|
-
-
Nadie
ha podido ver nunca nacer un río desde las mismas entrañas de
la sierra, desde dentro. Si subimos breñas y jarales,
contemplaremos todo lo más cómo brota la blancura primera de
sus aguas, criatura que apenas nacida ya sabe andar en
derechura a la mar. Pero en estos días nos es dado el raro
milagro de contemplar el nacimiento de un río desde dentro de
la tierra que lo alumbra. Los templos de donde salen cofradías
son montañas huecas desde donde puedes ir viendo el nacimiento
de ese río. Río de luz de cera, de sombras de capirotes,
insignias de terciopelo, varas de plata, canastillas de caoba,
palios dorados. Si te pones en un rinconcito de la capilla del
barrio puedes ver el nacimiento de ese río, como desde dentro
de una sierra hueca.
La ciudad está sosegada y en calma. Roma da la hora sexta en
La Caridad. Del Aljarafe le llega al barrio un sol torero, un
sol de muelle de la Carrera de Indias. De pronto se abren las
puertas de la capilla. En el momento exacto, ni más ni menos,
esfera del pelucón de Valdés Leal, va saliendo a la vida la
Pasión y Muerte. Casi se da de cara con los balcones con
geranios y recuerdos de Tarila, de Galerín, de los Contreras,
de los viejos almacenes de efectos navales. El Arenal rompió
aguas, y, como si fuese la vez primera que ocurriera, la
hermandad nace como cofradía en la calle. Tiene algo de parto
la salida. Meses de gestación dan este fruto de amor. Esfuerzo
en los cuellos, en las cinturas fajadas: ¡Más a tierra esa
trasera!
Ves zarpar este barco de caoba como un viejo consignatario de
coloniales buques de sueños y recuerdos. Ya se obró un año más
el milagro de lo imposible en la salida del paso. ¿Lo saca un
capataz o el práctico del muelle? La capilla, tramo a tramo,
insignia a insignia, se ha ido quedando vacía. Alma sin cuerpo
de nazarenos de Cristo. Ya salen los de Virgen. Y como una
metáfora de la vida, ya, ¿ya?, cuando te das cuenta está en la
puerta lo que anuncia el principio del final: el estandarte.
Bacalati con tomati, dice Cabriolas en el mostrador de
Ventura, junto al azulejo de la Virgen del Mayor Dolor que
fríe el tiempo en la pescadería de Isabelita. Y pensando en la
brevedad de la vida o de la salida de la cofradía estás,
yayayai de saeta de este ya, cuando oyes los tres golpes de
llamador. Ya está el palio armonioso, romántico como la
cofradía toda, cuadrado con la puerta. Se igualan el silencio
de la calle y de la capilla vacía, cuando la voz del capataz
resuena por igual en retablos y azoteas: ¡Más a tierra esa
trasera! Suenan fuera las palmas y la Marcha Real. Y con la
misma exactitud con que se abrieron, in ictu oculi, se cierran
las puertas por donde salió la cofradía. Por donde El Arenal
la parió, alumbró de cera a la Luz misma.
Has visto antes, cerca de aquí, en tu misma casa quizá, este
interior de capilla vacía cuando acaba de salir la cofradía.
¿Acaba de salir o se la acaban de llevar? La caoba de la
canastilla yéndose tiene mucho de caja mortuoria que se
llevan. Las garras de bronce se aferran con los zancos al
tiempo que queremos detener. Este interior vacío, sin el calor
de la cofradía, tiene mucho de casa de donde se acaban de
llevar para siempre, con los ojos cerrados, a alguien querido.
Todo, como en la casa, es el memorial de una ausencia
reciente. Aquí estuvo el altar de insignias en la gloria de la
mañana. Aquí, en estos mármoles, los dos pasos con los mejores
recuerdos de tantas familias del barrio. Hace la eternidad de
un instante estaba la cofradía aquí, entera, llena de vida y
ahora... Suena fuera, lejos, la marcha de palio, con un aire
funeral por Toneleros, por la Esquina del Negro, cerradas las
puertas de la capilla vacía. Alguien muy querido se le ha ido
al barrio: la cofradía. Nunca para siempre. Metáfora de la fe,
a la noche vendrá la resurrección, cuando todo en esta capilla
ahora vacía vuelva a la vida tras la Pasión y Muerte, con la
cofradía que entra, saetas que se nos clavan, yayayai que
sangra en la luminosa herida del tiempo. Hasta el año que
viene si Tú quieres.
-
Recuadros de días
anteriores
Correo
Biografía de Antonio Burgos
Libros
de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés
|