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Si
algo se muere en el alma cuando un amigo se va, imagínense el
congreso de funerarios (sin huelga y tocando madera) que se
organiza cuando el amigo que se va resulta que se llama Romero.
Ido Romero, aquí va a volver hasta Finito de Triana, que
fuerzas tiene a sus años para volver a coger los palos del arte
y a ganar con ellos todos los premios al mejor par de todas las
ferias del ancho mundo. Vuelve Ortega Cano y vuelve Jesulín.
Pero Ortega Cano vuelve más todavía, porque vuelve de la mano
de Eduardo Canorea, que es volver desde Sevilla, un torero que
hasta ahora teníamos siempre entre Cartagena, la otra
Cartagena, la de Indias, San Sebastián de los Reyes y los reyes
de la baraja de la canción de García Lorca cantados por Rocío
Jurado, su mujer. Vuelve Ortega de la mano de Canorea II. Que se
cree Canorea II que la mancha de la mora con otra verde se
quita... Aunque la mora verde sea la ramita de Yerbabuena de la
hondura de José Ortega, que ha sido y es en el toreo mucho más
de lo que gente cree, e incluso de cuanto cree él mismo.
Me encanta que vuelva José Ortega. Andamos los aficionados
como huérfanos desde la noche de La Algaba, cuando se puso a
repicar el teletipo de las amapolas. A Ortega le pasa como a
Manzanares, que es un torero en el que Sevilla puede poner sus
complacencias, porque está visto y demostrado que aquí no le
pedimos el carné de identidad a nadie. Y le hace falta a Ortega
volver, para que de una vez la imagen pública lo ponga en su
sitio, y lo saque de la prensa del corazón y de la puerta de la
casa de La Moraleja en un revuelo de niños y de antonios
davises. Ojalá pronto los televisores echen humo con José
llevando a un toro embebido en la muleta, y no llevan las
maletas en el carrito de los equipajes de Barajas, yendo y
viniendo, mientras lo acosan los micrófonos y las cámaras de
los paparazis y de los papafritis. José quiere mucho a Rocío,
lo sabemos sus amigos, pero hay amores que matan. Que matan la
imagen de los artistas.
Lo de Jesulín es otra cosa. Cuando he leído que vuelve
Jesulín me he acordado de la anécdota de Juan Belmonte. Aquel
torerito retirado por el fracaso, lleno de pretensiones, que se
acercó por Los Corales a ver a Juan, lo asaltó en la soledad
de su silencio de amigos con Rafael el Gallo y le espetó:
-- Don Juan, que voy a volver...
-- ¿Y qui...qui.. quién te ha pedido que vuelvas?
En el caso de Jesulín no sé si habrá sido Tele 5, Antena 3
o Tómbola quienes les han pedido que vuelva. Algo así tiene
que ser. Tal como están las cosas en el toreo, entre José
Tomás y El Juli, el interés de la vuelta de Janeiro estará en
lo de siempre: en sus novias. En ver a qué novia le brinda el
primer toro de esa vuelta que nadie ha pedido, quizá solo
Matilla: "el empresario Matilla, para ganar unas
pesetillas", que diría Rafael Peralta en sus aleluyas
taurinas. Janeiro está muy bien donde está, en el
"Hola". Por mucho que se empeñe, por más que vuelva,
no van a hacer una edición especial del Cossío para recopilar
sus obras completas. Por mucho que vuelva, no saldrá de la
planta de lencería fina de señoras y de la galería de novias
y de madres solteras. Ese es el único papel que puede subir con
su vuelta: el papel cuché. En cuanto al papel de las taquillas,
se va a enterar el nuevo apoderado de Ortega de lo que vale un
peine cuando este año abra el primer abono sin Romero. Eso no
va a ser abono. Va a ser estiércol de vaca. Loca.
Sobre José
Ortega Cano, en El RedCuadro:
"El pasodoble
de Ortega Cano" (el triunfo de Ortega con el Jandilla en la Feria de Abril de
1998)
"Va por usted (letra del
pasodoble taurino a Ortega Cano)"
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