El
Ministerio francés de Educación, para terminar con el clima de
violencia en las escuelas, est� estudiando adoptar dos medidas
urgentes: que los alumnos vuelvan a vestir el igualitario
uniforme y se dejen de competencias de marcas en pantalones
vaqueros y zapatos deportivos; y que retornen a hablarles a los
maestros de usted. Donde hay confianza acaba dando asco, debe de
pensar el Ministerio. Se empieza por hablarle al maestro de t�
y se acaba por hacerle la vida imposible al pobre. De la escuela
autoritaria en la que los alumnos le tenían verdadero pánico
al maestro, hemos pasado al colegio permisivo en exceso, en la
que son algunos maestros los que les tienen miedo cerval a
determinados alumnos... y a sus padres asociados en la APA.
La recuperación francesa del
usted no la debería promover el Ministerio de Educación, sino,
a nivel mundial, la Unesco. Conservamos monumentos, conservamos
especies animales en trance de extinción, paraísos naturales,
ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad, parajes que
alcanzan la condición de Reserva de la Biosfera... y estamos
dejando perder un tesoro de nuestras lenguas romances, como es
el uso de cortesía y respeto del usted. Cada vez se tutea más
y se ustea menos. Hay niños que no saben hablar de usted,
porque no lo han aprendido en la escuela y mucho menos en la
familia. Hay ya generaciones que creen que el usted es menos
democrático que el tuteo, menos moderno y menos progresista.
Cuando el usted hay que enmarcarlo precisamente en algo tan
avanzado como la política de preservación cultural de la
Unesco. El usted es un privativo Bien de Interés Cultural de la
lengua española que hay que preservar. Como soy usteador,
muchas veces me encuentro con quien le incomoda el tratamiento:
-- ¿Te puedo tutear?
Aunque sea políticamente
incorrecto, no me corto un pelo, y respondo cortésmente con una
negativa y un razonamiento:
-- Pues no, no me puede usted
tutear. Pero no por lo que se imagina, que usted no tenga
confianza conmigo ni que yo me crea más que usted. No me puede
usted tutear porque igual que preservamos al lince ibérico, al
águila real o al buitre leonado, hay que conservar y cuidar el
usted como especie de la lengua española en trance de
extinción. Si usted no me habla de usted y no nos preocupamos
de conservar este uso respetuoso y cultísimo de la tercera
persona, esa riqueza de la lengua habr� pronto desaparecido,
como desapareci� el "vuestra merced".
"Usted" es el
apócope, modernísimo en su tiempo, en que qued� la anterior
fórmula de respeto y cortesía, que era el "vuestra
merced" del Siglo de Oro que leemos en "El
Quijote" y que Sancho usa para dirigirse el Ingenioso
Hidalgo. En el sistema caballeresco de valores es impensable que
Sancho pudiera hablarle de t� a Don Quijote. Pero como el usted
ahora, el cervantino y clásico vuestra merced se fue perdiendo.
Igual que ahora parece que es poco moderno ustear, entonces
parecía poco ilustrado "vuestramecedear". Y del
"vuestra merced" se pas� a un más abreviado "vuesarced";
y del "vuesarced" al "vusarced"; y del
"vusarced" al "vusted"; y de ah� al usted.
Por eso muchos, al escribir en una carta la abreviatura de usted
no ponen "Ud.", con u de usted, sino "Vd.",
con uve de vuestra merced. En la abreviatura vuelven al vuestra
merced desde un usted que se est� perdiendo.
Estamos aproximadamente en la
misma secuencia de evolución del vuestra merced que explican
los historiadores de la lengua, mas en su fase terminal: el
usted no ha pasado a "ust" ni a a "ted",
sino directamente a t�. Ea, se acab� lo que se daba: todo el
mundo de t�, que parece que tiene mayor camaradería. Y más
falta de respeto. Me sorprende que entre usted a comprar algo en
una tienda y la dependienta, que no lo conoce absolutamente de
nada, le hable familiarmente de t�. En esos casos comerciales,
hasta parece elegante el tuteo. O rejuvenecedor. Las señoras
apean mucho el tratamiento, por coquetería:
-- Por favor, no me hables de
usted, que me haces viejísima: háblame de t�...
Hay que hacer grandes esfuerzos
para seguir usando el usted y defenderlo como un auténtico
tesoro de nuestra lengua. Ojal�, como en Francia, haya pronto
en España una vuelta al usted, para que no quede olvidado y en
desuso tras dos generaciones de tuteantes. Y para que se
imponga, de paso, el perdido principio de autoridad. Al fin y al
cabo, el Ministerio francés de Educación ha hecho lo que el
viejo Marqués de Ruchena recomendaba a su médico de cabecera,
el doctor Eloy Domínguez Rodiño:
-- Eloíto, Eloíto, con el
usted por delante, que, si no, te arrollan...