COMO
«mi suegra como ya dije» de «Los duros
antiguos», pero sin mi suegra: sólo como
ya dije. Como ya dije son unos genios,
unos monstruos, unos virtuosos en el arte
de la manipulación y de la conversión de
la mentira en verdad a base de
repeticiones. Unos artistas en el arte de
darle la vuelta al calcetín. La famosa
vuelta de la tortilla del cambio felipista
es nada al lado de la vuelta del calcetín
que practican. La muchachada socialista
que se quedó con el santo y la limosna de
las siglas tras depurar a los históricos
santones del PSOE se hizo a la sombra de
los pinos, como una sevillana de María del
Monte, la célebre foto de la tortilla
porque querían darle la vuelta a la ídem.
Antes de asentarse en el poder con el
triquitraque de Atocha, los socios
fundadores del zapaterismo deberían
haberse hecho la foto del calcetín. Como
la que ha dado la vuelta al mundo desde
una mezquita de Ankara mostrando los
zancajos delanteros de los pinreles del
presidente del Banco Mundial, pero con
unos calcetines en perfecto estado de
revista y policía. Al calcetín sí que le
dan cada día la vuelta, más que a la
tortilla.
Y si lo
dudan, consideren un dato de la calceta de
España: ¿se imaginan la que estarían
liando el PSOE e islas adyacentes si el
Puerto Urraco con nevada de Gago hubiera
sido al revés, que hubiesen asesinado al
alcalde del PSOE y detenido como presunto
homicida al ex candidato del PP a las
municipales? Otro dato: ¿se imaginan que
el PP gobernara en Andalucía y en España,
y que en la bahía de Algeciras se le
hubiera estrellado un barco, mecachis en
la mar, y hubiera puesto aquello de
chapapote hasta las mismas trancas, y ni
la ministra del ramo ni el presidente
autonómico se hubieran dignado aportar por
allí? ¿Se imaginan a ese PSOE tonante?
(Que he dicho tonante, como Zeus, tonante
con o; lo de tunante con u es lo que usted
ha leído...) ¿Se imaginan las excursiones
de fin de semana de los voluntarios de
mono blanco, los telediarios emitidos a
pie de playa pringosa, las pegatinas de
«Nunca mais»? Pero ocurre como con Fago:
que como el chapapote ha pringado a los
nuestros, aquí No Passsa Nada.
Y paso a la
manifestación de ayer tarde. Según los
artistas en dar la vuelta al calcetín, los
dignísimos integrantes del Foro de Ermua,
las asociaciones de víctimas del
terrorismo, los asistentes todos eran
«manifestantes de mala fe». Según el
polígrafo de esta Máquina de la Mentira
para dar la vuelta al calcetín, los
«manifestantes de buena fe» son
exclusivamente los que apoyan al Gobierno;
y a la ETA, ni toserle. Manifestantes de
buena fe eran los que fueron con las
pancartas prefabricadas con esa palabra
que parece que están en misa, hala, a
darse la Paz, daos fraternalmente la Paz
con los asesinos, hijos míos, que es lo
que habrá dicho el tal Blázquez con el
portapaz en su manifa, que no sólo era una
manifestación de buena fe, sino además
mitrada.
Cuando se
celebró la manifestación de los de buena
fe, no hacían más que preguntar dónde
estaba Gallardón, dónde Esperanza Aguirre,
dónde el PP. ¡Artistas del calcetín! Ayer
en la manifestación del Foro de Ermua
nadie preguntaba dónde estaba Zapatero.
Quizá porque todo el mundo lo sabe: en la
Moncloa, esperando que suene el teléfono
rojo (manchado de sangre) que le mantiene
en contacto permanente con la ETA para las
dos grandes P de la mentira, la Paz y el
Proceso.
El lema de
los manifestantes de ayer no puede ser más
suscribible: «Por la libertad, derrotemos
juntos a la ETA. No a la negociación». El
Gobierno no estaba. Si en este bando de la
dignidad y de la memoria hubiera el arte
de dar la vuelta al calcetín que tienen
los otros, hubieran dicho que no estaban
porque el lema les repateaba el hígado. No
están por la libertad, sino por la
rendición; no quieren derrotar a la ETA,
sino hocicar ante ella, y menos juntos con
nadie, para que así no se le escape a ZP
el Nobel de la Paz, adiós Jerry Adams.
¿Cómo van a decir «no» a la negociación,
si es la que siguen tramando desde el
mismo día que la ETA asesinó con su bomba
a los dos pobres ecuatorianos de Barajas?
Bueno, pues ellos son los únicos de la
buena fe. No, son los de la buena pipa:
¿quieres que te cuente el cuento de la
buena pipa del arte de dar la vuelta al
calcetín?