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En
la ciudad colapsada por la visita de ZP, el taxista me lleva
al centro por el corredor verde. El corredor verde no es un
tío con una camiseta del Betis haciendo fútin. Llamo
corredor verde al que va desde el puente de Triana hasta
Heliópolis. Usted se pone en el coche en el Barranco, hacia
el Paseo Colón, Las Delicias y La Palmera, y no deja de ver
verde, verde de árboles, verde de arriates, verde de
jardines, hasta llegar al Campolbetis. Y si sigue hacia
Bellavista, ve más verde por Los Bermejales, por donde las
pintadas de los vecinos piden que los mahometanos se metan
la mezquita por el c...orán.
Esas pintadas contra la mezquita deben de ser el monumento a
la tolerancia de los chillidos. En Sevilla, como todo es
barrocamente dual, en materia de tolerancia tenemos también
dos monumentos. A saber:
1. El monumento a la tolerancia de Chillida, en el muelle de
la Sal.
2. El monumento a la tolerancia de los chillidos de los
vecinos, en Los Bermejales.
El monumento a la tolerancia del muelle de la Sal es de
Chillida porque allí no van a poner mezquita alguna; en cuyo
caso, sería el monumento de los chillidos... de los vecinos.
No somos ni racistas ni intolerantes. Nadie protestaría si
en Los Bermejales pusieran una sinagoga, ¿verdad, Uriel
Valls y amigos de Sevilla Sefarad? Aunque los judíos de la
sinagoga fueran más feos aun que los de los pasos de Semana
Santa. En Sevilla el antisemitismo es sólo escultórico. Se
nos va en poner a los judíos de los pasos una cara de mala
leche que da miedo. Pero no somos antisemitas. Y en la
Sevilla procesional de los cortejos, a los moros, en cambio,
los representamos en plan simpático, léase Cabalgata de
Reyes. Los chavales quieren ir de moros, de beduinos. Pero
cuando a los padres de los chavales que quieren ir de
beduinos les dicen que junto a su casa van a poner una
mezquita para que acudan los beduinos de verdad, se lía.
Lianza de civilizaciones, vamos...
Así que Sevilla protestando contra la mezquita y Zapatero
nos mete aquí a los moros notables, a los moros amigos
(suyos) que nos quieren quitar Ceuta y Melilla tras habernos
quitado la cartera y haber montado el inhumano desembarco en
Normandía de las pateras y las escaleras, donde mueren
tantas criaturas. El rey moro Axataf entregó a San Fernando
las llaves de Sevilla y Zapatero entregó la morterá de
nuestro dinero a los moros bajo los almocárabes alcazareños.
Al fondo se oía desde Ceuta la saeta que los negritos del
África tropical cantan a modo de canción del Colacao, en el
salta la reja, congoleño:
¿Quién ma bresta una ascalera,
que aquí en Cebta no hay maderos
y en Esbania dar papeles
el Rodríguez Zabatero?
Y para que ZP, el amigo del alcalde de Alcalá de los
Zapateros, quede bien con sus queridos moros, en esta España
rota por el Estatut (y Força en el Canut), está Sevilla con
las calles cortadas. El taxista que me lleva por el corredor
verde, mosqueado, me dice:
-¿Y en Madrid también forman esta liá de tráfico cada vez
que Zapatero se baja los pantalones y le entrega una parte
de España a un moro o a un catalán?
-No, esto es culpa del macrobotellón. Del macrobotellón que
ha formado ZP con los moros y con los separatistas, con tal
de perpetuarse en el poder. Le ha quitado el tapón del
botellón a la Constitución y se ha encontrado con el NO8DO
de Sevilla, pero al revés: Cataluña SÍ8DO.
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