s
como la historia de aquel señor con perro al que se le acercó
por la calle un gitano esquilador y tijera en mano le preguntó:
-- ¿Le pelo el perro?
-- Pélelo usted...
-- ¿Le recorto un poco el pelo de la cola, que
lo tiene muy largo el perro?
-- Recórteselo usted.
--- ¿Le hago un moñito en la cabeza al perro?
-- Hágaselo usted y hágale usted lo que quiera
al puñetero perro. ¡Total, como el perro no es mío...!
A Zapatero, tras una explosión trágica tres
días antes de las urnas, sobre un teatral y mediático horizonte
del "No a la guerra", se le acercó el perro electoral de la
mayoría. A unos les toca la bonoloto o el segundo premio de la
lotería nacional con un anillo y una fecha por dentro, la del
número 22504, como a la Princesa de Asturias, y a otros le toca
la mayoría electoral. A Zapatero le ha tocado la lotería de la
mayoría. La sonrisa que tiene es de eso. Tiene la misma sonrisa
que los que descorchan botellas de cava en el telediario el día
del sorteo del Gordo de Navidad. A los que les toca el gordo se
les acaba borrando la sonrisa, pero Zapatero la mantiene porque
lo suyo ha sido el gordo con la aproximación y centena de toda
la oposición que lo apoya.
Y le pasa como aquel señor del perro y del
gitano. Se le ha pegado un perro que no es suyo y hace como el
complaciente acompañante canino ante el gitano esquilador. ¿Le
retiro las tropas de Irak? Retírelas usted. ¿Le anulo el Plan
Hidrológico? Anúlelo usted. ¿Le reformo la Constitución?
Refórmela usted. ¿Le autorizo el aborto libre? Autorícelo usted.
¿Le subo el salario mínimo? Súbalo usted. ¿Le manipulo un
poquito el ministerio fiscal? Manipúlelo usted. Y así todo.
Gobernar a barra libre y a favor de corriente, dejar que pelen
al perro, es lo más socorrido. Ahora ERC le ha preguntado: ¿Le
hago héroes de la libertad a los asesinos de la ETA que se
hartaron de matar padres de familia durante la dictadura?
Hágalos usted. Y los harán. Héroes, mártires, luchadores de la
democracia. Lo que haga falta.
Total, como el perro no es suyo... Ese perrito
faldero que se le ha pegado a Zapatero y que otros le están
esquilando a su antojo se llama España. Lo malo es que de tanto
consentir que cada cual se lo esquile a su conveniencia, lo van
a dejar al pobrecito mío en los huesos.