En Sevilla ocurren cosas que no pasan en ningún lado del mundo. Y no es que los que hemos nacido aquí (y asimilados), como he dicho tantas veces, seamos unos ombliguistas, como se nos suele acusar a los sevillanos. Es que Sevilla tiene un ombligo digno de ver. Que si se ponen tontos, les añadimos además que es el ombligo del mundo, ¿passssa algo?
Hago este exordio porque entre las cosas de la Sevilla Insólita que bautizo el profesor Morales Padrón acaba de ocurrir algo que sólo puede pasar aquí. ¿Pues no que han inscrito en el Registro de Patentes y Marcas una saeta? Sí, tal como suena. O a lo mejor no es como digo, sino como algo mejor todavía que ahora mismito estoy pensando y tal como lo cavilo voy a poner no negro sobre blanco, que dicen los chuflones jornaleros de las tertulias, sino verde sobre merino. Que creo yo que cuando unos señores fueron con una determinada y divina imagen para inscribir su autoría, derechos, regalías y demás anexos de la Ley de la Propiedad Intelectual y también de la Industrial, el mentado Registro de Patentes y Marcas, absorto, boquiabierto, agarrando las manos en los hierros del balcón de la burocracia, se arrancó a cantarle una saeta. Pero no una saeta cualquiera: los duendes de la muralla me han dicho que fue una saeta con la voz de Marta Serrano y la letra de Rodríguez Buzón. ¡Cualquier cosa! Que en viendo las dos perspectivas de la imagen que tenía que inscribir, el Registro lo apuntó de la siguiente manera
No es preciso que te alaben,
Bella Perla de San Gil,
porque todo el mundo sabe
que de frente y de perfil
más Buena Moza no cabe.
Toíto el mundo ha confesao que nunca al Registro de la Propiedad Intelectual había llegado para ser inscrita tanta divina Belleza de frente y de perfil, Gitana pura y bendita por tós los cuatro costaos. Que hace muy bien la hermandad en registrar. No es para sacarle el dinero, como andan diciendo por ahí las jachas cofrades. Es para que ya que ha desaparecido el santo temor de Dios, tengan por lo menos el laico temor a las multas y las condenas, que es lo que entiende la gente.
No he visto (ni quiero ver) una grosera e irreverente manipulación de la imagen de la Esperanza Macarena que con fines publicitarios han hecho por ahí unos mamones para anunciar un teatro... o el moño de su ruta madre. (Por si no se ha entendido lo que he puesto, aclaro que he escrito "mamones". Pero me he quedado corto: añado que son unos hojas de ruta.) Y repito lo que piensa cualquiera ante estos desafueros contra nuestra Fe: que a ver si tenéis cojones de cachondearos de la fe de los moros y de Mahoma, so hojas de la gran ruta.
No es la vez primera que tal ocurre con la Esperanza, y por eso insisto en que la Hermandad hace muy bien preservando el objeto divino de la devoción, la fe y la emoción de cientos de miles de sevillanos. Los que hacen estas cosas no sólo no respetan a nuestra Esperanza, sino a los miles de sevillanos que el Viernes por la mañana abarrotan la Resolana, el Arco y los alrededores de la basílica para hartarse de llorar viéndoLa. Y la Hermandad no tendría que recurrir a estos procedimientos para hacer respetar lo más sagrado. Debería ser el Ministerio Fiscal, el que de oficio aplicara el Código Penal a esos blasfemos, para que se les quitaran las ganas de guasearse de nuestra fe. Pero es que, antes que el fiscal, debería existir algo que ha desaparecido, ay, en nuestra sociedad: un código de valores cristianos en el que estos desafueros son sencillamente impensables. Napoleón decía que por cada cura que quitaba tenía que poner dos policías. No es que yo sea Napoleón, pero añado que por cada niño que no es instruido en la Doctrina Cristiana y en el santo temor de Dios en esta sociedad de espaldas a la Religión en los colegios y en la vida, hay que inscribir siete mil imágenes sagradas en la Propiedad Intelectual. Al paso que vamos, estamos a cinco minutos de tener que rezar: "Padre Nuestro que estás en los cielos, marca registrada sea tu nombre...".
SOBRE ESTE MISMO TEMA, EN EL RECUADRO: "Marca Armaos"
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