SERÁ
lo que ustedes quieran, nada hueca y tontinacua
consagrada por los votos de las masas engañadas
por el dolor de las bombas de Atocha aquella
mañana; o esta pazzzzz con tantas zetas que
Ignacio Camacho hallara escribirla de esa forma,
que es que le salió clavada. Aunque todo esto sea
y otras cosas que se callan y que las piensa
cualquiera con sólo verle la cara de las cejas
circunflejas y la boca descolgada, estarán todos
conmigo con que el que manda en España será lo que
ustedes quieran, la nada y la supernada, pero hay
que reconocerle que es mago de las palabras. Ni el
María Moliner tantísimo jugo saca a su
similiquitruqui de hablar y no decir nada, y de
ponerle mayúsculas a las mayores chorradas, a las
voces más inocuas, a las palabras más vanas: que
si el Proceso, el Talante, la Memoria o la
Alianza. Traductores de Toledo necesita a punta
pala: ¿qué es lo que dice el gachó cuando por su
boca larga? De nuevo en esta ocasión, ocasión bien
desdichada, tan sangrienta y dolorosa cual la
bomba de Barajas que ha tirado abajo aquello y
mató a dos inmigratas, ha vuelto a verse la copla
de su huera logomaquia.
¿Tanto trabajo le
cuesta condenar a los etarras y decir que con la
ETA se acabó lo que se daba? Nueve horas han
pasado, nueve horas bien contadas, para que al
humo las velas comparezca y dé la cara. Por
delante, alguacilillo para despejar la plaza, echó
como portavoz al tal Pérez Rubalcaba, quien en
brillante discurso dijo lo de siempre: nada.
Apagón informativo esto en cristiano se llama. Los
dos pobres de Ecuador, los pobrecitos sudacas que
van buscando los suyos y por parte alguna hallan,
a los que cogió dormidos el bombazo de la banda,
es difícil, imposible, que de allí con vida
salgan, entre hierros retorcidos, forjados, muros
y rampas, y el hormigón desventrado por la
mortífera carga. El jefe de los bomberos
solemnemente proclama: «Con la vida incompatible
es estar en esas plantas». Y a pesar de todo eso,
y de las horas pasadas, llaman «desaparecidos» con
insistencia y sin lástima a los dos asesinados por
esa gentuza etarra.
Al contrario que en
Atocha, nadie quiere saber nada. ¿Dónde están las
pegatinas, en dónde están las pancartas, dónde los
manifestantes que «asesinos» los llamaban cuando
cada diez minutos a la prensa le informaban?
¿Dónde está Pilar Bardem, dónde están las rosas
blancas, los progres de Visa oro y los mensajes
del «pásala» que decían que el Gobierno a todos
nos engañaba? Nadie habla ya de engaños aunque sus
bocas no abran. Aunque no quieran decirnos qué
explosivo es el que hallan, quiénes son los
sospechosos y qué comando actuara, y qué pactaron
con ellos de independencia y Navarra, que a pesar
de que el Gobierno los calzones se bajara, ahora
han visto la moneda con que el asesino paga, pues
se olvidó Zapatero del refrán que bien lo aclara:
«Quien con etarras se acuesta, con dos muertos se
levanta».
Mas los muertos no
son muertos: los que mueren en Barajas son dos
desaparecidos aun después de que se excavan los
escombros asesinos y de allí dentro los sacan. Y
por las mismas razones, en cuantito que los
hallan, se cogen dos aviones y al Ecuador se les
larga, pero, vamos, ahora mismo, corriendo, como
las balas. Hay que quitarlos de enmedio, que
funerales no haya, ni haya capilla ardiente, ni
coronas, ni haya lágrimas. Y ni un triste
padrenuestro dejan rezarle a la caja en donde
Carlos Palate va camino de su casa, al otro lado
del mar, junto a la andina montaña. Y en cuanto
que al otro pobre los bomberos lo rescatan, el
pobre de Diego Armando que en su coche dormitaba,
pues tres cuartos de lo propio: en un avión lo
largan a aquella mísera aldea de pobreza
ecuatoriana.
Y siguen dale que
dale, a la perdiz mareándola: hay suspensión del
dialogo, señores, No Passssa Nada. España con la
ETA buena estaba bien confiada, negociando la
salida, pero, ay, la ETA mala es la que nos ha
engañado, mi información no fallaba. ¿Qué dice
usted, que «¡a por ellos!» con policías y
guardias? No me estropee el diálogo, ay, no me sea
usted facha, que en estas horas cruciales la unión
es la necesaria. ¿Para qué? Pues se lo digo cuando
pasen dos semanas. Y lo diré, lo prometo, en sede
parlamentaria.
Por los montes de
León, un pastor así cantaba: «Zapatero, Zapatero,
ésta tu tierra te aguarda; tú que entraste por
Atocha vas a salir por Barajas».