Una
amiga a la que hasta ayer por la mañana no le interesaba nada
el fútbol, que no era ni del Real Madrid ni del Real Betis, y
que le parecía un horror que su marido viera los domingos los
partidos de pago por visión, se me pone de pronto a hablar de
"los galácticos". De Beckham, de Figo, de Zidane y de
Carlos Queiroz, el nuevo entrenador del Real Madrid. Le digo:
-- ¿Pero t� sabes por qu�
les dicen "los galácticos"?
-- ¿No lo voy a saber? Porque
todos son tan guapos que los ves y te pones a soñar en las
galaxias... ¿Pero t� has visto qu� colección de guapos tiene
el Real Madrid? Es que si el uno es guapo, el otro es más. Y
todos con unas señoras fantásticas al lado... ¡Y nada te digo
del entrenador! Dan ganas de hacerse futbolista, como la
Ronaldinha, sólo para que la entrene a una este señor con ese
estilazo, con ese fachón tan fantástico, con esos ojos. ¿T�
has visto qu� pedazo de entrenador, y lo elegante que es? Y
además me han dicho que es cultísimo, que domina cuatro o
cinco idiomas. Yo sabía ya que los portugueses son todos
guapísimos, pero Florentino Pérez se ha traído al entrenador
más guapo que había en todo Portugal. Estoy por pedir en el
gimnasio donde voy todas las mañanas que nos quiten los
monitores que tenemos y que nos los traigan de Portugal, por lo
menos como el del Madrid. Un cielo de entrenador.
Como ven, lo "de Madrid al
cielo" lo ha cambiado mi amiga la neoconversa merengue por
"del Real Madrid al cielo de su colección de guapos".
En lo que me dice encuentro las verdaderas razones del polémico
cese de Vicente del Bosque y de Fernando Hierro. Del Bosque es
un señor muy serio, pero mayor, con bigote, medio calvorota,
pelín barrigoncete. Un entrenador as� no tenía nada que hacer
en ese club de guapos. Como Hierro, ya mayorcete, tampoco tenía
nada que hacer al lado de David Beckham, el yogurazo que las ha
vuelto locas a todas. Mientras que a los aficionados quiz� les
parezcan caro el fichaje de Beckham e inadecuado el de Queiroz,
a las señoras apasionadas desde ahora por el fútbol y
especialmente por el Real Madrid les parecen el uno regalado por
ese precio y el otro, ideal. Por lo que oigo a mis a amigas en
su fervor futbolístico por el Madrid, intuyo que Florentino
Pérez, que es listísimo, ha fichado a Beckham pensando en las
hijas y a Queiroz, más madurete, pensando en las madres. Ha
hecho felices a familias enteras. Si las hijas tienen un póster
de Beckham en su cuarto, no me extrañaría nada que las madres
pusieran uno de Queiroz en toda la cocina. Y el famoso negocio
de las camisetas que tenía montado el Real Madrid con los
nombres y números de Ronaldo, de Figo y de Zidane va a ser un
puesto de gominolas comparado con el que puede hacer el día que
se dedique a vender póster de Beckham y del entrenador
precisamente sin camiseta, a torso descubierto.
-- ¿Dónde venden ese póster,
Burgos?
No, tranquila, señora, que le
estoy dando la idea a Florentino Pérez, no es que estén ya
comercializando esta parte de la imagen del Real Madrid. Del
famoso vestuario. Ahora comprendo por qu� los comentaristas,
cuando se refieren a la plantilla del equipo, dicen lo del
"vestuario". Ah� es donde querrían entrar muchas
señoras y señoritas, para ver en todo su esplendor y gloria a
esta colección de guapos oficiales del Reino en que se ha
convertido el Real Madrid.
Una perfecta colección de
guapos... y de guapas. Porque como dice mi amiga, si ellos son
guapos, ellas son fantásticas. Me encanta cuando salen en las
televisiones los hombres del Real Madrid con sus mujeres, porque
se acaba inmediatamente la caspa y la cutrería de los programas
rosas. ¡Hala, a Hollywood! Ese David Beckham y esa Victoria
Adams, vestidos de Dolce y Gabana, son como un eterno anuncio de
productos caros, caros, caros. ¿Pero dónde me dejan a Raúl y
a Mamen Sanz? ¿Y a Figo y a Hellen Swedin? ¿Y a Morientes y a
Victoria? Y no nos olvidemos de Guti y Arancha de Benito. Eso
s� que es una Pasarela Cibeles, pero no por el salón
madrileño de la moda, sino por la diosa en cuya fuente celebran
los madridistas sus triunfos en la Novena sin Beethoven y en la
Liga. Los hombres también deberíamos estar muy agradecidos a
Florentino Pérez por fichar a futbolistas con estos pedazos de
señoras tan impresionantes y tan fantásticas, todas como de
cine. ¡Esto s� que es "glamour", y no el pregonado
"glamour" de cierta televisiva Fonda del Peine que
usurp� ese adjetivo sin mérito alguno�