Clic para ir a ¡HOLA! en Internet

Ir a "¡Hola!" en Internet

De rosa y oro 

                                            por Antonio Burgos


Num. 3119 - 13 de mayo del 2004                                    Ir a "¡Hola!" en Internet
Clic para ir a la página principal

Página principal-Inicio


Clic

 

 

Portada de "Gatos sin frontera", de Antonio Burgos     
Gatos sin Fronteras", nuevo libro de Antonio Burgos
Anticipo de las primeras páginas del libro
Anticipo del libro en el "Magazine" de El Mundo:Capítulo "Y Dios creó al gato" (con ilustraciones del libro)
Compra del libro por Internet-El Corte Inglés 
 
Clic para información sobre "Artículos de lujo"

"Artículos de lujo: Sevilla en cien recuadros",  de Antonio Burgos

 

"Jazmines en el ojal", editorial La Esfera de los Libros, prólogo de María Dolores Pradera   

"JAZMINES EN EL OJAL",  de Antonio Burgos

 

Artículos anteriores en ¡HOLA!
Recuadros
EL REGALO DE LA BODA Artículos anteriores en ¡HOLA!
Todos recibimos cada año invitaciones para ir a lo menos una docenita larga de bodas. Nuestros hijos, para las bodas de sus amigos. Nosotros, para las bodas de los hijos que se les casan a los amigos. No lo pensamos a la hora de hablar de la economía familiar, pero en regalos de bodas, con listas o sin ellas, se nos va un presupuesto importante al cabo del año. Mas por muchas bodas a las que tengamos que ir o nos excusemos enviando el regalo y la disculpa de que ese día, precisamente ese día, no tenemos más remedio que hacer un viaje de trabajo a Barcelona; por muchos amigos que se les casen a nuestros hijos; por muchos hermanos que celebren su segunda boda, por lo civil tras el divorcio; por muchos empleadas que tenga usted en su empresa y deba ir a su casamiento, ahora en España, cuando hablamos de La Boda, con mayúscula, no hay que precisar a qué boda nos referimos: a la de Doña Letizia Ortiz con Don Felipe de Borbón. Punto este último, por cierto, el Don de Don Felipe en el que observo un curioso fenómeno, que usted quizá también haya advertido. Cuando al anunciarse oficialmente La Boda se dijo que hasta su celebración la novia recibiría el tratamiento de Doña, de Doña Letizia, automáticamente el Príncipe de Asturias perdió el debido tratamiento de "don" en los usos y costumbres del lenguaje periodístico. No es que le hubieran dado el tratamiento de Doña a Letizia; es que de hecho se lo habían quitado a Don Felipe. Una amiga me lo hizo ver la tercera o cuarta vez que lo oyó en un telediario:

-- ¿Oye, tú has visto que mucho Doña Letizia para arriba y Doña Letizia para abajo, pero que al Príncipe de Asturias le han quitado el don? Dicen: "Doña Letizia y el Príncipe Felipe..." ¡Hala, y el don, a tomar viento! Felipe a secas, como Felipe Campuzano o como Felipe González...

No caemos, pues, en ese agravio contra la igualdad de géneros y le mantenemos al don al egregio novio de La Boda. Boda que está haciendo falta después de los amargos, tensos, dramáticos meses que hemos pasado, de esta crispación que ha habido en España entre unas cosas y otras que recordar no debo, de presentes que las tenemos.

En estos días pasados de feria de Sevilla, he estado todas las tardes en la plaza de toros de la Real Maestranza. Y contemplando ese albero dorado, ritual, litúrgico, he recordado la historia del frustrado homenaje a Pepe Luis Vázquez. En cierta efemérides, no sé si un aniversario de su presentación como novillero o sus bodas de oro como matador de toros, quisieron organizarle un banquete de homenaje al diestro sevillano. Los partidarios, en su fervor, intentaron que el banquete se celebrara en la misma plaza de toros de Sevilla. Pero no en un salón de la casa de los maestrantes, como los convites de las bodas que se celebran en su capilla, o en una dependencia cubierta de las muchas y amplias que tiene la plaza bajo los tendidos. Los pepeluisistas, en el fervor por su torero, pensaron que el mejor sitio para el banquete era el propio ruedo de la plaza, que dispusieran las mesas sobre el albero de tantas tardes de gloria del maestro. Se lo comentaron a Pepe Luis y el que por algo es llamado Sócrates de San Bernardo, con toda su humildad, su modestia y su sabiduría, les dijo:

-- Miren ustedes, señores: yo les doy las gracias por esto que quieren hacer de darme un homenaje. Pero habiendo tantos restaurantes la mar de simpáticos, el ruedo de la plaza de toros no me parece el sitio más adecuado. No se puede sentar uno a almorzar tranquilamente donde ha habido tanto triunfo, tanto fracaso y tanta sangre...

Lo de Pepe Luis Vázquez se refería a un espacio y a su inadecuación. Ocurría todo lo contrario que ahora con La Boda con respecto al tiempo. Más oportuna no puede venir la Boda para la psicología colectiva de esta España traumatizada, tensionada, convulsionada por tantas cosas. Por usar las palabras de Pepe Luis justo en sentido contrario al que las utilizaba, la Boda viene oportuna y feliz a una España donde ha habido en los últimos meses tanto triunfo, tanto fracaso y tanta sangre, y que se relajará ante los acontecimientos, los fastos, los ritos. Un poco de alegría nunca le viene mal a nadie. Y España necesita urgentemente no una pasada por aquel u otro lugar de la ideología, sino por una pasada el ancho campo común de la alegría, tras tantas amarguras y tristezas, tras tantas preocupaciones.

En estos días de vísperas noticiosas de la Boda, traen los periódicos detalles y fotos de los regalos que recibirán los novios de la Boda. Como uno de esos regalos, yo comento aquí ahora este regalo a la inversa: el que los augustos novios harán a España. Los novios de la Boda regalarán a España la necesaria alegría, la distensión, la imagen de la normalidad y de la felicidad, un respiro y un alivio en una nación donde ha habido tanto triunfo, tanto fracaso y tanta sangre.

 

Clic


Clic para ir a ¡HOLA! en Internet Clic para ir a la portada

Indice de artículos de Antonio Burgos en "¡Hola!"

Volver a la portada de El RedCuadroClic para ir a la página principal