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En Canal Sur Televisión, semifinales en diferido del
concurso del Carnaval
de Cádiz desde el Teatro Falla. A deshoras. De madrugada. A horas más propias del
Nazareno por la Cuesta de Jabonería que del Carnaval televisivo. A horas que sólo son
propias para ir a buscar los churros que hace La Guapa, como en el tango de "Los
Pintores", mientras con el morazo en todo lo alto se canta el "Vaporcito del
Puerto" de Paco Alba,
que es el himno etílico oficial, el "Asturias, Patria Querida" de Cádiz. Y usted se cree que está viendo el concurso del Carnaval.
Pero no, está viendo el COAC, cuya logística organiza la FGC. Y en leyendo esto, exclama
usted con "Los Borrachos":
--- ¿Pero qué es esto, Dios mío de mi alma, el
COAC de la FGC?
Pues es la ola de siglas que nos invade. Estamos
rodeados por las siglas. El COAC es el Concurso Oficial de Agrupaciones de Carnaval, y la
FGC es la Fundación Gaditana del Carnaval. A los que preguntan, con toda mala baba, para
qué nos ha servido la autonomía andaluza, hay que responderles que ha valido para que
tengamos que aprendernos un catálogo de siglas espantoso. Algo tan andaluz como una
sopansalá, pero de siglas. Aquella sopa de letras de los partidos políticos en la
Transición es un prodigio de claridad al lado de la auténtica maraña de siglas de
organismos, entidades, empresas públicas. Igual que hay hablas locales que luego se
reúnen en repertorios lexicográficos como el de Juan Cepas para Málaga o el de Pedro
Payán para Cádiz, tendríamos que hacer urgentemente unos diccionarios locales de
siglas. O, al menos, entregar con los periódicos unos prontuarios para entenderlas. ¿No
va a estar desvertebrada Andalucía, si cada ciudad se ha inventado sus propias siglas de
organismos y entidades, ininteligibles para las demás? Un granadino no sabe qué es el
COAC de Cádiz, ni un onubense sabe qué es el PTA de Málaga, ni nadie los TRD, que son
los trenes regionales, toma castaña.
Pero ningún sitio como Sevilla para esta
sopansalá. Ayer leí las páginas locales de los diarios y no me enteré de la misa, la
media. El Ayuntamiento, para la Semana Santa, ha alquilado en la calle Granada un local
para el CECOP, que luego será utilizado por el CEES. En Montequinto está logrando
grandes éxitos el EMUME de la GC. El SAS, que tanto cuida el CRTS, para el que no tiene
que recibir ayudas exteriores como las del telemaratón de ANDEX, parece que va a oír en
Utrera las peticiones de la UTER, mientras el futuro del Hospital Militar depende de la
GIED. Y el futuro de las instalaciones deportivas, del COE y del COI.
Como verán ustedes, al cambio, chino. Las dos
Pes (periodistas y políticos) nos creemos que estas siglas las conoce todo el mundo, pero
estamos logrando un lenguaje informativo absolutamente de uso local e interno. La lectura
de los periódicos pronto tendrá que ser con diccionario, como los exámenes de Latín...
cuando se daba Latín. Y eso sin meternos en la maraña de siglas docentes de la ESO y la
aquello.
Bueno, pues en cada una de esas siglas, hay
colocados por lo menos dos docenas de paniaguados. Y no vea usted el partido que le sacan
a la sopansalá por lo menos para cobrar a fin de mes. En muchos casos, la sopansalá es
la sopa boba de los organismos inútiles de esta Administración hipertrofiada por la
autonomía.
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Biografía de Antonio Burgos
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