Apunten: ni paro, ni corrupción en Miami con manzanilla, que se
traduce Sanlúcar; ni problema pesquero; ni pateras que llegan a la Frontera Sur de la
Prosperidad Norte, trayendo a bordo a los soñadores de El precio justo, que ven
las televisiones españolas y se creen que aquí amarramos los perros asesinos con
longanizas de la casa Tarradellas, la chacina que nunca entra en casa de Pujol. Aquí no
hay sequía, ni sufrimos los efectos de la política agraria de la Unión Europea, ni nada
de nada.
En los territorios que manda Chaves y que siguen esperando
la venida del salvador González en las listas de las próximas elecciones, no hay más
problema que un cura. Un cura que es bastante más que un cura. Un canónigo que preside
en Córdoba una caja de ahorros: Cajasur. En este mundo globalizado y permisivo en que el
Papa levanta la excomunión de Lutero, Chaves anda empeñado en excomulgar a don Miguel
Castillejo, el canónigo listísimo que preside Cajasur. Como Castillejo se niega a
comulgar con las ruedas de molino del PSOE, Chaves lo quiere mandar a los infiernos y
convertir en ángeles sumisos los hasta ahora rebeldes arcángeles cordobeses de Cajasur.
No saben gobernar como no sea con unanimidad y mayoría absoluta. No le basta a Chaves con
el dominio de la enseñanza, de la sanidad, de los resortes oficiales de la cultura, del
turismo. Quiere preparar la venida del mesías Almunia con el control virreinal de todos
los aparatos de poder a su alcance. Por eso el cura Castillejo lo pone nervioso. El
entramado felipista de las Cajas, fuente de financiación, puerto de arrabatacapas, no
puede permitir que la Iglesia mantenga la Caja de Córdoba, como una catacumba de
resistencia de los primeros cristianos. Digo lo de los primeros cristianos porque no
conocí al bíblico profeta, pero almorcé el otro día con Miguel Castillejo y me dio la
impresión de que estaba como Daniel en vísperas de ser arrojado al foso de los leones,
en este caso los leones de Hércules que tiene Chaves en el escudo andaluz, dispuestos a
pegar el zarpazo a todo aquello que se escape a su férreo control.
Esto le pasa a Castillejo por ser tan buen cura y
encomendarse a los designios de la providencia. Esto de que le quieran quitar Cajasur por
el procedimiento del tirón de la chapuza de la Ley de Cajas, le ocurre a Castillejo por
no acudir al confesionario de Carlos Solchaga, el celoso director espiritual que ofrece
sus poderes en "los círculos políticos y administrativos de los países
latinoamericanos". A efectos de expropiaciones a la cubana, la tercermundista
Andalucía de Chaves es un país sudamericano más, donde sigue siendo rentable la
demagogia de quitar cosas a los ricos. Ya no se lleva expropiar fincas a la Casa de Alba.
Ya no es lo de "el campo para quien lo trabaja": que lo trabaje otro, que yo
cobro el PER. Lo más rentable es expropiar a los curas, hagan la obra social que hagan.
Un lema de la Junta dice: "Andalucía, solo una". Con estos totalitarismos del
control de los recursos financieros, quieren añadirle lo de Grande y Libre. Así que...
¡a por el cura...!