A mí, la verdad, me gustaría elogiar todos los días la labor del Ayuntamiento, y no tener que emberrechinarme con sus mamarrachadas. Me gustaría hacer siempre como suelo cuando me refiero al teléfono 010, ese efectivo servicio donde llamas y te orientan por el dédalo de callejuelas sin salía de la burocracia, o te dicen la farmacia de guardia más cercana a tu casa, o a qué hora echan esa peli en el Nervión Plaza, o de dónde sale el autobús de Algámitas. Todo lo que se diga en loor del 010 es poco. Ojalá todo el Ayuntamiento fuese un enorme 010 en eficacia y capacidad de gestión. Y ojalá el 010 pudiera solucionarlo todo, que llamaras al 010, un poner, y desapareciera la cola de coches en la Cuesta de Castilleja para entrar en Ikea.

Al modo del 010, han creado otro servicio de los de elogiar. No sé cómo funcionará, pero la iniciativa no puede ser más encomiable. Me refiero al 072 Reur, el servicio de los coches colorados que presentaron el otro día, y que es una especie de Cecop de los Baches y las Farolas Rotas, un huevo de Colón para coordinar las reparaciones urgentes en los servicios y empresas municipales. Donde los vecinos pueden llamar para que se solucionen las pequeñas grandes cosas de Sevilla, como esa acera rota que un día va a tropezar ahí una criatura y se va a matar; o esa rama podrida de un árbol que el día menos pensado se cae y trae una desgracia; o ese bache que parece que es el comercial de ventas de una casa de amortiguadores, porque hay que ver los pellejazos que pegan ahí todos los coches. Hasta ahora, si ibas de ciudadano responsable y llamabas al Ayuntamiento para pedir que arreglaran cualquiera de estas pequeñas grandes cosas de Sevilla, lo más probable es que jugaran contigo a las cuatro esquinas (de San José). Que si llamabas a Infraestructuras para la Sostenibilidad, te dijeran que no, que eso corresponde a Sostenibilidad de las Infraestructuras. Y que si llamabas a Lipassam te dijeran que eso era de Emasesa. O a lo mejor hasta de Emvisesa, porque la calle aún no estaba recepcionada.

Ahora llamas al 072 de las Empresas Municipales de Sevilla (todavía hay que marcar, anoten, 902 007272) o entras en Internet y pones www.072reur.es , das parte de la pequeña gran cosa que no funciona o está rota, y se comprometen a arreglarlo en 72 horas.

—O sea, que han inventado el Teléfono del Chapú. Que tú llamas y como las balas viene con un alambrito y unos alicates un especialista en hacer chapuces, y pone la tapa de registro que falta, o sustituye el contenedor que ha quemado la chusma, o arregla el semáforo escacharrado. Eso es el teléfono del Manitas Municipal, como los que dice Manolo Melado que forman las colas y los colapsos de Ikea.

Exactamente. O como lo que denuncia Zoido, pero sin fotógrafo incorporado y sin crear frustraciones. Yo lo siento, Don Zoido, pero pocos bancos va a colocar ya usted en Bellavista, porque aseguran que llamas al Teléfono del Chapú y en menos de 72 horas te ponen en Bellavista o donde haga falta un banco que, vamos, ni el Santander, qué pedazo de banco, hijo, va a colocarte el 072, y como las balas, además.

Los expertos llaman a esto micropolítica. En lo que es una maestra en Cádiz la alcaldesa Teófila Martínez. Cuando todos los días se patea Cádiz hablando con la gente, Teófila lleva incorporado su 072 particular: una libreta y un lápiz. Las marías la paran y le dicen:

—Teófila, shosho, que en mi calle falta un losillo.

Y Teófila apunta dónde vive la maría del husillo, y a la mañana siguiente está puesto, vamos que si está puesto. María que luego presume ante las vecindonas:

—Pues esto es porque yo se lo dije ayer a Teófila, y como es tan buena amiga mía, ya ves, anda que ha tardado mucho Teófila en ponerle el losillo a su amiga Carmeluchi...

Sin tener el poder, denunciar los baches y andar prometiendo bancos a Bellavista o husillos a Carmeluchi es cabrear a los vecinos y crear frustraciones entre ellos. Teniendo el poder, es cuestión de organizarse, ya sea con la libreta de Teófila, ya con este 072, el Teléfono del Chapú que saludo y elogio como se merece. A esto, a esto es a lo que se tiene que dedicar el Ayuntamiento, y no a ponerles calles a las artistas de la pancarta y a los escritores del pesebre, que dice Luis Carlos Peris.