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El Recuadro   

 El fútbol será sin goles

ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Romance de Barajas

SERÁ lo que ustedes quieran, nada hueca y tontinacua consagrada por los votos de las masas engañadas por el dolor de las bombas de Atocha aquella mañana; o esta pazzzzz con tantas zetas que Ignacio Camacho hallara escribirla de esa forma, que es que le salió clavada. Aunque todo esto sea y otras cosas que se callan y que las piensa cualquiera con sólo verle la cara de las cejas circunflejas y la boca descolgada, estarán todos conmigo con que el que manda en España será lo que ustedes quieran, la nada y la supernada, pero hay que reconocerle que es mago de las palabras. Ni el María Moliner tantísimo jugo saca a su similiquitruqui de hablar y no decir nada, y de ponerle mayúsculas a las mayores chorradas, a las voces más inocuas, a las palabras más vanas: que si el Proceso, el Talante, la Memoria o la Alianza. Traductores de Toledo necesita a punta pala: ¿qué es lo que dice el gachó cuando por su boca larga? De nuevo en esta ocasión, ocasión bien desdichada, tan sangrienta y dolorosa cual la bomba de Barajas que ha tirado abajo aquello y mató a dos inmigratas, ha vuelto a verse la copla de su huera logomaquia.
¿Tanto trabajo le cuesta condenar a los etarras y decir que con la ETA se acabó lo que se daba? Nueve horas han pasado, nueve horas bien contadas, para que al humo las velas comparezca y dé la cara. Por delante, alguacilillo para despejar la plaza, echó como portavoz al tal Pérez Rubalcaba, quien en brillante discurso dijo lo de siempre: nada. Apagón informativo esto en cristiano se llama. Los dos pobres de Ecuador, los pobrecitos sudacas que van buscando los suyos y por parte alguna hallan, a los que cogió dormidos el bombazo de la banda, es difícil, imposible, que de allí con vida salgan, entre hierros retorcidos, forjados, muros y rampas, y el hormigón desventrado por la mortífera carga. El jefe de los bomberos solemnemente proclama: «Con la vida incompatible es estar en esas plantas». Y a pesar de todo eso, y de las horas pasadas, llaman «desaparecidos» con insistencia y sin lástima a los dos asesinados por esa gentuza etarra.
Al contrario que en Atocha, nadie quiere saber nada. ¿Dónde están las pegatinas, en dónde están las pancartas, dónde los manifestantes que «asesinos» los llamaban cuando cada diez minutos a la prensa le informaban? ¿Dónde está Pilar Bardem, dónde están las rosas blancas, los progres de Visa oro y los mensajes del «pásala» que decían que el Gobierno a todos nos engañaba? Nadie habla ya de engaños aunque sus bocas no abran. Aunque no quieran decirnos qué explosivo es el que hallan, quiénes son los sospechosos y qué comando actuara, y qué pactaron con ellos de independencia y Navarra, que a pesar de que el Gobierno los calzones se bajara, ahora han visto la moneda con que el asesino paga, pues se olvidó Zapatero del refrán que bien lo aclara: «Quien con etarras se acuesta, con dos muertos se levanta».
Mas los muertos no son muertos: los que mueren en Barajas son dos desaparecidos aun después de que se excavan los escombros asesinos y de allí dentro los sacan. Y por las mismas razones, en cuantito que los hallan, se cogen dos aviones y al Ecuador se les larga, pero, vamos, ahora mismo, corriendo, como las balas. Hay que quitarlos de enmedio, que funerales no haya, ni haya capilla ardiente, ni coronas, ni haya lágrimas. Y ni un triste padrenuestro dejan rezarle a la caja en donde Carlos Palate va camino de su casa, al otro lado del mar, junto a la andina montaña. Y en cuanto que al otro pobre los bomberos lo rescatan, el pobre de Diego Armando que en su coche dormitaba, pues tres cuartos de lo propio: en un avión lo largan a aquella mísera aldea de pobreza ecuatoriana.
Y siguen dale que dale, a la perdiz mareándola: hay suspensión del dialogo, señores, No Passssa Nada. España con la ETA buena estaba bien confiada, negociando la salida, pero, ay, la ETA mala es la que nos ha engañado, mi información no fallaba. ¿Qué dice usted, que «¡a por ellos!» con policías y guardias? No me estropee el diálogo, ay, no me sea usted facha, que en estas horas cruciales la unión es la necesaria. ¿Para qué? Pues se lo digo cuando pasen dos semanas. Y lo diré, lo prometo, en sede parlamentaria.
Por los montes de León, un pastor así cantaba: «Zapatero, Zapatero, ésta tu tierra te aguarda; tú que entraste por Atocha vas a salir por Barajas».

 

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