|
-
Como
las gentes de Cádiz nacen donde les sale del Registro Civil,
Felipe Martín García nació en Montellano. Felipe el de los
coros. El de La Salle-Viña desde «Los Liberales de 1800». El
del aerolito viñero, que en el CSIC descubrieron que el
hielo contenía bigotes de camarones de las tortillitas, ¡óle!
El de Cá Felipe en la calle de la Palma. El que nunca entró
pagando en el concurso de agrupaciones del teatro,
presidente perpetuo de Los Colaos del Falla, y que
mereciendo el Antifaz de Oro, prefería el Gañote de Acero
Inoxidable, para entrar de pescuezo. Uno de los gaditanos
con más gracia que he conocido. De la estirpe legendaria de
Pericón, Ignacio Ezpeleta, El Beni, El Cojo Peroche, Agustín
el Melu. Emperador de la narrativa popular. Virtuoso en el
arte del embuste, ¿qué es la novela, sino un embuste de 300
páginas? Catedrático de lección magistral en una frase o en
una miraíta del intraducible lenguaje gestual de Cádiz.
Junto con Chano Lobato y El Manteca, último de Filipinas de
la gracia de Cádiz, Baler del arte de los baluartes.
Hoy el artículo suena a pito de caña de ensayo de chirigota
en un lavadero, con goteras y una vela que llora lágrimas de
cera. El tango de nuestro coro suena de luto. Felipe Martín
ha muerto. No sé a Cádiz, que en cada esquina le queda un
genio popular, junto a un vendedor de la Once y un cañón de
bronce, pero a La Viña se le ha muerto un monumento vivo de
la gracia, de la rapidez mental, de la brillantez en la
metáfora de urgencia. Sus amigos deberíamos reunir las
Agrafas Obras Completas de Felipe Martín. Algunas se las
divulgué en vida, cuando me honraba con su amistad y su
campechanía de brazo por el hombro: «Antonio, picha, joé, no
me seas sieso, que este año nos tienes que escribir para el
coro; vamos de muñequitos de los que se les da cuerda, con
los platillos y los tamborcitos, Takatá-Chin-Chin-Pom-Pom,
¡un bastinazo!». Felipe me metió en el lío del montepío del
trío del tango, cuando era el distribuidor de ABC en Cádiz.
Mucho antes que las cornás del hambre lo hicieran hostelero
(un mojón pá Gonzalo, picha), y abriera su Mesón Cá Felipe,
donde fui con mi gabardina de escuchar coros en la plaza y
me dijo: «Antonio, joé, es menester que a la gabardina le
demos un partido-homenaje y la retiremos, que ha oído más
tangos que las cortinas del Falla y hasta te falta ya
dobladillo para las grapas de la tintorería.»
Allí en el mesón puso su letrero famoso, en el canasto de
las caballas de plata y de las zapatillas caleteras («del 37
no me quedan»), que universalizó Pérez Reverte: «Casi tós
estos pescaos han trabajado de extras en las películas del
Comandante Costró». Felipe era políglota. Lo mismo me
hablaba caleti que inglés de pimpi del muelle: «Picha, ¿no
tienes otro cigaré que no sea Goluás, que es very estrong
for mai jert?» El corazón, el corazón se le ha parado para
siempre a este gaditano que era el mismísimo corazón de La
Viña. Quizá como conmemoración personal y surrealista de los
250 años del Maremoto. «Hasta aquí llegó el agua de la
gracia», dirá el cura de La Palma en su funeral. Felipe
abrió su mesón tres casapuertas más arriba del retablo donde
la Virgen de la Palma obró el milagro. Cortito como estaba,
entrampado hasta las cejas que se le quedaron del tipo de
cateto de «40 en Bastos», tuvo que gastarse un dineral en el
local. Una noche, bajo el retablo del maremoto, señalándome
a la Virgen, me dijo:
-Si será milagrosa, Antonio, picha, que no sólo paró el
agua, sino que he descubierto que paró el agua, paró el gas,
paró la luz, paró el teléfono, ¡lo paró tó aquí mismo! ¡Y no
veas lo que me cobran ahora por llevar las acometidas hasta
mi mesón!
Y mirando a la Virgen, suprema María Viñera, le soltó, como
reprendiendo a una Vecina:
-Ya podías haber sido un poquito menos milagrosa, y haber
parao ná más que el agua, que me vas a buscar una ruina...
-
SOBRE FELIPE MARTIN Y EL HUMOR GADITANO EN
EL RECUADRO:
-
El premio Cavia de aerolitos
-
Pelotazo de nieve en Cai
-
La gracia
-
Madrugón de Carnaval
-
Artículos de días
anteriores
Correo
Biografía de Antonio Burgos
Libros
de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés
|