda
modernización, tanto sector servicios y tanta leche migada con sopas
gordas. Zarrías dice que "la segunda modernización es un estado de
ánimo". Pues miren cómo están los ánimos de los que no tienen el
gusto de conocer a la segunda modernización, ni incluso a la primera,
porque no se las han presentado.
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Domingo 13: Semáforos a mala leche
Nos han confirmado que cuando Soledad Becerril era alcaldesa... Uf, ¿acaban
de leer bien esto que hemos puesto? Decimos "cuando Soledad Becerril
era alcaldesa" y parece que han pasado por lo menos siglos desde aquel
tiempo en que Sevilla no estaba abandonada, impresentable, sucia, colapsada,
degradada, patas arriba. Bueno, que íbamos diciendo que cuando Soledad
Becerril era alcaldesa se instaló un complicado y costoso sistema de
regulación de los semáforos. Como tantas otras cosas hechas por los
anteriores, ese cacharro debe de estar en el monte del olvido. Porque no
habrá ciudad en el mundo con los semáforos tan descoordinados como
Sevilla. Cualquier sincronización brilla por su ausencia. Parece que lo
hacen adrede, para que la circulación sea lo más lenta posible y en cada
cruce se forme un embotellamiento. Parece que los semáforos los
sincronizan, sí, pero con mala leche, para que todos te cojan en rojo.
Algunos taxistas contarán a sus nietos, como una hazaña, que una vez,
viniendo desde el campo del Betis hacia la Puerta Jerez, se encontraron en
verde los semáforos de La Palmera una detrás de otro, hasta el Costurero
de la Reina. Hay semáforos de una brevedad en el verde que asustan,
colocados, además, dando preferencia de paso a una calle por la que no
viene un solo coche o a un cruce de peatones por donde no pasa un solo
viandante, verbigracia detrás de la antigua estación de Cádiz. No sabemos
si el aparato regulador de los semáforos se usa; en caso de que se use, lo
debe de programar un ecologista enemigo de los coches o un tío untado por
las petroleras para que se gaste gasolina por un tubo.
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Sábado 12: Rafaelito Torres
Nos quedamos siempre con los grandes símbolos
taurinos de Sevilla: José, Juan, Manolo Chicuelo, Pepe Luis,
Curro. Los que fueron. Y nunca nos acordamos del bolero
sentimental de lo que pudo haber sido y no fue. No recordamos, por
ejemplo, y en la Hermandad de la Trinidad lo saben, que Manolo
González pudo haber sido un gran torero simbólico de Sevilla.
Los cuadros del XIX con estampas de toreros que tiene Lola Ortega
en su tienda de antigüedades de la Plaza del Cabildo saben que
Antonio Gallardo podía haber sido un mito del toreo de Sevilla,
esa foto de una verónica que parece de Curro Puya, otro olvidado.
Como los veladores del bar Los Tres Reyes saben que Sevilla se
perdió un gran torero que se llamaba Rafael Torres. Hablando de
torres, como lo que no puede ser no puede ser, Rafaelito Torres
tuvo que cambiar el oro de la Torre del Oro de los matadores por
la plata de la Torre de la Plata de los banderilleros. Esta tarde
se corta la coleta como subalterno aquel sueño de lo que pudo
haber sido y no fue, en el que muchos vieron el sucesor al trono
taurino de Sevilla con aromas de romero. Eduardo Dávila Miura,
que es un señor, ha invitado a Rafaelito Torres a ir en su
cuadrilla para que se pueda oficiar algo tan sentimental como la
ceremonia del adiós a una esperanza. (Por cierto, si Eduardo
Dávila se hubiera enterado, como es un señor, a lo mejor habría
sacado en su día a Lebrija el Puntillero en su cuadrilla para que
pudiera cortarse la coleta de torero con todo honor, en vez de que
lo echaran de mala manera de la plaza que tantas veces lo
ovacionó por resolver una difícil papeleta con su cachete
dieciochesco.)
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Viernes 11: El Infierno de las calles
Como el arte imita siempre a la Naturaleza y no al revés, oportunísima y
actualísima la obra con la que el grupo "¡Valiente Plan!"
inaugura temporada en la Sala La Imperdible: "La calle del
Infierno". No hay que perderse la función de La Imperdible para salir
de dudas. ¿A qué calle se refieren? ¿A la calle Doña María Coronel? ¿A
la calle Baños? ¿A la calle San Pablo? ¿A la calle Almirante Lobo? ¿A la
calle San Esteban? Porque, desde luego, tal como está la circulación de
embotellada y colapsada en absolutamente toda Sevilla no deben de referirse
a la calle de los cacharritos y los coches locos de la Feria, sino que la
obra tiene que ser sobre este infierno en que se ha convertido todo el
viario, mientras la Delegación Municipal de Tráfico mira hacia otro lado y
silba el pasodoble "La Giralda". De la Calle del Infierno en la
Feria (la única del Averno de Pedro Botero visitada por un Papa) hemos
pasado al infierno de estas calles del colapso continuo y ubicuo, sin que
nunca aparezca un solo guardia municipal para medio remediar el
desbarajuste. De donde deducimos que los sarcásticos y demoledores
creadores de "¡Valiente Plan!" se han confundido, que no es en
singular, sino en plural: "Las calles del Infierno". O que el
título es precisamente al revés: "El Infierno de las calles". Lo
que sí está perfecto y más que adecuado es lo de "¡Valiente
Plan!". Eso, eso: valiente plan...
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Jueves 10: ¿Hay Policía de Tráfico?
La ciudad barroca de los duales no tiene fin. El martes por la tarde,
mientras Jordi Pujol se hartaba de decir que hay que acabar con la
Andalucía subvencionada, los acogidos a la sopa boba del PER y los
profesionales de la protesta del SOC se manifestaban ante la sede del PP, en
la calle San Fernando. Era, además, la noche del medio partido Betis-Real
Madrid. Y entre calle la San Fernando y La Palmera se armó en toda Sevilla
tal embotellamiento de tráfico a las 8 de la tarde, que los coches en
carrefilera llegaban hasta la Puerta Osario, hasta más allá de la
Enramadilla y hasta el campo del Sevilla, que rima. Durante más de una
hora, en ningún lugar de este embotellamiento monumental y artístico en
que el SOC convirtió a Sevilla se vio un solo guardia municipal, y eso que
el follón se vería perfectamente en las cámaras de la Delegación de
Tráfico. Claro que tampoco hace falta que el SOC corte la calle San
Fernando para esta terrible situación de la circulación, en la que nunca
sabes cuánto vas a tardar en llegar a un sitio ni por qué calle te va a
coger el tapón. Y en todos esos embotellamientos múltiples, la misma
constante: nunca se ve a un solo guardia municipal que llegue con su moto
para regular urgentemente aquello y dar una cierta fluidez. Los conductores
atrapados en el embotellamiento nuestro de cada día llegan incluso a pensar
si acaso eso de que Sevilla tiene una Policía Local de Tráfico es un
infundio que han levantado contra el Ayuntamiento.
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Miércoles 9: Los Ultra Palco
Como hemos abandonado todo modelo de sociedad industrial y nos hemos
apuntado a los trenes baratos (léase Ave) de la hostelería, el turismo y
los servicios, quiere ello decir que Sevilla vive de su fama, de su leyenda,
de su pasado. La imagen de Sevilla es su principal activo y fuente de
riqueza. La salvajada múltiple, coral y colectiva del Pizjuán incide,
pues, directamente sobre ese activo, sobre esa marca. Las imágenes a lo
Jarrai de los niñatos de la Peña Biri aplicando la salvaje Ley de Lynch a
un pobre "segurata" han dado la vuelta a España. Lo que significa
que muchos habrán puesto en cuestión la imagen de Sevilla como tierra de
la permisividad y la concordia. No basta con que cierren el campo por tres o
por cinco partidos y con que el club le retire el carné al agresor de
Prats. No basta con culpar a la Policía, en esta ciudad donde siempre
echamos la culpa del fuego a los bomberos. Como en el caso de Jarrai, esta
violencia está fomentada desde arriba. También existen los Ultra Palco.
Porque son los propios clubes los que pagan los autobuses de estos niñatos,
de estos criminales del domingo tarde; los que les regalan las entradas para
los partidos; los que les conceden locales y mamelas; los que les pagan el
bocadillo para los viajes. Los barandas palanganas, pues, no pueden lavarse
las manos como su colega Pilatos. Si se quiere atajar la violencia de raíz
no hay que buscar abajo, en los fondos Norte o Sur, sino arriba, en los
palcos. Ojo, y no sólo en Nervión, que al final de la Palmera ocurre tres
cuartos de lo propio...
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Martes 8: Japonés en la Bienal
Clausura de la Bienal, no hay que decir qué bienal. Estrella Morente en el
revitalizado Auditorio de la Expo, cuya salvación quizá haya sido uno de
los logros más efectivos del décimo aniversario del Evento Por
Antonomasia. Estrella Morente, con sus peinecillos granadinos, en el
firmamento de La Niña de los Peines, del Sacromonte a la Alameda, haciendo
caminar a Roma a los peregrinitos que no iban precisamente a lo de Escrivá
de Balaguer, sino a que los case el Papa y les regale un cucurruchito de
maní metido por fiesta. Y antes del comienzo del espectáculo, los avisos
al respetable para que no haga vídeos y para que apague los jodidos
teléfonos móviles. En español, en inglés...¡y en japonés! El japonés
ha sido en la practica lengua oficial de la Bienal del Flamenco. En muchos
espectáculos había más gente del Japón que, un poner, de Los Remedios. Y
en la Feria Mundial del Flamenco, igual: así de japoneses, María, así...
Antes, los jornaleros del flamenco iban al Japón a ganarse unas perritas, y
a Chiquito de la Calzada se le quedaron desde entonces sus humorísticos
andares de geisha. Ahora son los japoneses los que se nos entran por las
puertas para dejarse aquí el dinero a espuertas. Del cuarto de los cabales,
a los cuartos que se dejan aquí los cabales del Japón. En el Japón tienen
mucho más claro que aquí que Sevilla es la capital mundial del flamenco.
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Lunes 7: Blasco Garzón
No es leyenda y mito del exilio todo lo que reluce. En plena conmemoración
gloriosa del exilio republicano, el profesor Morales Padrón ha recibido una
angustiosa carta desde Buenos Aires. La anciana hija de don Manuel Blasco
Garzón está en la indigencia y para subsistir pide ayuda económica a la
ciudad querida donde su padre fue presidente del Ateneo, director de la Real
Academia de Buenas Letras y de la que salió para ser ministro de
Instrucción Pública en la II República y marchar luego al exilio tras la
derrota de la democracia en la guerra civil. Blasco Garzón, por si no lo
han situado, es
quien preside la foto histórica de los poetas de la Generación del 27 en
el Ateneo de Sevilla. Pues bien, el profesor Morales ha pedido ayuda en
muchísimas puertas para la hija de Blasco Garzón, y en ninguna han
respondido. Una de ellas ha sido la del mismísimo Alfonso Guerra, "exiliógrafo"
oficial de España, quien ha remitido displicentemente la urgente necesidad
de ayuda a las calendas griegas de una futura ley que promoverá el PSOE en
el Parlamento. Entre tanta conmemoración solemne de la Generación del
27 y del destierro republicano no hay el menor atisbo de querer ayudar a
la hija del ilustre intelectual sevillano exiliado. En ninguna Fundación,
Patronato, Consejería o Comisión Nacional hay una sola peseta que enviar a
Buenos Aires para esta sevillana que no se olvida de su ciudad. De lo que se
deduce que hay muchas miserias en la manipulación interesada de tanta
Generación del 27, tanto Cernuda y tanto exilio republicano.
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Domingo 6: Una Sevilla en Roma
Entre la setenta veces siete de Sevillas que hay,
existe la Sevilla del Opus. Aunque a algunos les duela reconocer
la existencia de esta Sevilla, ahí está, y por nuestra parte
tiene todos nuestros respetos, como la Sevilla solidaria de las
ONG, o la Sevilla eucarística de las hermandades sacramentales o
la Sevilla bíblica de las iglesias evangélicas. La del Opus
Dei es la Sevilla de Altair y de Tabladilla, de Guadaira y de
Almonte, de Candilejo y Canal, de la iglesia del patriarca Señor
San José en el antiguo colegio del Santo Ángel, de los pisos de
numerarios en Los Remedios o la Sevilla del catedrático don
Jesús Arellano Catalán en la casita de la Obra en la plaza de
Doña Elvira. Hoy esta Sevilla está en Roma, en la plaza del
Vaticano concretamente, con toda su justa alegría por la
canonización de Monseñor. A la Sevilla del Opus no hay que
decirle qué Monseñor es Monseñor. Y están los hombres en su
perfecto derecho de ir a Roma en romería de la Obra y de estar
contentos como unas Pascuas. ¿No nos parece normal que los
capillitas estén que se salen cuando coronan a sus Vírgenes?
¿Por qué entonces han de sufrir tantas guasitas e indirectas por
parte del resto de los sevillanos estos sevillanos del Opus a cuyo
fundador ha hecho santo el Papa? Envidia, envidia es lo que nos
dan a los que somos partidarios de la Sevilla de Sor Angela de la
Cruz (otra Sevilla más), la cual, como el coronel de García
Márquez, no tiene la pobre quien le escriba la palabra
"urgente" en la carpeta de su causa de canonización en
Roma.
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Sábado 5: Sábado de manteros
Hoy sábado se repetirá la escena... Bueno, esperemos que tras la
publicación de este suelto quede el asunto amarrado y no se repita la
escena que vamos a describir, porque haya intervenido en regla la Policía
Local. Mediodía de sábado, público de fin de semana, de compras o de
paseo por el centro, sin prisas. Ambiente de bulla comercial en la calle
Velázquez, de Rioja a O´Donnell. Y delante de todos y cada uno de los
escaparates de los establecimientos que pagan sus impuestos tanto al
Ayuntamiento como al Estado y a la Junta si los hubiere, las mantas de los
inmigrantes presuntamente ilegales y simpapeles que se dedican a la venta de
artículos falsificados. Pañuelos de marca, monederos de marca, cinturones
de marca, todos falsificados, así como toda suerte de discos compactos con
las últimas novedades musicales, completamente falsificados, los llamados
"Top Manta". Nunca la venta clandestina de artículos perseguidos
por la ley fue menos clandestina que en la calle Velázquez, los sábados, a
mediodía. O que en la acera del Nervión Plaza en la avenida de San
Francisco Javier, todas las tardes. Esperemos que al menos hoy, tras la
publicación de este suelto, la cosa quede amarrada y no haya un solo
mantero en Velázquez por la mañana ni en el Nervión Plaza por la tarde.
Que son los mismos, claro, que van de un lado a otro.
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Viernes 4: El Papa no lee a Pimentel
Va de estrella, pista, que va el artista, en la inauguración de curso en el
foro de Antares (sector histórico), como cabecera de cartel, antes que
Felipe González y antes que Mayor Oreja. Es el protagonista de una
película que le han hecho para él solito, donde cuenta su vida, cinta a la
que deseamos que le den un premio Goya, sin premio. Si con estas cosas su
humildad franciscana no queda bien despachada, ayer Manuel Pimentel le
pegó un sahumerio bastante considerable en "Diario de Sevilla".
Oigan, oigan cómo lo atufó de incienso: "Conoce perfectamente la
realidad andaluza, con sus sombras y sus luces, y su compromiso con nuestra
tierra y nuestra sociedad se ha hecho patente a lo largo de toda su
trayectoria. No ha sido una persona ausente de los grandes debates que han
sacudido nuestra sociedad. Antes bien, por el contrario, ha expresado, con
prudencia y acierto, su opinión y la de la iglesia sevillana en numerosas
ocasiones. Sigo con interés y admiración sus comparecencias públicas,
escritos y doctrina, que reflejan el pensamiento comprometido de una iglesia
católica consciente de lo mucho que tiene que aportar a la sociedad en
estos momentos de incertidumbre. Muchas gracias, arzobispo, por sus veinte
años de esfuerzo entre nosotros. Ojalá sean muchos más: sus palabras y
ejemplo nos reconfortan y alientan. " Y digo yo: si es tan Superstar,
¿por qué el Vaticano mantiene a Sevilla en Segunda B de las sedes
arzobispales y no lo han hecho ya cardenal? Se ve que el Papa no lee a
Manuel Pimentel.
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Jueves 3: Abril embotellado en octubre
Estamos en octubre, mes del Rosario de Montensión. Pero si usted coge el
coche por Las Delicias a las cinco y media de la tarde y lo enfila hacia el
Puente de Triana, en llegando a la Torre del Oro le parecerá que estamos en
pleno mes de abril, y que la corrida de toros de la feria va a empezar de un
momento a otro. Por el continuo embotellamiento monumental y artístico.
Vamos, que sólo falta la gente que va con la almohadilla puesta desde su
casa por la acera de La Previsión Española. En el Paseo Colón siempre es
abril. El embotellamiento del Paseo Colón es de tarde de feria no solamente
a esa hora taurina de las seis de la tarde, sino por las mañanas, por las
noches, siempre. Y quien dice el Paseo Colón dice la calle San Fernando, o
lugares tan insólitos de embotellamientos como Manuel Siurot, el Puente de
San Telmo, la Enramadilla, la calle Arroyo. Tras ímprobos esfuerzos, el
Ayuntamiento, con las obras electoralistas en marcha, ha logrado que toda
Sevilla sea un enorme embotellamiento, y que ya no sepas cuánto tiempo
necesitas para llegar con el coche a cualquier parte. ¿La solución? Se nos
ocurre una: que adelanten las elecciones municipales. Si adelantaran las
elecciones municipales a enero, por ejemplo, vería usted cómo esas obras
se terminaban todas antes de una semana. Para inaugurarlas con foto y cinta
antes de las elecciones, claro. Que es de lo que se trata.
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Miércoles 2: Ochoa no ha ardido
Maestro pastelero don Luis Ochoa Jiménez: como es usted, patriarca de la
saga gremial, la persona de esa ilustre familia de comerciantes que más
conozco, iba a llamarle por teléfono para lamentar el fuego de su
establecimiento y expresarles a todos mi apoyo, en lo poco que pueda valer.
Pero no le he llamado y le pongo este billete porque he llegado a la
conclusión de que Ochoa no ha ardido. No ha ardido, no puede arder, el
recuerdo de la Granja Victoria en Reyes Católicos, ni la memoria del apoyo
de su padre a la causa andalucista de aquel cliente notario que se llamaba
Blas Infante. No ha ardido, no puede arder, la añoranza del abrigo de piel
camello de las pergaminos de Sevilla, con su paquetito de Ochoa en la mano,
la cinta azul y blanca, el papel con las gallinas y el perfil de la
Catedral. No han ardido nuestras tardes del carmen y del batido hecho
a mano, en el provinciano saloncito de té de la primera planta, que era un
lugar de resistencia en la Sevilla de las cafeterías con nombres italianos
o americanos. Y por supuesto que no ha ardido el cartel, "Hoy es
vigilia", porque siempre estamos saboreando en la memoria, maestro don
Luis, sus generosas torrijas, ese puntualísimo reloj cofradiero con que
usted marca en ésta su casa la exacta hora de las vísperas del gozo cada
Miércoles de Ceniza. Ochoa no ha ardido, porque no puede arder un apellido,
una tradición, una leyenda. El cartel sigue diciendo que hoy es vigilia,
vigilia de ánimos, porque ya mismito vamos a estar otra vez allí, dando la
primera levantá a los pasitos del escaparate de la calle Sierpes, maestro
don Luis Ochoa Jiménez.
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Martes 1: Además de borrachos, guarros
No sabemos cómo habrán amanecido hoy, pero
durante más de dos días los jardines del Líbano, en las
Delicias Viejas, frente a la Plaza de América, han permanecido
todo el fin de semana como un estercolero, con los restos de
bolsas de plástico, botellas, botellonas, vasos desechables
astillados y toda suerte de basura esparcidos por el suelo. Cabe
culpar a Lipassam, cierto. Pero no menos cierto que a quienes de
verdad hay que culpar es a los concurrentes de las movidas
nocturnas. Además de borrachos, guarros. ¿Es imprescindible
tirarlo todo al suelo para celebrar esas tenidas para iniciados en
el rito del alcohol y las pastillas? Si es imprescindible y forma
parte de los nuevos ritos de la ciudad, no hemos dicho nada. Pero
lo que más nos sorprende es que estos auténticos vertederos son
dejados por los grupos que después se proclaman más ecologistas
y más cuidadores del medio ambiente, más preocupados por el
agujero de ozono y por la madre que partió el agujero de ozono.
Los que dejan así los jardines del Líbano, por otra parte, no
son patanes, sino gente que ha estudiado al menos todos los ciclos
obligatorios de la enseñanza. Esas bolsas de plástico degradando
días y días el mejor jardín romántico de Sevilla significan la
quiebra de un sistema de valores, que es lo que debe preocupar,
más que las escobas municipales funcionen con celebridad o no
funcionen con celeridad. ¿Cómo pueden divertirse entre tanta
basura como echan por el suelo? Por cierto, a ver si don Emilio
Carrillo nos da las cifras exactas de lo que nos cuesta cada fin
de semana limpiar los vertederos que dejan estos niñatos que,
además de borrachos, son unos guarros.
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