|
-
La
careta del telediario de TVE 1 es muy útil para las amas de
casa. Es como un homenaje a la lavadora. Se abre cada
telediario con el Polifemo de la lavadora. Un recordatorio.
Lo ven las amas de casa y dicen:
-Ay, menos mal que el telediario me lo recuerda, Pepe: tengo
que poner la lavadora, que el bombo de la ropa sucia está
hasta las mismas trancas...
Y pasado el inicial momento Miele, el momento Balay (quizá
por el lavado, aclarado y centrifugado de cerebros que
hacen), viene el «Vogue» audiovisual de cada telediario. La
Pasarela Cibeles, el Salón Gaudí, el «Hola» de la colección
de cada telediario. A cargo siempre de la misma: de María
Teresa Fernández de la Vega. Dicen que los telediarios
tienen presentadores, que si el hermano de la Milá, el otro
y el de la moto. No se lo crean. La verdadera presentadora
de todos los telediarios, el de las 3, el de las 9 y el de
la hora de las panarras, es la Fernández de la Vega. Ella
verdaderamente presenta lo que hay que presentar: la
consigna del día. Son maestros en el arte de la
comunicación. Unos genios. El PP no era capaz de vender lo
que hacía, pero en el PSOE son genios en el arte de vender
lo que no hacen y lo que no deberían haber hecho bajo ningún
concepto. La España patas arriba de ZP aparece más ordenada
que la caja de herramientas de un mijitas, en boca de la
vicepresidenta. Cómo serían de torpes en materia de
comunicación los del PP que ni los soldados que ya no tenían
que ir al cuartel se enteraron de que Aznar había suprimido
la mili obligatoria. Se dio la máxima paradoja: el que libró
a los chavales de ir a la mili fue derribado en las urnas
por esos mismos ex mozos de reemplazo que ya no tenían que
ir al cuartel, que lo acusaron encima de militarista. ¿Se
imaginan que González hubiera suprimido la mili, ese
discurso lacrimógeno televisado a las madres de España, y
las madres llorando emocionadas a moco tendido, porque
gracias a González sus niños ya no tenían que ir al cuartel?
En cada telediario la Fernández de la Vega presenta la
consigna del día. Que siempre hace referencia a los de
antes. Es la política del «lo mismito». ¿Que va Rajoy a
Melilla? Dice la Vega: «Lo mismito que cuando era
vicepresidente, que no puso un pie allí». ¿Que se casan los
gays? Dice: «Lo mismito que los homófobos del PP.» De todo
lo malo tiene la culpa el PP. Y el PSOE, de todo lo bueno.
Menos mal que la Fernández de la Vega sale en el telediario
y no en «Tendido Cero»; en tal caso, fijo que a Paquirri lo
había matado en Pozoblanco, ¿quién va a ser? El PP, y no uno
de Sayalero y Bandrés.
Y en cada telediario, en cada consigna del día, en cada
repetición de una mentira hasta convertirla en verdad, un
modelito distinto. ¿Cuánto gana la Fernández de la Vega para
gastarse ese dineral en ropa? ¿O se viste en la Butic de los
Fondos Reservados? ¿Cómo puede ser que nunca repita modelo,
que en cada telediario sea distinto el traje de pantalón,
ora con el cuello de la madrastra de Blancanieves, ora tipo
Letizia antes del embarazo, ora tirando a Esperanza Aguirre?
Métanle el lápiz a la habillé, aunque sea a precios Zara: un
fortunón. ¡Cómo visten estas tías tan progres! Ya quisieran
muchas del Foro de la Familia... Parece como si la Fernández
de la Vega se hubiera quedado para siempre en la portada del
«Vogue». En casa, como si fuera el Trivial Pursuit, jugamos
a adivinar con qué traje saldrá en el telediario: ¿será Dior,
será Ungaro, será Antonio Miró, será Jesús del Pozo, será
Pedro del Hierro el modelito de hoy? De una cosa siempre
estamos seguros: de las rebajas de Cortefiel sí que no es.
Ni de Carmelita, la modista que le cose al ama de casa que
tiene que vivir de un sueldo porque no es ni progre, ni de
izquierdas, ni vicepresidenta de la cuota. La cuota Vogue,
claro.
Artículos de días
anteriores
Correo
Biografía de Antonio Burgos
Libros
de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés
|