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Antonio
Banderas es un monstruo. Un monstruo del cine y un monstruo
del arte más andaluz que existe en nuestros días.
-El flamenco...
-No, el arte de trincar subvenciones...
El día que pidan a la Unesco que el arte andaluz de trincar
subvenciones sea declarado Patrimonio de la Humanidad,
seguro que no pasa como con el flamenco. Maravillados
quedarán con el arte que tenemos aquí para la subvención.
Está subvencionado el campo, el paro, el teatro... Todo.
Menos la puesta del sol y el repique de la Giralda...
-No, el repique de la Giralda también está subvencionado.
Pues anda que no ha recibido dinero de la Junta el cardenal
Amigo (de los socialistas): para restaurar la Catedral, para
bajar la Santa Juana, para hacerle una copia, para subirla.
Hasta el sonido de las campanas de la Giralda depende del
dinero público, búsquese usted otro ejemplo...
Bueno, pues menos la puesta de sol y el solano de la
marisma, tú que alisas las arenas, todo está subvencionado.
Ni flamenco ni toros: el mayor arte de Andalucía es la
subvención. Y entre los artistas del género, ninguno como
Antonio Banderas. Un malagueño que vive en Estados Unidos,
que paga allí sus impuestos, que está rico potrico,
triunfador, que dice que es muy de izquierdas, pero que vive
como lo que es: un millonario americano. Y que viene a
Andalucía para hacer una película, y todos encantados en
apoquinar cuando pasa el pañuelo para darse el caprichito
ante sus paisanos malagueños. Banderas es un emigrante de
lujo, Tiene en la Costa del Sol un casoplón. Viene mucho por
Málaga, qué buen hijo, a ver a sus padres, a traerles a los
nietos. En Semana Santa, sale de hombre de trono y alquila
los mejores balcones para que sus niños se aficionen a las
cofradías.
Todo eso le honra. Por todo eso lo admiro. Pero más por lo
artistazo que es. Se necesita ser un artistazo para que
siendo residente y contribuyente de Estados Unidos, como
agradecimiento porque venga aquí de veraneo y a ver las
cofradías, le paguemos entre todos, mucho más tiesos que él,
su caprichito de meterse a director de cine. Lleva el gachó
recaudados 1,3 millones de euros en subvenciones a fondo
perdido, entre la Junta y el Ayuntamiento de Málaga. Dinero
del PSOE y dinero del PP, ¿a él qué le importa? Que la Junta
le dé dinero, con la propaganda que hace a los socialistas,
tiene un pase. ¿Pero por qué el alcalde popular de Málaga le
da 300.000 euros a un tío que tiene todo el dinero del
mundo, que en Estados Unidos gana los dólares como tierra y
que encima se harta de hacer la propaganda a sus adversarios
políticos? ¿Cuántos miles de ejemplares divulgativos de la
obra poética de Alfonso Canales y de Manuel Alcántara podía
regalar el alcalde popular de Málaga, ya que es tan culto,
con 300.000 euros? En cuanto al millón de la Junta, ¿lo va a
devolver con las ganancias que le deje la película localista
malagueña (que ésa es otra), o se va a quedar con el santo y
la limosna?
Banderas anunció el aceite andaluz en Estados Unidos y
lectores de allí me aseguran que sigue sin encontrarse en el
híper del barrio; que el mercado sigue dominado por los
italianos medio mafiosos que lo envasan y comercializan como
suyo. Banderas anunció el jamón en Estados Unidos, y como el
jamón bien entendido empieza por uno mismo, se convirtió en
productora de pata negra, como las de los afectos al régimen
que trincan la tela en Canal Sur. Por todo lo cual pido para
Antonio Banderas el Oscar: el Oscar al arte de trincar
subvenciones, trabajándose el emigrante de Juanito
Valderrama en una región subdesarrollada (a pesar de la
tercera modernización), cuando vive y paga sus impuestos de
millonario en Los Ángeles.
Anda que si el que se llevara así el dinero público fuera
Julio Iglesias, la que liaban los correligionarios de
Banderas... Ni le guardaban el luto por Papuchi.
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