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Isabel
Tocino, cuando andaba de motera y de pastora de la Finojosa,
grabó su medalla del amor a la ecología: "El que
contamina, paga". Era la aplicación al medio ambiente del
Derecho popular, cuyo Código habría que redactar, lleno de tan
sabias enseñanzas como "antes de entrar, dejen salir"
o "el que rompe, paga y se lleva los tiestos". Pero
aquí el que contamina no paga. Ni una peseta. Una juez ha
reescrito la máxima, y la ha dejado bajo mínimos: "El que
contamina, se va de naja", que rima igual a efectos de los
pareados y adosados de las parcelitas del Derecho popular.
Hay veces en que se comprenden ciertas decisiones de los
jueces en determinadas circunstancias. Que pongan en la calle
una pintada con la toga de uno en una diana es como para
considerarse muy seriamente los considerandos. Antes que jueces,
son ciudadanos y ciudadanas, como dicen los cursis, y el miedo
es libre. Quizá lo único libre que queda allí arriba. Pero
Aznalcòllar, que yo sepa, no está en Territorio Jarrai, ni
aquí abajo hay presión alguna contra el libre ejercicio de la
independencia.
Pues nada. Poner a los patos del Coto de Doñana como
cormoranes de la Guerra del Golfo, embadurnados de lodos
tóxicos, no es delito ecológico. Destruir el paisaje de la
marisma de Fernando Villalón, las islas donde se fueron los
moros que no se quisieron ir, no es delito ecológico. Tener que
movilizar una flota de camiones para retirar 5.000 metros
cúbicos de la leña no es delito ecológico. Obligar a que
todos paguemos 30.000 millones para dejar aquello por lo menos
como estaba, Virgen de Fátima, no es delito ecológico. Pero
arranque usted una encina en la tierrecita que heredó de su
abuelo y donde puso en plan simpàtico la casita de labranza.
Ocúrrasele a usted hacer una balsa para que no se vaya a los
baños el río de los dineros del agua de la lluvia. Atrévase a
cortar dos álamos que, además, están enfermos. El Ministerio
de Medio Ambiente, la Consejería y el Seprona le echarán
directamente la perpetua.
En cuanto a la Junta de Andalucía, que acepta que
Aznalcóllar no sea delito ecológico, está claro. Como no
fueron ni Aznar ni el Gobierno central los que rompieron la
presa y la (in)competencia es suya, Chaves tendría encabezar la
manifestación contra sí mismo. Así que, niño, ve pintando la
pancarta del "Tireless"...
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