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HOY
en día en España, si no eres una nación, no eres nadie. Estás
más perdido que el avión Cuatro Vientos. Farruquito no irá a
la cárcel por eso, porque es una nación. ¿Nación andaluza,
dice? No, más importante: nación gitana. Nación políticamente
correcta, con todos sus avíos: con cuarto y mitad de etnia. Un
respeto. Pasaron los tiempos de los gitanos que iban por el
monte solos, los sentaban en el banquillo de Morena Clara por
mangar un jamón e iban a la cárcel. Si eres de la nación
egiptana, puedes llevarte todos los jamones y paletillas de
Jabugo, de Guijuelo, de Cumbres y de Trevélez, que habrá una
jueza de proximidad que te diga que pista, que va el artista,
que cómo va a ir a la cárcel un mito de esa nación, una
lumbrera refulgente del arte de la danza.
España es una nación de naciones y aviado vas si no perteneces
a una de ellas. Lo de la nación vascongada, la nación
catalana, la nación galaica y la nación murciana (que está al
caer) es lo de menos. Hay muchas otras naciones aparte de las
geográficas. Están las naciones étnicas, como la ilustre de
Farruquito. O las naciones sexuales, como la nación de los
gays. Los homosexuales sí que son una nación y no Cataluña.
Zerolo no tiene que retratarse escoltado por dos mafiosos de
camisa negra, como Carod, para conseguir lo que quiera. A esa
nación sí que no hay quien le tosa. Y nada digo de la nación
musulmana. Como los rojos han ganado la guerra civil según la
Memoria Histórica, los moros han ganado la Reconquista. Y la
guerra del Rif, ni te cuento. Iremos en peregrinación
penitencial a la tumba de Abd El Krim cantando el «perdona a
tu pueblo». En Annual los moros no mataron nunca a un solo
soldadito español. Arturo Barea nunca escribió «La forja de un
rebelde». En 1958, en Ifni, no hubo guerra alguna, ni mataron
a Rojas Navarrete, alférez de la IPS universitaria, ni
masacraron a una compañía de paracaidistas de Alcalá. Loor y
gloria de la Historia de España a la nación musulmana, para
que Chaves pregone los boquerones de plata del acuerdo
pesquero con la UE.
De la nación progre, ni te cuento. Tiene la exclusiva para
expedir carnés de demócratas. Da los carnés de demócrata como
los obispos antes la bula de la Santa Cruzada. Con bula de
progre te ponen de subvenciones hasta las cejas. La ciudadanía
es otra nación, en cuyo nombre se cometen todas las locuras y
unas poquitas más, teorema nacional: ciudadanos+ciudadanas=ciudadanía.
Nada, nada, hay que hacerse nación. Los problemas económicos,
la inseguridad, la inmigración, el paro, el terrorismo, nada
de eso es preocupante. Lo urgente es que te reconozcan como
nación. Como a RTVE la han hecho corporación, corporación
dermoestética para liposuccionar los mondongos de su deuda y
que se noten menos las manipulaciones de los Urdacis del PSOE
(que los hay a manojitos), aquí hay que hacerse cuanto antes
nación si no quieres que te tomen por el pito de un sereno.
¿Cómo? Voy a llamar a información. Tiene que haber un teléfono
900 para apuntarse, donde te digan: «Si quiere proclamarse
nación, pulse 1; si quiere que le paguen la deuda histórica,
pulse 2; si quiere que su lengua sea declarada cooficial,
pulse 3; si quiere la reforma del Estatuto, pulse 4; si quiere
mandar a tomar por saco al tonto entusiasta que está rompiendo
España con estas claudicaciones, permanezca en silencio, le
atenderá uno de nuestros agentes...». Suena la musiquita de
espera y al rato la grabación te dice: «En este momento todos
nuestros agentes están tomando por saco en nombre del tonto
entusiasta, le rogamos vuelva a llamar pasados unos minutos».
Como el pin con que van a señalar en Guecho a los que hablan
vascuence, yo aspiro a que todos los españoles podamos lucir
desafiantemente en la solapa el escudito del buen rollito de
la verdadera igualdad: «Yo también soy una nación, ¿pasa
algo?».
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