igamos
con las palabras, como
ayer con encerrona y portazo. Y con los signos de puntuación
y de ortografía que se usan entre palabra y palabra, a veces
casi tan importantes o más que las mismas voces escritas. Tienen
modas. Antes estaban de moda los guiones. Usar guiones de
inciso. Cada adjetivación, cada metáfora, iba entre guiones.
Había virtuosos guionistas. Escritores y periodistas que usaban
profusamente los guiones. Recuerdo antológicas crónicas
futbolísticas soberanamente escritas por José Antonio Blázquez
como una selva de guiones. Ponía: "Rogelio --fuego verde, verde
hierba-- estuvo a la altura --crujido y clamor-- de Gordillo
--rayo del Polígono--, cuando Urízar Aspitarte --sus muertos
todos-- pitó el penalty y la plantilla bética --corazón unido--
casi lo lincha." Tantos incisos de guiones se hacían, que era
dificilísimo seguir el natural curso de la oración gramatical.
Escribir palabras sobre las palabras no es una
pérdida de tiempo ni albarda sobre albarda sobre rebanada. Es
filología. Filología parda. Existe la gramática parda. Suele ser
buena consultora. Consultora a la que le falta el signo
ortográfico más de moda, una vez que el inciso entre guiones
quedó obsoleto. (Aquellos guiones de los años sesenta ya sólo
pueden encontrarse en las rebajas de la planta de oportunidades
de algún crítico literario que se ha quedado más viejo que la
cotonía).
La moda impone el signo "&" de la conjunción
"y". Da lustre en los rótulos, en los membretes, en las
tarjetas. A mí me gustaría ser algo con lo que pudiera ponerme
el "&" en el nombre. Tú dices "Iglesias, Pérez y Soro" y te
suena a los dueños de la antigua tienda de tejidos de Las Siete
Puertas de Sevilla. Pero pones "Iglesias, Pérez & Soro" y te
pide a gritos la otra palabra mágica: "Consultores". A mí me
gustaría ponerme en las tarjetas de visita: "Antonio & Burgos,
consultor de lo que haga falta".
Pronto llegará a casa un fontanero que cuando
le pidas el teléfono (móvil, por supuesto). te dará una tarjeta
de visita impresa en la maquinita de autoservicio de la galería
del Carrefour, cartulina churri que pondrá: "Gómez & Rodríguez,
fontaneros". De menos hizo Dios tanto "García & Quintanilla
abogados", tanto "Revuelta & Quintana arquitectos", tanto
"Aguilar & Bernal asesores fiscales".
El día que Quintero, León y Quiroga sean
Quintero, León & Quiroga será señal que la copla tiene ya todo
el prestigio de la globalización. Algunos leerán al autor de "La
rebelión de las masas" cuando su obra sea editada con la firma
de "Ortega & Gasset, filósofos". En la historia del toreo
llegaremos a ver a Joselito & Belmonte, y en la de España, a
Indíbil & Mandonio. Los comuneros de Castilla pasarán por
titulares de un bufete matrimonialista cuando les pongan:
Padilla, Bravo & Maldonado. Los Reyes Católicos, en su sepulcro
granadino, serían mucho más visitados por los turistas si
pusieran a la puerta de la Capilla Real un letrero con letras
así de grandes que dijera: "Isabel & Fernando, reyes".
Quien quiera ser medio algo en el mundo de
modas y alardes en que vivimos, tiene que hallar el modo de
poder añadir a su nombre una "&". Yo que Los Morancos, me
cambiaba ya mismo el nombre: "Jorge & César, morancos". Para no
ser menos que "Andy & Lucas, cantantes". Al toreo eso es lo que
le pasa. Dicen que faltan figuras. No, falta una "&". Intentaron
aquello de Joselito & Espartaco y no les salió. A ver si viene
pronto una pareja con "&" que llene pronto las plazas y nos
quite el "mono" de Curro Romero. Perdón: de "Curro & Romero
faraones".