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Como
no quiero mandarles a rebuscar en la terracita donde tenemos la
lavadora y donde ponemos para tirar a la basura los periódicos
atrasados, prefiero que simplemente recuerden la fotografía del
subcomandante Marcos que ha venido ilustrando muchas crónicas
de César González-Calero. Esa larga caravana del
"Zapatour" hacia México D.F. en plan a Roma por todo.
Ese fondo indigenista como de fresco de Rivera. Y ese
subcomandante vestido de puñetera madre, con el uniforme del
cuerpo al que pertenece, con el pasamontañas que dicen que ya
compran los turistas como un "souvenir" de México
más, cual calendario azteca en plástico o camiseta con
serpiente maya. Al subcomandante Marcos no le falta un perejil.
Lleva colgados más archiperres que un policía de Nueva York en
un telefilm. Tiene encima más tonterías que un mueble-bar.
Sobre el pasamontañas lleva la gorra cuartelera, y viste
guerrera como de Sierra Maestra en las coplas de Carlos Puebla y
Los Tradicionales. Sus trinchas, su cinturón, y colgado en
ellas todo lo imaginable, que si cartucheras, que si cananas,
que si silbatos. El subcomandante Marcos parece una navaja suiza
humana, hijo, ¡qué cantidad de utilidades colgadas en la
guerrera! Pero de toda la bisutería y quincallería que lleva
colgada, lo que me ha dejado de piedra pómez ha sido el
teléfono móvil. Y creo que es hasta de manos libres.
Yo tenía mucha confianza en el subcomandante y en sus
revolucionarios zapatistas de Chiapas hasta que en llegando la
caravana a Oaxaca le vi en la foto el teléfono moviola colgado
al pecho, como un "detente" de si me quieres escribir
ya sabes mi paradero. Esto no es serio, mi subcomandante. La
revolución se puede hacer con el machete guajiro de Maceo, con
el gorro frigio de la Mariana francesa, con el mono de miliciano
muerte en el frente de Córdoba, hasta con un Montecristo del 5,
como la hizo Fidel Castro, pero nunca con el teléfono móvil.
Porque mucho indigenismo y muchos derechos humanos, pero a mí
un revolucionario con un móvil me parece que está defendido
más los derechos de la ITT que los de los indígenas de
Chiapas, yo que su marcha es como las caravanas veraniegas de
Movistar o de Amena cuando plantan sus chiringuitos comerciales
en las playas para regalar sombrillas y balones.
Salvo, claro está, que el "Zapatour" sea para
llamar a Fox desde un Estado mexicano donde haya cobertura.
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artículos en la web de El Mundo
Biografía de Antonio Burgos
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