MANDA co...digos que
nos tengamos que alegrar porque una sala de
la
Audiencia Nacional decida que siga en la
cárcel un terrorista asesino convicto, que segó la
vida de veinticinco personas, condenado a 3.000
años, que cumplió de modo que cada muerte que hizo
le salió a ocho meses de prisión, y que ahora,
declarándose en huelga de hambre, le planta cara
al Estado de Derecho y quiere ponerlo del revés,
después que un zapatero más bien remendón lo
calificara de «hombre de paz». Pues si éstos son
los hombres de paz, ¿cómo serán los de guerra, joé?
Como No Passsa Nada
(y si pasa se le echa la culpa al PP), nos parece
lo más normal del mundo que con sus santas togas
unos señores magistrados de
la
Audiencia Nacional tengan que perder la
mañana votando sobre un asunto que en Alemania o
en el Reino Unido (y hay precedentes) no les
hubiera durado ni un segundo. Ni se les hubiera
pasado por la imaginación, por cuanto se sometía a
votación nada menos que la claudicación del Estado
ante el chantaje de un terrorista con las manos no
manchadas, sino chorreandito de sangre.
-¡Cuántos astados de
Derecho hay en el Estado de Derecho, usted!
-Pues sí, con hoja
de higuera en ambas, además, que es donde parece
que están, en la higuera, hasta que la opinión
pública los hace caer del guindo.
Manda co..digos que
todo esto ocurra cuando nadie ha querido saber
nada de si encontraron o no encontraron en Barajas
los restos de la furgoneta-bomba con la que los
sanguinarios colegas de este «hombre de paz»
asesinaron a dos pobres ecuatorianos que, total,
como eran sudacas, no importan a nadie. Manda co...digos
que sigan empeñados en pagar estos altos precios
políticos, emperrados como están en el Proceso y
en la Paz. (Punto el de la Paz en el que digo que
yo también soy mucho de la Paz. Pero de la Paz por
el Parque...) ¿Dónde están ahora los del «queremos
saber», cuando no nos han dicho ni palabra de lo
que llevan investigado, si es que lo llevan, sobre
los asesinos de la ETA que colocaron la furgoneta
de Barajas?
Pero manda más co...digos
todavía que sin que el Supremo se hubiera todavía
reunido, cuando nadie le había dado vela en este
entierro (que fue el entierro de los 25
asesinados, 25 por Juana Chaos), el presidente de
¿todos? los andaluces se tirara de espontáneo al
ruedo ibérico y le pegara dos mantazos al toro de
la ignominia, manifestando que veía razonable que
al asesino de la huelga de hambre le dieran la
libertad provisional.
-Pues dé usted las
gracias a Dios de que Chaves no pidiera que le
dieran la cruz de San Raimundo de Peñafort...
Perdiendo una
oportunidad de oro de callarse, sostuvo Chaves que
no hay que crearles mártires a la ETA. Vale,
aceptamos De Juana Chaos como animal de compañía
del Proceso. Lo que no hay es que olvidar a
nuestros mártires de la democracia y la libertad,
que nosotros sí que los tenemos. Los andaluces
hemos contribuido con más sangre que nadie al
martirologio de la democracia. Entre los guardias
civiles víctimas de la explosión de la plaza de la
República Dominicana a manos del sanguinario Juana
Chaos, seguro que había más de un andaluz y más de
dos. Más que decir que a Juana Chaos le debían
enviar la cárcel a su casa envuelta en un papel de
celofán y dentro de una bolsa de Loewe, Chaves se
debería haber preocupado por ver cuántos andaluces
había entre los veinticinco españoles asesinados
por el gachó. Seguro que Andalucía ha sido la
tierra española que más alto precio, no político,
sino de vidas, ha pagado en las «hazañas» del
pregonado como hombre de paz.
El cual, además, se
ciscó en todos nosotros los sevillanos que amamos
la libertad y defendimos y defenderemos siempre la
democracia, cuando tras el asesinato de Alberto y
Ascen dijo lo que Chaves, antes de abrir la
boquita, debería haber tenido bien presente: «Me
encanta ver las caras desencajadas de los
familiares en los funerales. Aquí, en la cárcel,
sus lloros son nuestras sonrisas y acabaremos a
carcajada limpia. Esta última acción de Sevilla ha
sido perfecta; con ella ya he comido para todo el
mes». Ea, pues ahora somos nosotros los que hemos
acabado a carcajada limpia al ver que menos mal
que el chantaje de un terrorista no ha puesto del
revés al Estado de Derecho. Que ahí se pudra.