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Urge
que volvamos a la enseñanza obligatoria del latín. No para
leer a Cicerón, sino para entender las cotizaciones de Bolsa.
Cada vez se estudia menos latín, pero se ponen a las empresas
más nombres que suenan a latín. Hay modas de Derecho Mercantil
para poner nombres a las sociedades. En Sevilla hay un locutor
popularísimo en España entera, decano de la Facultad de
Ciencias del Mangazo, que puso a sus empresas de servicios
nombres tan significativos pero antiguos como Llevárselo
Calentito S.A. o Española de Pelotazos S.L. Si estuviera a la
moda, ese virtuoso de meter la cuchara en los sucesivos peroles
del poder le pondría a lo suyo Mangalia S.L. Esto es lo que
más se lleva, la palabra que suene a neutro del plural latino:
Localia, Argentaria, Navegalia. Lees la lista de cotizaciones de
Bolsa y te dan ganas de echar mano del diccionario de latín del
Bachillerato. Y aprendes una barbaridad de latín. Localia, como
su mismo nombre indica, es la cadena de televisiones locales de
Polanco, que sabe latín. Argentaria, el maldito parné en
latín, es, ¡por fin!, la romanización de Vasconia, vía BBVA.
En el nomenclator empresarial
nada es lo que parece. Lees Telefónica en el Ibex y sabes que
es la compañía de teléfonos. Pero no te imaginas que Amena se
dedique a los móviles: suena a parques de ocio. Tampoco Iddeo
suena a timbre de teléfono. Suena a conjugación de verbo
latino: iddeo, iddeas, iddeare, iddeavi, ideatum. Terra podría
ser el nombre de una sociedad inmobiliaria del entramado
urbanístico del cocidito
madrileño de Tamayo para llevárselo como tierra, pero no:
es lo de Telefónica para Internet. ¿Qué tiene que ver la
tierra con el correo electrónico? Pues lo mismo que Altadis con
el tabaco. Altadis es el nombre de casada que se ha puesto
Tabacalera tras su boda con un francés. Será para disimular
que fabrican tabaco. Por esta razón, me admira lo de Admira.
¡Cualquiera piensa que Admira es para controlar medios de
comunicación! Hablando de Amena y de Admira, lo verdaderamente
ameno y digno de admiración es coger la lista de cotizaciones
de Bolsa y adivinar a qué se dedicará cada empresa, con estos
disfraces latinos de los nombres. Aceralia sí, Aceralia debe de
ser cosa de acero inoxidable, pero ¿y Avancit? ¿A qué se
dedicará Avancit? Parece que es el verbo en tiempo pasado del
sujeto Julio César con el predicado de su conquista de las
Galias. ¿Y con qué ganará el dinero Fortis? ¿Con qué
Centrica? ¿Y Acciona? ¿Qué accionarán las acciones de
Acciona? ¿Y Amadeus? ¿Gestiona los derechos de autor de Mozart?
No, padre: las reserva de hoteles y aviones, creo.
Añoro aquellos tiempos en que
a Seat se le entendía todo en el acrónimo: Sociedad Española
de Automóviles de Turismo, y que Renfe era la Red Nacional de
Ferrocarriles Españoles. De aquí a nada serán Autalia y
Trenaria, o si no, al tiempo. Y comprendo perfectamente la
perplejidad de Antonio Mingote, que dijo en un discurso genial
como todo lo suyo que con el tiempo llegará a aprenderse ese
alias de Vocento que le han puesto a la editora de su periódico
de siempre.
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