El señor Urdangarín brinda por el nacimiento de su hijo

Tengo que llamar a Jaime Peñafiel para decirle que se vaya dando por derogado. Nos han abolido, Jaime. Los que defendemos la Monarquía por el plan antiguo debemos perder toda esperanza. La señora de Urdangarín ha tenido un niño, y nos lo colocan el quinto en el orden de sucesión a la Corona. Aunque no hay quinto malo, Jaime, peor fue que al niño de la señora de Marichalar nos lo pusieran el tercero en el orden sucesorio. ¿Quién lo proclama? ¿El Jefe de la Casa Real Española? No. Alguien que manda más todavía: TVE. O Efe, la agencia oficial del Reino. No hace falta que se establezca el orden oficial de sucesión, ya nadie habla del Infante Don Carlos, ex-Calabria. No tiene que pronunciarse el Rey. Si TVE da esta tabla, la gente la cree como si viera la clasificación de la Liga. Efe lo dice bien clarito, Jaime, van a por nosotros, los siete u ocho que seguimos pensando así: "La Constitución deja fuera de lugar la versión de quienes desearían hacer valer la Pragmática de Carlos III, que hacía perder sus derechos sucesorios a aquellas personas que, teniéndolos, contrajeran matrimonio con otras que no fueran de sangre real."

Lo más triste es lo de Juan. Encima, Juan. Como su bisabuelo, que tan mirado era sobre la urdangarinización de la Corona y otros males morganáticos. Si no hubiera sido por las renuncias y las entregas de aquel Juan de Estoril y de las libertades, no estaríamos ahora hablando de este Juan. ¿Qué le hubiera parecido al Conde de Barcelona esta pujolización de la Corona en nombre del igualitarismo? Nos hacen el trile con la Constitución, Jaime. Allí pone que Don Juan Carlos es "legítimo heredero de la Dinastía histórica". Para, acto seguido, mandar a tomar por saco las normas de la dinastía histórica. A mitad del partido, el árbitro cambia el reglamento. Si otros lo hubieran cambiado antes en beneficio propio, distinto hubiera sido el titular de la Corona. Que no la ha inventado TVE, ni Efe. Proclaman un orden sucesorio que reconoce a Franco como instaurador de la Corona, no al pueblo español como restaurador de la histórica Monarquía Parlamentaria. Pero no me eches cuenta, Peñafiel. Como los del plan antiguo estamos abolidos y derogados, tenemos menos futuro que un equipo de donación de sangre (no azul, claro) en un congreso de Testigos de Jehová. No comprenden que la lealtad a la Historia es la mejor defensa del Rey legítimo.

Vea el orden de sucesión a la Corona según las leyes históricas de la Monarquía, en un artículo de Armand de Fluviá

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