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Yo
me esperaba más del Ayuntamiento de Sevilla. De una ciudad tan
abierta y tolerante que va a invitar a Dan Brown para que
compruebe los embustes tan gordos que ha contado. (Aunque una
novela, ¿qué es, sino un bello y largo embuste de 300 páginas?
La invitación del Ayuntamiento al fabricante de «best sellers»
es demasiado confesional para el buen rollito laico al uso: es
poner evangélicamente la otra mejilla, para que le levanten a
pulso a Sevilla otro paso de La Gofetá. Si estando aquí de
estudiante chungalete americano nos puso como los trapos, ¿se
imaginan cómo puede ponernos ahora? Donde las Dan (Brown) las
Toman (Brown): no se olvide. Y, además, que yo sepa, el
Ayuntamiento de su época no invitó a don Próspero Merimèe para
que viera la cantidad de embustes que había puesto en
«Carmen», y ya ven las rentas que le sacamos a la cigarrera.
Quizá lo que buscan de Dan Brown es que escriba una Sevilla
Revisitada, como la Cigarrera Revisitada que cantó Carmen
Sevilla: y no la de Merimèe, y no la de Brown. Venga o no
venga Brown, hay que estar de acuerdo con él en una cosa:
Sevilla está guarrísima).
Yo me esperaba más del Ayuntamiento en cuanto a Viajes Halcón
del alcalde, los brigadistas y Lolo Silva. El problema es que
Lolo Silva se ha creído Lula da Silva. Tenemos de concejal a
un presidente brasileño, pero con errata. Lolo es una errata
que le ha salido a la democracia en Sevilla.
Ciudad que está demasiado encerrada en sí misma. Estos señores
viajan poco. Sevilla debería estar más abierta al mundo. El
alcalde, por ejemplo, viaja poco. Prácticamente nada. En el
último mes nada más que ha ido al Japón y a Suráfrica. Total,
ahí al lado: dos bonobuses. Tenía que viajar más. Viajando se
aprende. La derecha se quita leyendo y la izquierda se quita
viajando. Y en cuanto a los brigadistas y a su comandante Lolo,
igual. Nada más que han ido a Cuba y a Venezuela, donde están
esos dos pedazos de demócratas: Castro y Chávez. Tenían que ir
a Mongolia Exterior, otra democracia ejemplar que también
forma parte de la Alianza de Civilizaciones. Tenemos a
Mongolia Exterior muy abandonada últimamente. ¡Con lo
importantísima que Mongolia Exterior es para Sevilla! ¿Se
imaginan la de turistas que pueden venir desde Mongolia
Exterior en Semana Santa y Feria, a poco que el alcalde
promocione allí a Sevilla? Incluso podríamos hermanar a
Sevilla con Mongolia Exterior. Total, con la Mongolia Interior
que tenemos aquí en la Casa Grande, ya me contarán. (Lo de la
Mongolia Interior de la Casa Grande, aunque lo parezca, no lo
digo por la oposición popular municipal: palabrita).
Pero nada como lo de Banania. No hay derecho a lo abandonada
que tenemos a Banania. No saben el alcalde y Lolo lo enfadados
que están en Banania, porque Sevilla no muestra el menor
interés por ellos. Estamos a punto de que Banania nos retire
su embajador. En Banania están deseandito que vaya el alcalde,
y que Lolo mande una mangada buena de brigadistas mangones. En
Banania esperan a los brigadistas con los brazos abiertos,
para pedir no sólo Ceuta y Melilla para el moro, sino también
Bellavista para Dos Hermanas. No hay derecho a que en Banania
no esté Sevilla dignamente representada por Lolo y sus
mariachis mamarrachis, o con ese pedazo de viaje institucional
del alcalde. ¡La de convenios sanitarios que podríamos firmar
con Banania para ponerles los hospitales de dulce, en vez de
tanta tabarra del Equipo Quirúrgico! Sevilla necesita a
Banania como Banania necesita a Sevilla. Cuanto se gaste en
viajes a Banania es, pues, la mejor inversión. De Banania sí
que pueden venir turistas. Pero turistas ricos, ricos potricos,
de los de semana en el Alfonso XIII, no turistas de mochila y
botella de agua mineral. Nada, nada, tienen todos que ir
urgentemente a Banania. ¿Que Banania no existe, dice usted?
¿Existe acaso Sevilla, este sueño que llamamos Sevilla y que
cada día nos lo están poniendo más como una bananera Banania?
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