|
Como
en lo de Serrat, hoy puede ser un gran día para Granada. En su
mármol nazarí quedarán escritas con letras de oro dos fechas:
el 2 de enero de 1492, en que fue reconquistada por los Reyes
Católicos, y este 25 de junio del 2001, en que Carmen Calvo,
consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, inaugura
solemnemente los nuevos W.C. de la Alhambra, esos lugares de
alivio de vejigas y descanso de esfínteres donde mucho antes
que los políticos se dirigieran a los "ciudadanos y
ciudadanas" ya se había consagrado el supremo principio de
la igualdad de sexos: "señoras" y
"caballeros", o el grafismo equívoco del dibujito que
nunca distingues si es una dama o un señor, por lo cual no
compruebas tu equivocación hasta que te plantas en pleno
tocador de señoras desabrochándote la bragueta o portañuela.
La convocatoria hodierna recoge con toda la grandeza de la
literatura oficial el importante hecho que se produce: "La
consejera de Cultura, Carmen Calvo, presenta el lunes, a las
12,00, en Granada, las obras de rehabilitación del antiguo
Pabellón de Taquillas de La Alhambra,
recinto que se utilizará como aseo público del conjunto
monumental. Esta actuación ha supuesto una inversión de 102
millones de pesetas." Los más fastuosos baños (nunca
mejor dicho) árabes. Ya tienen que ser buenos: 102 millones de
pesetas en tronos de la dinastía Roca son muchos millones. 102
millones de pesetas en baños no se los gastaron en La Alhambra
ni Muhammad I cuando inició las obras del palacio, ni su hijo
Muhammad II cuando las completó en las lorquianas altas Comares
y barandas de arrayanes.
Sí, señora Calvo: viva la modernidad y el progreso. Esa
Alhambra informatizada para dar cita previa de hora de visita no
podía contemplar el triste espectáculo de los turistas
japoneses con las manos en el bajo vientre, aguantándose las
imperiosas ganas de micción, porque no era cosa de hacerlo tras
una columna del Patio de los Leones o en un rincón de la Sala
de los Reyes. Iba a preguntar que a cuánto nos sale cada meada
de japonés, con 102 millones en mingitorios, pero renuncio a
las cuentas. Nada, nada, pido para Carmen Calvo el título de
Miss Porcelanosa, por su brillante contribución al desarrollo
de nuestra industria de loza sanitaria. 102 millones no se los
gastó ni Isabel Preysler en los 16 cuartos de baño de
"Villa Meona". Tras su alto ejemplo, ahí será ella
cuando Rodríguez Ibarra inaugure los nuevos mingitorios del
Teatro Romano de Mérida o Pepe Bono los excusados públicos de
la Casa del Greco en Toledo. Espero, no obstante, que a modo de
caroca de Corpus, el ingenio granadino deje su impronta sobre
los 102 millones porcelanosos. Como aquel cordobés que
encontró una bañera vieja abandonada en los alrededores de
Medina Azahara y puso: "En esta pila Maimónides se lavaba
los cojónides".
Hemeroteca de
artículos en la web de El Mundo
Biografía de Antonio Burgos
Libros
de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés
Libros
de Antonio Burgos publicados por Editorial Planeta -
|