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Esto
es como los historiadores que vienen con su rigor científico y tiran
por tierra las más bellas leyendas de Don Juan, de Don
Pedro el Cruel o de Isabel la Católica. Vienen los científicos
y acaban de un plumazo investigador con el refranero. De momento
han dejado como unos zorros ese refrán que dice que algo tiene
el agua cuando la bendicen. Me refiero al equipo de
investigadores del Instituto de Recursos Naturales y
Agrobiología de Sevilla, integrado en el Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC), y formado por Valme Jurado,
A. Ortiz-Martínez, M. González del Valle, B. Hermosín y
Cesáreo Saiz-Jiménez. Se han ido a las pilas de agua bendita
del templo del Gran Poder, de la basílica de la Macarena y de
la parroquia de El Salvador, han tomado muestras del sacro hache-dos-o
y han redactado su estudio «Microbiología de las pilas de agua
bendita sevillanas». Y échense a temblar. Sí, algo tiene el
agua, pero cuando la bendicen y la meten en las pilas del
Salvador, de la Macarena o del Gran Poder lo que tienen son
todas las guarrerías del mundo, todos los gusarapis más
nocivos que imaginarse puedan, agentes patógenos es el término
científico, vean, vean lo que han encontrado en el agua:
pseudomonas, bacilos, estafilococos, sphingobacteriums y delftia,
así como streptococcus y acinetobacter.
-- O sea, que quien se santigüe con agua bendita puede coger
lo que no tiene...
En efecto: llegas ungido de devoción a la iglesia del
Salvador para rezarle al Señor de Pasión, te acercas a la pila
del agua bendita, la tomas en tus dedos con fervor, te santiguas
con ella, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo... y a llamar al 061 para que te lleven directamente a las
urgencias de García Morato. Así están los pasillos de
urgencia en los hospitales de Sevilla... Es por la devoción al
Gran Poder, a la Macarena y al Señor de Pasión, por la
cantidad de pseudomonas que cogen los devotos.
Lo dicen bien clarito en el estudio: «Veintinueve de las
treinta y siete especies diferentes aisladas del agua bendita
son patógenos humanos, algunas de ellas producen peritonitis,
endocarditis, úlcera de córnea, fibrosis quística, y todas
ellas están implicadas en diferentes tipos de infecciones
incluyendo septicemia, abcesos, osteomielitis, meningitis,
diarrea aguda, bacteremia, etcétera. Por lo tanto, las pilas de
agua bendita representan un riesgo potencial de infecciones y
enfermedades que pueden producirse por inoculación directa en
los ojos, nariz o boca por contacto con los dedos.» Estoy por
pensar que el agua de la Pila del Pato está en mejores
condiciones de salubridad que la de los aguabenditeros de estos
templos de devoción. Lo cual no es nuevo. Muchas iglesias
tienen ya las pilas de agua bendita más secas que el ojo de un
tuerto, porque es voz común que los drogadictos se servían de
ellas para lavar las jeringuillas del pinchazo de heroína, qué
horror.
Lo malo será como lea esta información Gloria Estefan, el
disgusto que le vamos a dar a lo suyo, al famoso son del agua
bendita que canta en dueto con Celia Cruz, ¡azúcar!: "Un,
dos, tres,/ tres gotas de agua bendita/ y se te cura el lumbago/
y se te aclara la vida." Enseguía... Tendrá que cambiar
la letra: "Un, dos, tres,/ tres gotas de agua bendita,/
vete al hospital y lleva/la tarjeta de Sanitas..." Salvo,
claro está, que en la Macarena, como tienen tanto dinero,
cambien la pila por una máquina expendedora de botellines de
agua bendita de marca.
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