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No
se ha entrevistado con el ministro marroquí de Asuntos
Exteriores, pero se tenía que entrevistar, porque a él es al
único español que le come en la mano. No ha tomado el té de
yerbabuena con el Rey Mohamed VI, pero tenía que haberse puesto
de té hasta la corcha, porque él es el único a quien el
monarca marroquino, con lenguaje de vendedor de alfombras del
zoco o de la calle Cristianos, le dice: "Yo estar moro
amigo de Esbania..." Me estoy refiriendo a Felipe
González. Lo hemos estropeado todo, y por culpa de un espía
desnortado al Sur del Estrecho, que se creía confidente de
"Casablanca" o personaje de novela de Bowles, y se le
paró en reloj en Tánger, de modo que se creía aún en la
ciudad internacional de los espías de la segunda postguerra
mundial, en un Tánger de contrabandos de piedras de mechero, de
gramos de penicilina, de relojes Cauny, de plumas Parker y de
cuarterones de tabaco de El Cubanito. Urge un curso de reciclado
de los espías andorranos que tenemos en Tánger, porque el que
ha informado a Fernando Arias Salgado y, por ende, al gobierno
de Madrid, por poco llega a la embajada y dice:
-- Que he visto ayer a Felipe González con Humphrey Bogart
en el aeropuerto de Casablanca. Creo que estaban esperando el
avión de Lisboa...
Y los títulos hubieran salido igual. Me refiero a los
títulos de los desmentidos de la metedura de pinrel. Ya lo
estoy viendo en el boletín oficial del polanquerío, en el
diario blanco de las listas negras: "Piqué, como no se
entera, regadera, difundió el embuste de que González estaba
con Bogart en Casablanca". Y debajo, ese sumario: "Aznar
dio desde Madrid órdenes a Sam para que la tocara otra
vez".
Y como la mancha de la mora, y nunca mejor dicho lo de mora,
con otra verde se quita, pido solemnemente no sólo que
González se entreviste con el rey alauí que te vi, sino que lo
nombremos embajador en Rabat. Ya que Marruecos no tiene secretos
para él y dispone allí de las mejores relaciones como
visitante asiduo, ¿qué mejor embajador? ¿No son los
socialistas tan amigos de los marroquíes? Pues dejemos en manos
de los socialistas las relaciones con Marruecos, como solemos
mandar siempre a un beatón meapilas de embajador a la Santa
Sede. Son los únicos que pueden arreglar lo de las pateras y lo
de la pesca. Es que ya estoy viendo en el muelle de Barbate,
sobre las telarañas de los barcos de la flota pesquera
amarrada, el viejo lema escrito en las pancartas: "Felipe,
colócanos a tós".
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