RAFAEL
Montesinos escribió que poco podía esperarse de
una Sevilla donde a los calentitos les dicen ya
churros. Si levantara la cabeza, comprobaría que
esta ciudad en la que vivimos no es exactamente lo
que él entendía por Sevilla. Es otra cosa con
Metrocentro. Es Albacete con pleno de hermanos
mayores, Bosnia Herzegovina con los columnones
negros de los cables del tranvía. Casi nadie llama
ya calentito a los calentitos en este churro de
ciudad. Toda masa frita es ya, como Sevilla misma,
un churro.
La única explicación
a esta importante pérdida del habla sevillana la
encuentro en la política. En sus degradaciones
morales. En sus manejos. En la corrupción. San
Fernando, Patrón de Sevilla, no puede serlo de
muchos políticos, por aquello del cuerpo
incorrupto.
- Es que en tiempos
de San Fernando no había facturas falsas, usted,
por eso está incorrupto en la Capilla Real. Ni se
perdían las carpas de la Davis. Porque como Colón
todavía no había descubierto América, no había
concejales que se las pudieran mandar a sus
camaradas cantineros de Cuba, Cuba, Cuba, Lolo
sólo bebe aguardiente para olvidar, pero Moeckel
le va a dar un cartucho de rabitos de pasas.
La palabra
«calentito» es de tocar madera para los políticos.
Se puso de moda cuando la Expo, referida a los
convolutos, a los maletines, a todo eso que ahora
( a buenas horas, mangas verdes...y blancas ) dice
Chaves que se va a acabar en Marbella, donde
quiere convertir la Milla de Oro en los millones
de Plata (don Paulino ), que manda la Junta para
hacer con dinero público la campaña electoral a su
candidato. Cuando la Expo, por toda Sevilla se
decía:
- Se lo están
llevando calentito.
No se lo estaban
llevando crudo, no: era calentito. El equivalente
a ruedas y ruedas de calentitos se lo llevaban
calentito, acabaíto de salir del perol del poder
al que se arrimaron. De ahí, claro, que haya que
matizar con el churro de «churro». Si dices
«calentito», piensas en la morterá que se ha
llevado alguien. Cuando dicen «calentito» nadie
piensa en la crujiente rueda de masa frita, ni en
el papelón de estraza chorreandito aceite del
olivo de la Minerva Bética. A ninguna estrella de
la canción la llaman ya La Calentito de mote, como
aquella renegría que le mentaba sus muertos todos
a quien se lo gritara desde el gallinero. Hemos
roto en decir «churros» para no pensar mal. De
ahí, claro, que Don Zoido, que estaba de campaña
por mi barrio la otra mañana, lo que comprara en
el histórico puesto de Juana junto al Postigo del
Aceite fuera un papelón de churros, no de
calentitos. Más que nada para evitar confusiones.
Hubiera sido feísimo que por la calle San Diego y
por Varflora las lenguas del barrio dijeran:
- Niña, acabo de
pasar por el Arco y Don Zoido se está llevando
calentitos del puesto de Angela...
¿Ya empezamos?
¿Todavía no se ha arrimado al perol este hombre y
ya se lo está llevando calentito?
- Que no es en
singular, mujer, que es en plural: que no es que
Don Zoido se lo esté llevando calentito, sino que
se ha llevado un papelón de calentitos del puesto
de Juana.
Del puesto de Angela,
su sobrina. De ese monumento a la limpieza y al
trabajo que es el puesto de calentitos del
Postigo. Si quieren una comparación popular, ahí
la llevan; pueden decir de un sevillista: «Anda,
que eres más blanco que el delantal de Angela, la
de los calentitos del Postigo». Angela, bendita
rama que sale al tronco de Juana, la de los
calentitos de plata, es tan trabajadora como su
tía. Ha heredado de ella no un puesto de
calentitos, sino un símbolo de Sevilla. Lo
conserva con todo primor, sin una sola ayuda
pública. Continúa los madrugones de esfuerzo y
honradez que le valieron a su tía la justa Medalla
del Trabajo. Con su pelo recogido, morena de
copla, como una estrella de la canción andaluza,
Angela desmiente con la gloria pura de su masa
frita la mala fama que a los calentitos les dieron
los políticos trincones. Como Don Zoido está libre
de pecado, lo sacaron retratado tirando la primera
piedra: fue al puesto, le compró a Angela un
papelón y se lo llevó calentito. Él puede. El
churro de los que se lo llevan calentito está en
otra parte, usted sabe por dónde jumea...
SOBRE JUANA GOYGURO LA CALENTERA: "CALENTITOS DE
PLATA"