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Los
sevillanos vivimos por encima de nuestras posibilidades
económicas. A esta conclusión se puede llegar de dos modos:
1. Empíricamente, contemplando los empetados bares de
tanques de salmuera; los mesones serranos donde parece que
regalan el cinco jotas; las colas de las cajas de Zara; los
embotellamientos de Audis y BMW; las clínicas de
dermoestética. Signos externos de una aparente riqueza en la
que rascas un poco y te sale un tío que es socio fundador
del registro de morosos del RAI.
2. Científicamente, tras elaborar el estudio «La Sevilla
socieconómica de 2004», encargado por la Cámara de Comercio
y la CES, según acaba de formular su director, el
catedrático de Economía Aplicada de la Hispalense, profesor
Francisco Ferraro.
Los sevillanos no ahorramos ni una peseta. ¿Cómo vamos a
ahorrar, si estamos todo el día gastando en la calle y
comprándonos el mejor coche y el mejor adosado? Eso de Cajas
de Ahorros debe de ser una entelequia. De ahorrar, lo que se
dice ahorrar, nada. Las Cajas de Ahorros, como diteros
institucionalizados y matatías por lo legal, son Cajas de
Endeudamiento. Ahí sí somos artistas. Los padres, tras
firmar por 40 años la hipoteca para la que no tienen en
absoluto posición, les dicen a sus hijos, como los señoritos
antiguos les enseñaban los cortijos a los suyos:
-Hijo mío, el día de mañana, cuando yo falte, toda esta
hipoteca será tuya...
Antes se heredaba de papá un fincón y un paquetón de
acciones de La Cruz del Campo. Ahora, un pedazo de hipoteca.
La burbuja inmobiliaria no sería posible sin la roncha del
trampón de los sevillanos viviendo por encima de sus
posibilidades. Todo esto ocurre porque no se aplica en la
economía familiar el criterio de la Hermandad de San
Isidoro, que me ha contado Santiago Herrero. En su tiempo,
la hermandad celebra el anual cabildo de salida para
preparar la estación de penitencia. Al abrir el cabildo,
cada año, aun sabiendo la respuesta, el hermano mayor hace
al mayordomo la pregunta de siempre:
-¿Dispone la hermandad de fondos para realizar este año su
estación de penitencia?
Sólo cuando el mayordomo ha dicho que sí continúa el cabildo
de salida. Si a cada sevillano le hicieran la pregunta de
San Isidoro, no digo ya para ir el Viernes Santo a la
Catedral, es que no había fondos ni para salir a la puerta
de la calle. No se olvide que San Isidoro fue fundada por
los cocheros de las casas grandes. ¿Habrían visto
barquinazos de marqueses tiesos los cocheros, por realizar
salidas de pintamiento de mona sin disponer de fondos? Por
eso en su hermandad gremial agarraron bien las riendas, para
que a la economía de la cofradía no le pasara como a los
caudales de sus tiesos señores.
Aunque los señores siempre dan estos malos ejemplos. Si los
antiguos señoritos tiraban el dinero que no tenían y sus
cocheros se tomaban sus precauciones cofradieras, los nuevos
señoritos de Andalucía, los de la Junta, ni te cuento. Esos
sí que, sin disponer de fondos, realizan estaciones... para
penitencia de contribuyentes. En 2004, según dijo José Joly
en el ciclo de los editores de diarios en Antares, Canal Sur
se gastó 26.000 millones de pesetas... que no tenía. La
gente ve que no hay la menor contención del gasto público, y
que el despilfarro es norma para los caudales del común. Si
no hay contención del gasto público, ¿cómo va a haberla del
privado? A los sevillanos siempre les ha gustado vivir como
un marqués. Por eso ahora viven como el presupuesto de la
Junta: muy por encima de sus posibilidades.
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