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el viejo muelle de carabineros y pimpis, la sudorosa cuadrilla
de la colla descargaba fardos de los barcos ingleses donde luego
estibarían cajas de naranjas. Y los listeros y guachimanes iban
contando en voz alta el número de bultos que los cargadores
desembarcaban hasta el tinglado:--
¡Diez! ¡Once! ¡Doce! ¡Doce más uno! ¡Catorce!
Así tendría el PP que mentar la fecha de las
elecciones europeas. ¿No celebramos los 70 años del día D de
Normandía? Pues un nombre así, sin mentar la bicha, tendrían que
buscar a la fecha electoral europea, si quieren que ese D Day
sea una Normandía y no otro Dunkerke. Las elecciones europeas se
celebrarán el día 12 más 1 de junio. Debe escribirse 12+1. Suena
completamente moderno: a I+D. Por favor, no digan ni escriban el
número que mentar no quiero, porque el teclado del ordenador no
es de madera que tocar pueda antes. Con la de días que tiene
junio (que treinta días trae septiembre, con abril, junio y
noviembre), ¿no había otra fecha para poner las elecciones que
no fuera el 12+1? No, la fecha no la ha puesto Zapatero a mala
idea, para que queden como se puede esperar en unas elecciones
que se celebran en día gafado. La eligió Aznar, y estaba ya
fijada cuando le cedió los trastos a Zapatero para que la
guardia entrante que cogiera el chopo de la convocatoria. Tiene
el PP una extraña insistencia en el 12+1, y así le va. ¿Qué
suerte puede esperarle a un partido que tiene su sede en ese
numerito, ojú, de la calle Génova? ¿Será larga la calle Génova?
¿Habrá en la calle Génova un número 15, que es la Niña Bonita, y
un número 22, que son Los Dos Patitos, incluso un pornográfico
69? Pues nada, hijos míos: el PP no pudo elegir para su sede
mejor finca de la calle Génova que la señalada con el número de
gobierno 12+1, que es la mejor forma de dejar de ser gobierno
para convertirse en oposición.
Insistencia en la tentación de la mala suerte
se llama la figura. Ya se les volvió el electoral santo de
espaldas otro 12+1, también con Mayor Oreja como cabeza de
lista. El 12+1 de mayo de 2001 se perdieron todas las esperanzas
de que los constitucionalistas pudieran enderezar esas
Vascongadas donde Ibarreche pide ahora el voto para los hijos de
su madre que tampoco mentar quiero. Aquel 12+1 de mayo de 2001
comenzó esta cuesta abajo que terminó en otro 12+1: el 12+1 de
marzo de 2004. No se olvide que la tarde de los SMS del "pásalo"
y la noche de las pancartas de "¡asesinos!" ante la sede de
Génova, 12+1 era el 12+1 de marzo.
Aznar tenía inicialmente "baraka", y por eso
no le afectaba esta insistencia en el 12+1. Lagarto, lagarto.
Dicen que perdió la "baraka" cuando para enfrentarse a la
morisma se hizo la foto de las Azores, tan rentable en el
fotomatón electoral de ZP. No. Fue antes. Perdió la "baraka"
cuando se le cruzó en el camino como corneja siniestra el Gafe
de la Moncloa. Igual que a otros se les cruza en el camino un
gato negro, a Aznar se le cruzó en el camino un chaqué negro. El
chaqué negro de aquel gafe de la Moncloa al que casó con su hija
en El Escorial.