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A
algunos nos pasa al contrario que a Georges Brassens, que nos
gusta la música militar, como símbolo de un tiempo. Por
ejemplo, de estos presentes y catastróficos tiempos de
chapapote en que las Fuerzas Armadas vuelven a servir a la
sociedad.
LOS VOLUNTARIOS.- Supe
que en España había de verdad democracia y que los Ejércitos
habían dejado de ser un poder fáctico por fuera de la raya de
picadores de la Constitución el día que oí que en un desfile
la música ya no tocaba el pasodoble de "Los
voluntarios", sino otra marcha, de tiempos de la II
República: "Heroína". A "Los voluntarios"
le pasaba un poco como a la bandera nacional: que aunque muy
anterior a Franco, no había forma de dejar de identificarla con
la dictadura. Sería porque sonaba siempre en los desfiles de la
Victoria, en el No-Do, en el final de "Imágenes". Y
eso que es muy anterior, de 1893, fecha en que Gerónimo
Giménez (1854-1923) estrenó la zarzuela a la que pertenece y
de la que salió lanzada a la fama popular de la música
patriótica, como tantas otras piezas inicialmente teatrales,
cual "Las corsarias". "Los voluntarios" tuvo
que sonar en la pérdida de Cuba y Filipinas, pero sólo nos
recordaba a triunfo de los nacionales en la guerra civil. Hasta
que las bandas militares, con el Rey de jefe supremo, tomaron
"El abanico" de Alfredo Javaloyes como marcha ritual
para la revista de las tropas no empezó a sonar la democracia
en orden cerrado y de uniforme. En estos días de bendita
movilización espontánea de los muchachos para luchar contra la
marea negra, en este 2 de mayo por lo ecológico que ha sido el
puente del 6 de diciembre, es como si también se hubiera
democratizado aquella marcha de "Los voluntarios".
Suenan "Los voluntarios" y no pienso en las
barbaridades de la guerra civil, sino en los monos blancos y en
las mascarillas de esos estudiantes que arrancan el fuel de las
rocas.
EL ABANICO.- En el
antiguo aeródromo militar de Tablada, entre palmeras que aún
recuerdan el vuelo del "Jesús del Gran Poder", el
Ejército del Aire festeja a la Virgen de Loreto. En la
alocución del jefe del Mando Aéreo del Estrecho, el recuerdo a
quienes están en misiones especiales. Hoy no son tan lejanos
esos objetivos humanitarios de las Fuerzas Armadas: hoy nuestra
Bosnia se llama Galicia. El almirante de la Flota me dice que
han pedido ir donde nadie puede llegar y que sus hombres están
ahora descolgándose por los acantilados para limpiar de fuel
las islas. Un joven teniente de Aviación se me acerca y no
puedo describir la ilusión que tiene, como si le tocaran
"La Bejarana", cuando me dice que mañana se va con su
unidad a coger chapapote. "¿En misiones desde el
aire", le pregunto. "No, en tierra, a arrimar el
hombro", me dice. Ayer en Tablada, cuando sonaba la marcha,
tan monárquica de Alfonso XIII, de "El Abanico", se
le escuchaba la respiración a esta democracia que tiene a su
servicio unas Fuerzas Armadas profesionales, donde todo el mundo
es ya voluntario que le pone para siempre compás de
Constitución a las viejas músicas guerreras.
Sobre el "Prestige",
en El RedCuadro:
Sociedad
civil: aquí estoy yo
Galicia
somos todos
Chapoteando
chapapote
Sobre los temas de este
artículo, en Internet:
Especial:
La tragedia del "Prestige", hora a hora ( La Voz de Galicia)
Documento- La marea negra del
'Prestige' (El Mundo)
Hemeroteca de
artículos en la web de El Mundo
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