- UNA
                          señora magnífica que me honra con su amistad me
                          llama atribulada. Se dedica al mundo de la moda, tiene
                          un gusto exquisito, es una empresaria que arriesga
                          bastante, que cada vez que nos vemos me cuenta el
                          memorial de agravios de los facturones que le deben,
                          por esas butís de Madrid, de Valencia. Hasta en
                          Salamanca le deben dinero, que ya es mérito. Sus
                          tribulaciones esta vez no son de económica materia ni
                          de créditos que le vencen, ni de plazos de pagos
                          fraccionarios a la voraz Hacienda, sino que me llama
                          en una consulta estrictamente profesional. Me dice:
                          
                          
 
                      
                      -  
                        
                        
 
                      - --Me
                        han llamado del suplemento dominical de un periódico
                        para hacerme un reportaje familiar, fíjate qué horror,
                        con lo poco que me gusta salir en los papeles... Le he
                        dicho que no podía hablar con ellos' que estaba
                        atendiendo a una clienta, pero era solo una excusa, quería
                        ganar tiempo para poder hablar contigo y que me
                        orientes, me van a volver a llamar ahora. ¿Que les digo
                        para que no se enfaden?
                        
                        
 
                      -  
                        
                        
 
                      - --Pues
                        di lo más efectivo, la verdad...
                        
                        
 
                      -  
                        
                        
 
                      - --¿Así
                        de golpe, directamente, que no me interesa salir?
                        
                        
 
                      -  
                        
                        
 
                      - --Bueno,
                        diles que no padeces hemeropatía.
                        
                        
 
                      -  
                        
                        
 
                      - --¿Hemero...
                        qué?
                        
                        
 
                      -  
                        
                        
 
                      - --Hemeropatía...
                        
                        
 
                      -  
                        
                        
 
                      - --¿Y
                        qué es eso de la hemero... hemeropatía se dice, no?
                        
                        
 
                      -  
                        
                        
 
                      - --Pues
                        es una enfermedad muy corriente en España, una endemia
                        de la chuflería nacional o una pandemia del hedonismo
                        que nos devora, en la glorificación del héroe y en la
                        sublimación del trincón. En España hay muchos que,
                        sin saberlo, padecen hemeropatía.
                        
                        
 
                      -  
                        
                        
 
                      - --¿Y
                        qué significa ese nombre que te acabas de inventar,
                        porque seguro que te lo has sacado de tu cabecita?
                        
                        
 
                      -  
                        
                        
 
                      - --Pues
                        viene del griego, de «pathos», enfermedad, y «hemera»,
                        día, diario, periódico, revista, suplemento, fascículo,
                        colorín, papel prensa, en suma. La hemeropatía podía
                        ser descrita en un congreso médico como la adicción
                        enfermiza a salir en los periódicos sin causa
                        justificada. Los que la padecen sienten un síntoma
                        terrible, como unos temblores, como una subida de
                        envidia, cuando están dos semanas sin salir en los
                        papeles y en cambio ven que otros aparecen, otros hemerópatas,
                        se entiende. Los hemerópatas hacen lo indecible por
                        quitarse el mono de papel prensa, cuando experimentan el
                        síndrome de abstinencia. Organizan fiestas, bailes,
                        desfiles de modelos, donan colecciones de arte,
                        presentan perfumes, dan cenas a beneficio de los niños
                        pobres, se montan en un yate, dicen que se van a
                        separar, que se han divorciado, que se han vuelto a
                        arrejuntar... No hay nada tan peligroso como un hemerópata
                        suelto, y más si es de la especie más irrecuperable...
                        
                        
 
                      -  
                        
                        
 
                      - --¿Qué
                        especie?
                        
                        
 
                      -  
                        
                        
 
                      -  --Sí,
                        mujer, el hemerópata que llega a vivir de su propia
                        enfermedad, mediante el cobro de exclusivas. Se
                        convierten en traficantes de su propio ser, degenerándose
                        cada vez más con tal de salir en los periódicos, es
                        una enfermedad terrible, mira a Chabeli, porque se trata
                        de un mal hereditario, que pasa de madres a hijas...
                        
                        
 
                      -  
                        
                        
 
                      - --Pues
                        anda que no le sacan también cosas tus compañeros los
                        periodistas a los hemerópatas... ¿De qué vive toda la
                        prensa del corazón, sino de los hemerópatas?
                        
                        
 
                      -  
                        
                        
 
                      - --Se
                        necesitan unos a otros. El periodista del corazón es
                        para el hemerópata como el traficante para el
                        drogadicto. Hay hemeropatías terribles, irrecuperables,
                        mira a Tita, mira a Gunila...
                        
                        
 
                      -  
                        
                        
 
                      - --¿Entonces
                        tú crees que no se enfadarán si les digo esto de la
                        hemeropatía?
                        
                        
 
                      -  
                        
                        
 
                      - --Ya
                        verás cómo no. Y menos después que lean este artículo
                        que me has dado hecho.
                        
                        
 
                     
                    
                                                                                                         
                    Antonio
                    BURGOS 
                    
                        
        
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