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La
cantiña caletera, hermosa como la plata de mojarritas y
caballas, dice: "Tengo yo una barquilla/con una vela/que
cuando le da el viento/no corre, vuela". Le da el viento de
la reparación al submarino
"Tireless" y, en la otra gran bahía gaditana, no
corre, vuela que se las pela para la tierra de la que nunca
debió salir. Bueno, el "Tireless"... El
"Jartible", queremos decir. Como su mismo nombre
indica en la traducción gaditana, el "Tireless" ha
sido submarino más pesado de la historia sagrada, que diría
Manolo Caracol. A Cai no le llaman Cai y al "Tireless"
no le llaman "Tireless", que con la
gracia de Cádiz se le ha quedado para los restos lo de
"Jartible". Hasta el punto de que creo que en el
"Times" de Londres, cuando den mañana la noticia,
pondrán con unas letras así de gordas, aunque esté feo el
señalar: H.M.S. Jartible leaves Gibraltar.
El "Jartible" ha sido un lamentable incidente en la
historia de esta Andalucía que toman por el pito de un sereno y
por las cortinas donde limpiarse tanto Europa como las dos
grandes potencias colonizadoras de sus bases militares, Gran
Bretaña y Estados Unidos. Pero el lance del
"Jartible" ha servido para dar carta de naturaleza a
la hermosa palabra, de origen gaditano, como tantas veces en la
creación de la lengua. Quítenle a "jartible" la jota
dialectal de la aspiración y escríbanla con hache,
"hartible", y está lista para ingresar con todos los
honores en el Diccionario de la Academia, como sus primas
hermanas popularísimas "hartera",
"hartón", "hartío", "hartura" y
"hartada" y la parienta culta y refinada, que es
"hartazgo".
¿Qué significa "hartible"? Pues pesado, molesto,
enfadoso, insufrible, difícil de soportar por su terquedad e
impertinencia. Pero, sobre todo, pesado. Inaguantable de pesado.
El jartible es un arquetipo gaditano, en la ciudad donde se
tiene otra medida del tiempo. Te coge por la calle un jartible
gaditano y como se te ocurra preguntarle cómo está, te tiene
media hora contándotelo, incluido el ingreso de su suegra en
Residencia. El jartible gaditano no se va perdiendo ni es una
pena, sino un coñazo insoportable. Con Emilio López el del
"Diario" tengo establecido el Ranking de Jartibles de
Cai, reñida competición. Hablamos de cierto podólogo, y
Emilio suelta:
-- Primer premio de Jartibles de Cai...
Hablamos de cierto sastre, y duda:
-- Serio candidato a quitarle al podólogo el primer premio
de Jartibles de Cai...
Como en su tiempo liberal, cursi o pelotazo,
jartible (así escrita, con jota) es la última palabra
gaditana incorporada a la lengua común. Palabra tan gaditana se
aplica ya a algo tan sevillano como la Feria. Se la escuché al
vallisoletano Fernando Fernández Román en "Clarín"
de RNE: "Hay aficionados que dicen que tantas corridas de
Feria son muy jartibles". Se la leí ayer a Fran López de
Paz: "Sólo los más hartibles se acercaron a última hora
a la Feria". Por la vía del flamenco y de la Tauromaquia,
por el habla de cantaores y toreros, jartible ha
conquistado España, como liberal en el discurso de los
doceañistas. Una maravilla.
Y si encima el "Jartible" propiamente dicho se va
con sus mulas todas, pues ni te cuento...

Triana
en la "Guía Secreta de Sevilla"
Triana:tradiciones
escritas en el palo de la cucaña
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