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                principio resistió el hombre como pudo, aguantó el tipo, puso
                cara de póquer cuando la cámara oculta mostraba cómo la jefa
                de la mafia pedía alafia y pedía medio kilito por cada puesto
                en el jurado del concurso de Miss Alicante. La tía no pidió
                Ceuta y Melilla porque eso es de Mohamed VI y no del concurso de
                Miss España; que, si no, también lo pide. Profesionalidad se
                llama la figura de este letrado, un señor normal y corriente
                para quien el Consejo de la Abogacía debía pedir la cruz de
                San Raimundo de Peñafort. Al principio negó todo lo negable y refutó hasta lo
                irrefutable, que para eso creemos que están los abogados, sean
                de secano o de regadío. Confundimos a los abogados con los
                sacamuelas o con los de la caja de cartón y los cubiletes del
                trile. Cree el personal que tú le haces una buena provisión de
                fondos a un abogado y es capaz de demostrar que Karembé es más
                blanco que el maquillaje de Tamara en su serial de "Mamma
                mía" en Telemadrid. Como fue pudiendo, y respondiendo a la
                imagen de truchimanes que tenemos de los abogados, este
                hombre-orquesta del montaje de las misses, gerente de la
                cuestión y letrado que enseñaba papeles de denuncias, capeó
                el temporal de Alicante de la tarifa de a cuánto está el
                cuarto y mitad del título de Miss
                en España. Pero hubo un momento en que este hombre, cuyo nombre escribo
                con toda satisfacción para su honor y el de su oficio, el
                letrado don José Manuel Gómez, dijo la frase suprema de la
                dignidad española: -- Ea, señores, pues ya estoy yo en mi casa. En este mismo
                momento dimito... ¡Marchando una de desempleo! La investigación de  El Mundo
                elevisión ha sido importante no tanto por descubrir la tostada
                del untamiento de los lamentables concursos de belleza y las
                degradantes competiciones de carnes morenas, como por haber sido
                la primera vez que alguien ha dimitido en España en vivo y en
                directo. Gómez borraba de un plumazo de dignidad, y en directo,
                la vieja pintada de la picaresca española: "En el camino
                del Pardo/y muy cerca de su ermita/hay un letrero que
                dice:/"Maricón el que dimita." Ojalá España se
                llene de letrados Gómez que pongan la dignidad personal y no el
                dinero o el puesto fijo de trabajo como suprema medida de todas
                las cosas. Asistimos en directo al aumento en una unidad más
                del censo de parados que tanto cuida Rato, porque a veces la
                dignidad se encuentra en el desempleo, como la halló el letrado
                Gómez. La pena es que con la de convolutos que hemos visto, con la
                de concursos amañados que se siguen contemplando, aquí, sin
                emplazar a responsabilidades políticas ni remitir a sentencias
                judiciales, no haya dimitido en directo hasta ahora más que
                Gómez. 
 En
                vivo del reportaje, en elmundo.esGema
                García: 'Sé que he hecho algo que beneficiará a las chicas,
                las manejan como monos de feria'
 Especial:
                Miss España, al descubierto
 Debate:
                ¿Está Ud. de acuerdo con los concursos de 'misses'?
 
 
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