-- Pélelo usted... -- ¿Le pelo el perro del Pacto Anticorrupción?

-- Pélelo usted...

Estos Maestros Ciruela y Doctores Liendre estarán ahora encantados con Arenas. Más encantados que muchos votantes de Javier Arenas. Arenas ha hecho con la absolutamente prescindible reforma del Estatuto Andaluz justo lo contrario que Rajoy en las restantes materias de la política patria: pactar con el PSOE. Pero pactar en plan Confitería La Campana, en plan escaparate de Nova Roma, en plan bollería de Polvillo: pasteleando. La crema de ese pasteleo se le puede poner agria, porque ha sido contra el sentimiento de muchos votantes conservadores andaluces, que no quieren reforma del Estatuto. Que lo que quieren es que de una vez el PP pierda en Andalucía el complejazo que tiene, y dé la batalla peleona a Chaves y a todo el régimen que tiene aquí montado desde hace 25 años y que cualquierita desmonta. El régimen de Chaves sí que es una realidad nacional, a la que el PP hace 25 años que no sabe cómo meterle mano. Con un agravante: Javier Arenas, que vivió el 28-F como joven cachorro de la UCD, no quiere que la derecha vuelva a caer en el error Suárez, que la invalidó en Andalucía per secula seculorum. Mas por no caer en el error Suárez, ha caído en el error Arenas. Eso lo canta María Jiménez: "Tropecé dos veces en la misma piedra..."

Sí, ya sé, don Javier: usted ha reformado siete mil millones de artículos, poniéndoles postdatas, añadidos y coletillas del tipo "dentro de la unidad indiscutible de España", "como manda la Constitución" y "Viva la Pepa". ¿Pero por qué no le ha echado usted el coraje que esperan sus votantes, y se ha cargado lo de la eutanasia, y ha impuesto lo de la enseñanza de la religión, y ha quitado ese tufillo totalitario e intervencionista, berrendo en soviético, que tiene todo el Estatuto que, no se olvide, quiso cambiar Chaves para arropar a los catalanes en su proceso de destrucción de España? Fuimos la criada de España antes del esperanzador Estatuto que surgió del 4-D y del 28-F, y ahora nos han degradado: somos la tata de Cataluña, los amparaores de Carod, los agradaores de Arturo Más y de la componenda del Estatuto Catalán que levantó el puntillero de La Moncloa.

Sacar a estas alturas de curso la Asamblea de Córdoba de 1919 para hacer el paripé del pacto y meter en el jeroglífico del preámbulo lo de Andalucía como "realidad nacional" es limpiarse en las cortinas. Que en Córdoba hubo una Asamblea en 1919 nada más que lo sabían Enrique Iniesta y cuatro virtuosos filatélicos de Blas Infante. Los andaluces saben que en Córdoba nacen los califas del toreo, dan las llaves del cante, hacen los doctores De la Concha o Pera la mejor medicina andaluza de su especialidad... ¿Pero Asamblea? ¿Que en Córdoba hubo una Asamblea en 1919? ¡Anda ya! Primera noticia que tengo.