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Como
dice en los carteles de toros: con permiso de la
autoridad, y si el tiempo no lo impide (este tiempo de las
grandes calores mayeras y el tiempo del carillón de Las
Tendillas), vamos a escribir de la autoridad. Nos mueve un
afamado librero sevillano llegado a más, de cuyo nombre
no quiero acordarme, que ha dicho que Chaves ha perdido su
autoridad moral en la Guerra de Sucesión del PSOE. No sé
si tiene razón o es como siempre. Es más, no sé si
Chaves ha tenido alguna vez autoridad moral. Porque mi
duda va mucho más lejos. Verán.
Chaves es, en
efecto, la primera autoridad andaluza. Pero da la
impresión de que eso no se lo cree ni él. Para ser
autoridad hay que creérselo. Por ejemplo, los guardias
municipales sí que se lo creen. Ese municipal de Sevilla
que se te arranca desde la segunda raya que te has saltado
con el coche y te hace hilo para multarte, sí que viene
con toda la autoridad del mundo, libreta en mano. Ese
agente de la autoridad se siente mucho más autoridad que
la autoridad misma. Y quien dice los municipales de
Sevilla dice los locales de Cádiz. Un sevillano fue
recientemente a hacer un mandado en el Ayuntamiento y
aparcó en lugar prohibido de la Plaza de San Juan de
Dios. Cuando acababa de dejar el coche se le acercó un
gaditano y le dijo:
-- Tenga usted
cuidado, porque aquí en Cádiz tenemos los guardias
municipales con más mala leche del mundo...
Es que son
agentes de la autoridad, lo saben y se lo creen. Van
revestidos de uniforme... y de autoridad. Un coche de la
Policía Municipal parado en la avenida Alcalde Alvaro
Domecq de Jerez es ya de por sí disuasorio del exceso de
velocidad. En cambio, yo no creo que Chaves se haya
creído nunca que es una autoridad, el representante
máximo del Estado en Andalucía. Un ejemplo: está Chaves
en el palco de pescuezo en los toros, y el delegado
gubernativo tiene allí mucha más autoridad que el
delegante gubernativo. Y si Chaves no se lo cree, ¿cómo
se lo van a creer los andaluces? Ven los catalanes a Pujol
y le dicen:
-- Respetuosos
saludos, molt honorable senyor president...
Ven los andaluces
a Chaves y le dicen:
-- ¡Adiós,
Manolo!
La diferencia
fundamental, claro, es que Pujol cree en Cataluña y
Chaves no cree en Andalucía. Y si Chaves no cree en
Andalucía, ¿cómo nos vamos nosotros a creer que es
presidente de una cosa en la que él no cree? Es como si
se comprobara que el cardenal prefecto de la Sagrada
Congregación de Ritos no cree en Dios, cosa por otro lado
no del todo descartable.
No es cuestión
del cargo, sino de la persona. La gente sigue
identificando a Escuredo con Andalucía. Con Borbolla,
tres cuartos de lo propio. Lustros después de dejarlo
conserva la magia del poder. Lo ve la gente por la calle y
le sigue llamando "presidente". En cambio, ven a
Chaves y le llaman Manolo... Razones todas por las cuales
creo que el librero llegado a más no tiene tampoco razón
en esta ocasión. No sé si Chaves ha perdido la autoridad
moral. Es más: no sé si Chaves, máxima autoridad de
Andalucía, ha tenido autoridad no moral, sino de la otra,
alguna vez. Pero vamos a dejarlo, que ahí salimos de la
bollería de la auctoritas y nos metemos en la
pastelería de la potestas...
Biografía
de Antonio Burgos
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