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¿Usted
no ve a ese tío zarrapastroso y costroso con chilaba y barbas
largas y sucias, que sale por la CNN sobre un paisaje de riscos,
y muchas veces con el fusil en la mano? Sí, Ben Laden. Pues ése
es el que ha echado al PP del Gobierno. Con una colaboración
fundamental: la propia torpeza del PP. Repetimos la palabra que
les hemos dicho muchas veces: carajotes. Han perdido el poder
por carajotes. Por ir de puros, santos y sacrosantos. Por querer
mantener un caballeroso encuentro de esgrima, florete en ristre,
mientras su adversario tenía la navaja cachicuerna en una mano y
la manta realiada en el brazo de la otra, dispuesto a sacarle
las tripas. No ahora, en estos tristes y sangrientos días, sino
durante los últimos ocho años. Les ha pasado como a la UCD, que
el poder no consiguió quitarles de encima el complejo, el
complejazo de derechas. Iban como haciéndose perdonar todo: la
prosperidad económica, el prestigio internacional de España, los
aciertos de la firmeza en la lucha contra la ETA, la supresión
de la mili obligatoria, la bajada de los impuestos. Y no
sabiendo vender absolutamente nada de lo que hacían. Al PP le ha
pasado como a aquel malage andaluz que no sabía decir las cosas,
tan mal encarado, que dijeron de él: --
Mira, ese tío dice tan mal las cosas, te entra de una manera tan
atravesada, que un día te anuncia que te va a regalar diez
millones de pesetas y no tienes más remedio que pegarle dos
bofetadas, de cómo te lo dice.
El PP le ha regalado diez millones de pesetas
a todos los votantes del PSOE, que son, por ejemplo, los bajos
tipos de interés con que se compraron la casita adosada. Pero
les ha anunciado el regalo de tal manera, que no han tenido más
remedio que pegarle dos bofetadas. O el 42 por ciento de los
votos, que para el caso es lo mismo.
Al PP le ha perdido su complejazo de derecha,
su torpeza informativa. Siempre dije que la que habría liado
González si llega a suprimir la mili obligatoria. Hubiera hecho
encajes de bolillos. Pero los que suprimieron la mili han
quedado como los que nos llevaron a la guerra. No sé cómo se
entra en una guerra sin mandar un solo soldado. Pero menos
comprendo cómo no se consigue barrer ese embuste de la opinión
pública: Aznar es culpable y punto. Porque encima de entregar al
enemigo los medios públicos de comunicación, los llamaron
manipuladores. La SER no manipula, no. Canal Sur no manipula,
no. Aquí no manipulaba nadie más que el PP, que no consiguió en
ocho años parar la maquinaria de la demagogia que se lo ha
acabado llevando por delante, y a la subida de Carod me remito.
Y en Andalucía, ni te cuento. Para torpezas y
carajotadas del PP, Andalucía. ¿Cómo se puede ir a unas
elecciones con esa impresentable cúpula del partido? No han
conseguido hacer ver que la Junta se comportaba como un partido
de la oposición, no como la representación del Estado en
Andalucía. No han conseguido transmitir la realidad de que esto
no es una autonomía, sino un régimen. No han puesto al candidato
adecuado. Candidato, no candidata. Con todo su feminismo de
boquilla, el PSOE ha barrido con un tío de candidato, no con una
señora. Una señora que tiene toda mi admiración y que está muy
bien para Cádiz, pero que ponerla de candidata era vestir un
santo para desvestir otro, o dos, San Servando y San Germán. El
PP no transmitió nunca el menor convencimiento de que podía
ganar en Andalucía y la gente no es tonta. Se deja manipular por
la izquierda porque la izquierda son los suyos. La única
esperanza que queda es que el PP haga volver a Andalucía a los
que nunca se debió llevar de aquí. Que hagan un barrido
importante de tanto inútil presuntuoso apoltronado en el aparato
y que se convenzan de que pueden ganar... antes de que Chaves se
haga la foto con la nieta de la niña de Guadix. Que se la hará.
Sobre el 14-M en El
Recuadro: "Ganas de esperar"
"La niña de Guadix"
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