Clic para ir a la portada

El Recuadro   

 Antonio Burgos

ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Ava Gadner-Luis Miguel, 2004

Habrán contemplado mil veces la escena en el tiovivo de la memoria sepia de España. Pongan años 50, como en la película de Garci. Pongan un hotel de lujo, con botones de sombrerito de bombonera y alfombras de hacerse un esguince en el tobillo, de mullidas y gruesas. Pongan una suite de correr caballos, como las que ocupaban los jalifas y reyes moros que nos visitaban para romper el cerco de la ONU. Pongan un cuarto de dormir de teléfonos blancos y cabeceros de estípites de caoba con guirnaldas de bronce. Metan en ese cuarto a la mujer más bella de la fábrica de sueños: Ava Gadner. Ha estado en una barrera de Las Ventas, la copa de coñá sobre el capote de seda que un torero como el Tyrone Power de «Sangre y arena», pero de verdad, le ha ofrendado tras el paseíllo. A Ava Gadner le encanta perderse por este Madrid de colmaos y tablaos, flamencos y toreros, estraperlistas y caballos blancos, con recuerdos de Hemingway en la barra del Hotel Florida, primera línea de fuego, de agua de fuego, para la Brigada Lincoln de los cronistas americanos de la guerra civil.

En una venta o en un colmao, en un manchado mostrador de cinc con frascas de tinto o en el mármol de un velador de aguardiente y guitarra, Ava Gadner ha besado a aquel torero que le ofrendó el capote de paseo, con el que ha recorrido la noche. En la alta madrugada ya se oye el chapoteo de la mágica parábola de la manga de los regadores, el chirrido de los primeros tranvías. Ava Gadner se ha llevado a ese torero al cuarto de teléfonos blancos de su hotel. Donde pueden correr caballos, corre sin bridas y sin estribos el romancero gitano, ah, estos toreadores españoles, qué amantes latinos tan fogosos y apasionados.

Terminada la triunfal batalla de amor en campos de pluma, el torero toma del paquete de la mesilla de noche un cigarrillo rubio americano. Lo enciende con un mechero de oro y gasolina. Las volutas de humo envuelven el hilo de las sábanas revueltas cuando ve que Ava Gadner se ha levantado, ha ido al cuarto de baño, se está vistiendo. Sorprendido, le pregunta:

-¿Pero dónde vas?

-¿Dónde voy a ir? ¡A contarlo! A contarle a Elsa Maxwell o a la primera comadre de Hollywood que me encuentre que me he acostado con Luis Miguel Dominguín.

Sí, ya sé que la escena no fue así, sino justo al revés. Aseguran que Luis Miguel, rematada la triunfal faena, salió corriendo del lecho, para contarla y ponerse ante los amigos la laureada del amor con la más hermosa hembra de la fábrica de sueños. Tengan en cuenta que reescribo la historia en 2004, cuando las cosas son al contrario. Como dioses aburridos, estamos creando un mundo al revés. Ya no son los toreros los que corren a contar que se han acostado con la bella. Ahora las que ni siquiera son bellas ni artistas de cine, en todo caso de la fábrica de insomnios, corren a contar que se han acostado con un torero, o incluso con medio Cossío, en la primera deleznable televisión que les pague adecuadamente. Las que pregonan yacija en el puntazo de una hora o ayuntamiento carnal más duradero son las autoproclamadas fornicantes, nunca los toreros.

Aquel torero mítico, amante latino de ojos negros y tez cetrina como el Juan Gallardo del «Sangre y arena» de Rouben Mamoulian, está ahora abrumado, descolgando teléfonos para negar la escena. Si el tiovivo de la memoria sepia de España girase ahora, tendríamos a Luis Miguel Dominguín haciendo una y otra vez su famoso adorno del teléfono. Descolgando teléfonos, acosado, para enjaretar desmentidos a la desvergüenza de peaje de la fulimandú de turno:

-Que no, que yo no me he acostado con esa tía, ni la conozco...

Más cornás da la televisión basura.




Recuadros de días anteriores
 

Correo Correo


Clic para ir a la portada  

Biografía de Antonio Burgos  

Libros de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés




 

 


 

 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España.

 

 

 

¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio