ay
una pregunta-tipo que no suele hacerse y mucho menos en
situación de virtual campaña electoral como la presente: "¿para
qué ha servido la autonomía a efectos de...?" Puede aplicarse a
todos los campos, y al campo mismo, salvado por la PAC, no por
la Política Agraria Andaluza, que pasó de la reforma agraria del
siglo XIX a la segunda modernización del siglo XXI en uno de los
bandazos más importantes que vieron los siglos. La pregunta-tipo
puede aplicarse también a la cultura. Y dentro de la cultura, a
las artes plásticas: ¿Para qué han servido la autonomía a
efectos de la valoración y divulgación de la obra de los
artistas plásticos andaluces? Hablamos de los que siguen
viviendo y creando en Andalucía, no de Picasso ni de su museo.
Hablamos de los que están fuera de las mafias de crítica y
galerías al uso, de los que entienden su obra como una aventura
personal e intransferible, ¿Son más conocidos los artistas
andaluces que antes de la autonomía? ¿Se ocupa Andalucía de dar
a conocer al resto de España lo que están haciendo sus pintores
ahora mismo en sus estudios?El ejemplo
puede ser Carmen Laffón. La delicada, intimista, lírica, mágica
pintura de Carmen Laffón. Hasta ahora que va de estrella en ARCO
no se ha valorado suficientemente en el resto de España a Carmen
Laffón. Ni cuando aquella exposición del Reina Sofía; ni cuando
aquella otra de Los Venerables, a pesar de los textos de Kevin
Power sobre su pintura. Ni cuando en San José de la Rinconada la
pusieron su nombre a un instituto. Ni cuando se ocupó de ella la
crítica internacional.
Carmen Laffón siempre ha estado en una
comprometida tierra de nadie, que es la suya propia. Los
pintores academicistas la negaban por su modernidad; los
abstractos, por su realismo. Incluso los potenciales clientes,
por lo que dicen que tarda en terminar un cuadro. Por si fuera
poco, ha estado siempre entre Sevilla y Sanlúcar, como un
pictórico vapor de ruedas, río abajo. Entre el "Sevilla vista
desde el río" que es el mejor retrato que se le ha hecho a la
ciudad en los últimos tiempos, a sus azoteas sanluqueñas con el
mar de La Jara y el Coto de Doñana al fondo.
Ahora, como ARCO es mucho ARCO y como además
Polanco le ha encargado dos obras a Carmen Laffón, dos "mesas
improvisadas" para su pabellón en la feria, pues ahora ya sí,
ahora ya sí existe Carmen Laffón. ¡Qué descubrimiento! Cuando a
Carmen Laffón le duelen las manos de pintar ensueños deliciosos
con su visión de nuestra tierra, ahora la descubre España. Pero
no gracias a la Junta de Andalucía, sino gracias a Polanco.
Aunque más o menos vienen a ser lo mismo, no es igual.
Obra política de las cajas
Una caja de ahorros andaluza, cuyo nombre no
hace al caso, le ha denegado un crédito de campaña al Partido
Andalucista. Hay que matizar que el crédito de campaña no es lo
que se entiende por un crédito de campaña, el que pedían los
olivareros para hacer frente a la molturación en su almazara, el
que les daban a los que sembraban trigo hasta que cobraran no sé
del correspondiente Servicio Nacional. Ahora por crédito de
campaña se entiende el que pide un partido político para hacer
la electoral. Y al PA, esa caja de ahorros le ha dicho que
naranjas de la China y naranjas de Palma del Río. Muy bien
dicho. Claro que los denegados afirman que se trata de una
"venganza política". Ya que dicen que es una venganza, deberían
abordar un trabajo que nadie ha hecho y que sería bastante
esclarecedor: saber cuánto dinero propiedad de los ahorradores
han dado en los últimos tiempos las cajas a los partidos
políticos para sus campañas electorales o para sus
participaciones en empresas de comunicación, de gestión, de mil
cosas. Y una vez sabido el montante, determinar cuántos han sido
fallidos de esos cientos de miles de millones. Dinero que,
volvemos a insistir, no es de un banco privado que se gasta sus
beneficios en lo que tenga por conveniente apoyar regalando los
créditos y no cobrándolos, sino que son pesetas (ahora, euros)
juntados con muchas fatiguitas por los ahorradores, que los
ponen allí para que les den unas perritas de renta. Se habla
mucho de las por otra parte beneméritas y benéficas obras
culturales y sociales de las cajas de ahorro, que patrocinan
exposiciones, ediciones, conciertos, obras de teatro, asilos,
escuelas profesionales. Pero se debería empezar a hablar de la
obra política de las cajas de ahorro, que este patrocinio de
dejar dinero a los partidos amiguetes a interés bajísimo,
cobrables por el método tan andaluz del "ya te veré".
Estado contra Estado
La proclamación de lo obvio se está
convirtiendo en una heroicidad. Como lo del Tribunal Europeo de
Derechos Humanos, cuando el gobierno autonómico vascongado ha
apelado para recurrir la Ley de Partidos Políticos, esto es, la
ilegalización de Batasuna y demás formas de la ETA. Ha dicho
Estrasburgo (que es como coloquialmente se conoce a ese
tribunal) que rechazan el recurso, que ni lo miran, porque una
parte del Estado, las Vascongadas, recurre contra el propio
Estado del que forma parte, contra los órganos de soberanía
popular y de Justicia del Reino de España. Esta obviedad
convendría recordarla de vez en cuando aquí abajo, cuando se
empeñan en estériles disputas políticas en las que una parte del
Estado, la Comunidad Autónoma Andaluza, pleitea contra el mismo
Estado al que pertenece. Lo que ocurre es que el lanzamiento de
piedras contra el propio tejado es a veces un magnifico negocio
político por sus inmediatos efectos demagógicos y electorales.
El que la copia...
González dijo el otro día que Quintero es como
Gadafi y que le quitas el puro a Rajoy y es Ben Laden. Lo de
Rajoy es original, pero lo del Loco de la Colina y el Loco de
Libia es nuestro. Y ya saben lo que le pasa al que la copia.
Z.P.
La realidad imita al arte. El mejor cuplé de
Carnaval no lo ha escrito El Selu, ni Manolo Santander, ni El
Love, ni El Cabra, ni Los Carapapas, y sigan poniendo nombres
gaditanos, y añadan los de Isla Cristina y los de los autores de
todos los carnavales andaluces. El mejor cuplé de Carnaval lo ha
escrito el que ha asado la manteca de buscarle a Zapatero el
acrónimo electoral de Z.P. De eso sí que se van a sacar
chistes... Más que Letizia y la boda del Príncipe.
Tercer mundo andaluz
Las vueltas que ha dado el tiempo. Hace
treinta años nos preguntábamos si Andalucía era el Tercer Mundo
español, cuando nuestros braceros se iban a Alemania a ocupar
los puestos de trabajo que nadie quería. Ahora vienen a
Andalucía los braceros del verdadero Tercer Mundo, y encuentran
aquí la tierra de promisión. Diecinueve mil trabajadores
extranjeros vendrán a trabajar en la campaña de la fresa de
Huelva. Hemos pasado de los andaluces que se iban a la vendimia
francesa a los africanos y los europeos del Este que vienen aquí
a encontrar lo que no hallan en sus tierras. Y según denuncia
UGT, a veces en condiciones de alojamiento que son de auténtico
Tercer Mundo, porque no son habitables las naves donde ponen a
dormir a las criaturas, sin agua. Punto en el que nos acordamos
del Cura Diamantino. El recordado Cura Diamantino no tendría
ahora que irse a la vendimia francesa para defender los derechos
de los andaluces, sino que se iría a los campos de fresa a
defender los derechos de los trabajadores extranjeros. Es un
cambio tan profundo y lo tenemos tan cerca, aunque no le
queramos echar cuenta, que habla de la transformación de
Andalucía y de España mucho más que todas las demagogias de
todas las campañas electorales juntas.
Pregunta del millón
Y con este cambiado paisaje de fondo de la
inmigración que recibe Andalucía, contra la imagen del tópico de
la emigración, ahora, la pregunta del millón que nadie quiere
responder, por la cuenta que les trae que todo siga como está:
si a la fresa de Huelva tienen que venir 19.000 trabajadores
extranjeros, ¿cómo es qué siguen dando cifras tan altas las
encuestas sobre el paro en Andalucía? Si verdaderamente hay
tanto paro, ¿por que tienen que venir tantos trabajadores
extranjeros?
Anticentralismo
¿Quieren ahora una prueba del nueve sobre lo
que ha hecho la autonomía por acabar con el recelo entre unas
provincias andaluzas y otras? Pues piensen en la cantidad de
andaluces que se han alegrado porque el Real Madrid haya
eliminado al Sevilla de la Copa del Rey. Y no béticos
precisamente, sino de todas las provincias andaluzas. Han visto
en aquellos dos goles que traía hechos el Madrid como una
venganza contra el centralismo sevillano. Que la venganza la
hiciera el centralismo madrileño, poco importa. Se odia más al
centralismo sevillano, mucho más, que al centralismo madrileño.