MADRID NO TIENE COSTA.- Galicia no tiene cotos de caza. Es, pues, más que justificable que a Fraga le pillara en tierras de Bono la marea negra del "Prestige". Es el prestigio social de la escopeta. Aquí si no estás el fin de semana de cacería es que no eres nadie. En un momento dado, tu secretaria debe decir: "El señor está en los Montes de Toledo". Si no estás de escopeta y perro es que estás en Babia. Pero lo mismo que le pasa a Galicia con la perdiz le ocurre a Madrid con las costas. Aunque tenga más restaurantes gallegos que toda Galicia, más restaurantes vascos que todas las Vascongadas y más de pescaíto frito que Málaga, Madrid no tiene costa. Por eso a muchos les cogió la marea negra tan lejos como a Fraga, pero sin escopeta y en el despacho, que es más grave. Como el fuel nunca llega a la Castellana... Pasa como con las pateras, que mientras no lleguen al lago del Retiro no se enterarán del drama. Galicia estaba doblemente negra. Negras sus playas y corrales marisqueros con la marea y negros los gallegos, al ver cómo los telediarios de Madrid, y los periódicos de Madrid, y los ministros de Madrid no se acababan de enterar de la que teníamos encima. Alguien tenía que haber lanzado ya el grito: "Galicia somos todos".

GANANCIA PARA MARRUECOS.- A río revuelto, ganancia de pescadores. Y a "percebeiros" sin trabajo, ganancia de Marruecos. Si todos los percebes que nos venden como gallegos fueran gallegos de verdad, Galicia debería tener algo así como 3.500 kilómetros de costa. (Ni Jabugo puede dar tanto jamón de Jabugo ni Avila tanta ternera de Avila.) A muchos percebes que te venden como más gallegos que el paraguas de un cura de Santiago, cuando le quitas la uña les sale chilaba y el fez, pura morería. Ahora nos venderán doblemente caros los percebes moros disfrazados de gallegos. Estarán, como siempre, recién llegados de Cambados: "Hemos conseguido solamente estos poquitos, por eso están un poco subidos de precio..."

RETIRADA DE VERTIDOS.- Y ya que está montado el dispositivo de retirada de vertidos tóxicos y contaminantes, cuando acaben con la última gota de fuel en las costas gallegas, que sigan, y que empiecen con la Costa del Corazón Televisivo, que está negra, guarra, asquerosa. Ahí sí que hemos contemplado ya el peor de los escenarios; verbigracia, el que daba un dinero muy curioso todas las semanas a Concha Velasco y que ha suprimido Sánchez. Ahí ya ha habido una retirada de lodos tóxicos importante por parte de María Teresa Campos, que ha puesto en su programa una barrera antivertidos similar a la de la ría de Arosa. Pero ya que estamos puestos, debemos seguir. Hasta enterrarlos en el mar, como decía el otro, a tanto traficante de cuernos propios y desgracias ajenas.

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