El Recuadro

El Mundo de Andalucía, viernes  27 de febrero de 1998

"Eso aquí se hace así" 

 

Eso aquí se hace así, Quini. Tu muerte ha sido también de pellizco cardenalicio. Porque el tango, para que fuera tango en la suprema dictadura de tu Real Conservatorio, debía de tener un pellizco que hasta hiciera cardenales, ya te lo he dicho, Antonio, cardenalicio, joé, como me explicabas aquella noche en una tienda de la esquina de la plaza de Candelaria, mientras ante la Peña La Estrella cantaban coritos que sí, están muy bien, estos muchachos tienen mucha voluntad, pero lo que yo te diga, Antonio, les falta el pellizco, el tango tiene que ser de ferretería, que se oiga el trío y se te pongan los vellos como alcayatas, de ferretería, Antonio... César Vallejo del poema de un tango de los matuteros de La Cueva del Pájaro Azul, de Los Pelelines, de Los Bastones de Caramelo, anunciaste, Quini, que habrías de morir no en París con aguacero, que le den por saco a París y al aguacero, joé, sino aquí en Cádiz, entre papelillos y serpentinas, un Martes de Carnaval, tracatrá, un martes de Carnaval, y mira como tu propia muerte está sonando ahora, Quini, a cuplé antiguo de coro tuyo, a cuplé metido por polka, pero que al final remata con el supremo tanguillo de tu muerte: un Martes de Carnaval, tracatrá, un Martes de Carnaval...

Eso aquí se hace así, Quini, Joaquín Fernández Garaboa, tú me lo enseñaste. Llevabas, como el marinero de una copla de popurrí, el brazo tatuado. Con el escudo de la Falange. Que cuando me lo enseñaste aquella noche de la tienda de la esquinita de la plaza de Candelaria con la calle Sacramento, sentí el frío de tu juventud en la División Azul, cuando entró el capitán Pettenghi en la chabola de los hielos rusos y era un Martes de Carnaval que no te tocaba aún morirte bajo el fuego de los órganos de Stalin en el frente del Volchov, y tenías montado un coro, con aquel popurrí sobre la música del Barrilito de Cerveza: "Te vas a quedar por lila, otro año en Krasnigborg"...

Esos mismos que ahora, cinco rosas del Parque Genovés sobre las cinco flechas tatuadas de tu brazo, te proclaman para siempre Caudillo del Tango por la Gracia del Son, te tomaban a chirigota, tú que eras tan de coro. Yo no, Quini, tú lo sabes. Desde aquella mañana del estadio Carranza, bajo cuya tribuna vivías, que yo no he visto más humedades. Entre tus cajas de zapatos con la historia del Carnaval, oímos la música de mi Habanera de Cádiz, cuyo estribillo tenías que grabar con tu coro Raíces, aunque luego fueran tan miserables que ni te pusieron siquiera en la carpeta del disco. Si esa canción es grande y eterna es porque tiene en el estribillo ya para siempre la verdad gaditana de tu voz, Quini. Muy suficientes y muy modernos, los músicos que a grabar la Habanera iban, estaban oyendo en aquellos bajos de la tribuna del Carranza donde vivías, qué humedades, Dios mío de mi alma, tus grabaciones de los viejos tangos de la Historia del Carnaval que rescataste. Sonaba tu disco en el equipo de aquel hijo medio punki que te había salido, y los músicos, tan enterados, tan entendidos, empezaron a poner mala cara cuando sonaron las guitarras, las bandurrias y los laudes de la orquesta. Uno, suficiente y altivo, se atrevió a decir:

--- Ese laúd del acompañamiento está tocando media octava más bajo que la dominante de la melodía, y además, el contrapunto...

No lo dejaste terminar, Quini, porque, Caudillo del Tango por la Gracia de Cádiz, pronunciaste la que ya siempre tuve por una proclamación solemne de nacionalismo, como el cuadro de La Pepa, pero en clave de Carnaval. Porque a aquel músico tan moderno y tan suficiente, desde la suprema verdad de tu caudillaje, mientras seguían sonando aquellos viejos tangos tuyos cardenalicios y de ferretería, le dijiste:

---Pues mire usted: eso aquí se hace así...

Cinco palabras, Quini, que son tu testamento. Ojalá los andaluces las aplicáramos siempre:"Eso aquí se hace así". Por eso, Joaquín, Caudillo del Tango, Quini amigo, te has tenido que morir junto al teatro Falla y un Martes de Carnaval. Eso aquí se hace así.


El RedCuadro es una publicación electrónica de Arco del Postigo S.L.  

Volver a la Página Principal