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A
diferencia de la fecha inaugural de la Expo del 92, esta vez
no ha tenido que venir Antonio Lopera López de Priego, el
senador americano por el Estado de Varflora, con su agenda
Deusto. Cuando se anunció la primitiva fecha inaugural de la
Expo nadie cayó en la cuenta de lo que miró Lopera en el
calendario perpetuo de su agenda: que ese día era Viernes
Santo. En aquellas prisas beneméritas del embajador Prado y
del arquitecto Navarro, gracias a los cuales, más Olivencia de
comisario, Sevilla tuvo Expo, nadie pensó en lo del Viernes
Santo. Vamos, que según el BIE, que es el COI de las expos,
iban los Reyes a estar inaugurando el evento con el Cachorro
por el puente. Por la saeta nueva en forma de puente con su
nombre que le cantó el trianero Manzanares. Menos mal que todo
se arregló.
Ahora pasa algo así con la Copa del Rey del 2006. Me extraña
que nadie en Sevilla haya protestado todavía y que el Consejo
de Cofradías esté como cuando la manifestación del Foro de la
Familia: de Belinda, no vayan a peligrar las sillas y los
palcos, que con las cosas de comer no se juega. Por el Mundial
de Fútbol, Liga y Copa caen bajas. Y tanto: final de Copa del
Rey, el 12 de abril. «Víspera de Jueves Santo», ha matizado la
FEF, tirando de Llamador de Fran López de Paz. Eso será en
Madrid y en Barcelona. En Sevilla la víspera del Jueves Santo
es el Miércoles Santo, joé.
Supongamos lo mejor: que los bombos han dejado a Sevilla y
Betis en caminos eliminatorios distintos y que los dos
disputan la final. En Miércoles Santo. Será el menos
masificado de la historia. La bulla de la entrada de Los
Panaderos estará en el Bernabeu animando al Betis. En el
Puente de los Bomberos, ni un alma con San Bernardo: todos en
Madrid, animando al Sevilla. Estará Pepe Perejil cantándole su
saeta al Cristo de Burgos desde el balcón de las Cobos y en el
silencio de la plaza de San Pedro, tras el remate de un tercio
seguiriyero, se oirá:
-¡Gooooooool! ¡Gol del Betis!
Tendremos un Baratillo atípico, sin Rogelio Gómez de fiscal de
La Piedad y sin Gregorio Conejo convidando en su balcón del
Postigo: todos en la final de Copa. El lío va a ser la Plaza
Nueva, como gane el Betis. Esos béticos en la Plaza Nueva
celebrándolo, y Las Siete Palabras por los palcos. Si gana el
Sevilla será menor problema. El Miércoles no hay Candelaria ni
Estudiantes, ni Porvenir ni Cerro que pasen por la Puerta
Jerez.
El problema gordo vendrá el día después de la Copa, el Jueves
que reluce más que el sol. Imaginen que la gana el Betis.
Lopera, como marca la tradición, llevará la Copa al Gran
Poder. ¡Qué dilema para el cardenal! ¿Dónde va? ¿A los oficios
de la Catedral o al Gran Poder con la Copa de Lopera? Piensen
en San Lorenzo, a las 11 de la noche. Se oyen tambores. La
gente cree que llegan los armaos para la visita de la
concordia. ¡Qué armaos ni qué armaos! Las huestes de Ignacio
Guillermo Prieto ni están ni se le esperan. La que vienen en
plan pumba catumba, con el bombo de Manolo, es la triunfal
centuria romana del Betis Augusto, SPQB, Senatus Populusque
Baeticus. Y antes, capaz es Lopera de llamar a María del
Monte, para que al ángel de la Oración en el Huerto de
Montensión le quiten el cáliz y le pongan su Copa. En cuanto a
la Madrugada, no habrá problema: los capirotes de las
Esperanzas siempre son verdes. Esa madrugada serán verderones.
Espero que como en la Expo se rectificó la fecha inaugural del
Viernes Santo gracias a la agenda Deusto de Antonio Lopera,
ahora se cambie el Miércoles Santo de Copa por iniciativa del
otro Lopera. No por nada, sino porque sería una contradicción
de almanaque que la Copa del Rey de 2006 la ganara el Sevilla
y convirtiera al Miércoles Santo en Domingo de (Juande) Ramos.
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