-- ¿A que os echo a Alfonso?

Y se los echó. Gol en el tiempo de las estocadas hasta la bola, las de dos orejas y rabo. Lo de Brujas, como lo de Jerez. El currismo, religión y filosofía de la vida, puede llegar perfectamente al fútbol. Cima y sima pueden darse en un partido. Si viviera Camarón, hasta cantaría que Alfonso es la esencia de los futboleros. Y más. La esencia de España. No sé por qué Aznar pierde el tiempo con el monaguillo que el cura Arzalluz puso de presidente de la autonomía vascongada. Juega España y, de momento, no dicen que juega el Estado Español, sino e, ese, pe, a, eñe, a: España. ¿Pasa algo? Pasa que pasamos a los cuartos de final. A los otros desfiles les hacen ascos. Pero al desfile de esta España, un, dos, papa y más gol, ni le tosen. Cuando únicamente se puede sacar la bandera rojigualda sin que te llamen facha o pijo del PP, o ambas cosas a la vez, es cuando juega España. Cuando Alfonso está en plenitud y gloria de su arte. Alfonso nos ha devuelto la esencia de España, no 17 autonomías centrando, sino una sola nación marcando cuatro chupetes a Yugoslavia. Como tiene apellidos de bicarbonato (Pérez Muñoz), gracias a Alfonso hasta parece que se le ha quitado el eterno dolor de estómago al cura que ha mandado a su monaguillo a hablar con el presidente de eso que no existe ya más que en las botas blancas de Alfonso. Cuando Aznar quiera que exista España, que llame a Alfonso. Alfonso destapa el tarro de Romero de la esencia del fútbol, qué maravilla, y nadie se avergüenza de pronunciar el (iba a decir santo) nombre de España..