|
Están
saliendo de todas partes: del armario, del mueble-bar, del
microondas, de la nevera... Los que salen semejan el censo de
personajes las películas españolas del cine de barrio de José
Manuel Paradas. Está saliendo toda la filmografía de Cifesa y
de Cesáreo González. Ya salió el cura, que es como si
salieran "El Padre Coplillas" y "El Padre
Pitillo"; salió el militar, que es como si salieran
"Raza" y "La fiel infantería"; salió el
guardia civil, que es como si salieran los picoletos de
"Morena Clara" o de "La niña de la Venta".
Dicen que ahora van a por el futbolista, será por "Once
pares de botas" o "El fenómeno". No me
extrañaría que también saliera una monja, por lo de "Sor
Citroen", y un marino de guerra, por lo de "Botón de
ancla". De momento ya ha salido del armario el candidato a
alcalde, que es como si saliera "Bienvenido, Mister
Marshall".
Que José María Mendiluce haya
salido del armario no tiene mérito. No me preocupa lo más
mínimo ni el armario, ni el ropero, ni el mueble-bar ni el
buzón de abajo del portal. Lo que me preocupa es el congelador.
A mí me gustaría que Aznar saliera del congelador. Que en este
apasionante serial, la revista "Zero" sacara una
próxima portada en la que dijera con letras así de gordas,
aunque esté feo el señalar: "José María Aznar sale del
congelador". Este señor ha convertido el famoso síndrome
de la Moncloa en el síndrome del congelador. No he visto una
persona más fría. En el desastre gallego, va de Pescanova
total, congelado de cinco estrellas, no-frost. El mármol de
Macael es una estufa catalítica al lado de la frialdad de Aznar.
En las películas de persecuciones de judíos en el gueto de
Varsovia salen nazis de la Gestapo con el abrigo de cuero hasta
los pies que son más simpáticos que el presidente con su
abrigo de piel de camello y su bufanda a cuadros, cuando acudió
el otro día al cuartel de la Guardia Civil donde prestaba
servicio a la ley y al orden Antonio Molina, el guardia
asesinado por los pistoleros de la ETA que logró detener. En su
frialdad, no se quitó ni la bufanda ni el abrigo para felicitar
a la Guardia Civil. ¿Y vieron la cara? Si Aznar pone esa cara y
ese tono para felicitar a la Guardia Civil por su tributo de
vida y de sangre a la libertad de todos, ¿cómo será cuando
les echa la bronca a los picoletos?
Desconfío que a estas alturas
de legislatura que Aznar vaya a salir del congelador. Espero, al
menos, que salgan del congelador los que se preconizan como
aspirantes a sucederle. Excepto el pundonoroso Jaime Mayor,
todos parecen que están dentro del mismo congelador de
sentimientos. Rodrigo Rato se ha tirado de espontáneo como
sucesor, pero mejor que hubiera salido del congelador. Rato es
también de los que les hablan a los civiles con el abrigo
puesto y la bufanda, de congelados que tienen cualquier atisbo
de sentimientos. Serán muy honrados y muy efectivos, pero hasta
estoy por preferir a aquellos sinvergonzones mangones y
corruptos, que, aunque podrida, por lo menos se les veía que
tenían alma.
Hemeroteca de
artículos en la web de El Mundo
Biografía de Antonio Burgos
Libros
de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés
Libros
de Antonio Burgos publicados por Editorial Planeta -
Correo
|